El Racing conquista el aire
Los verdiblancos son el equipo de Segunda que más goles ha marcado de cabeza, siete en total y cinco de ellos como visitante. El mejor registro aéreo de la categoría
Brian Clough, el exfutbolista y entrenador inglés que convirtió a un modesto como el Nottingham Forest en bicampeón de Europa a finales de los 70 ... y principios de los 80 con ascenso a Primera incluido, era un tipo con un carácter que no admitía término medio. Al contrario que el resto de técnicos de la época, que prefería el juego aéreo y directo, él estaba empeñado en que el balón tenía que ir raso por el suelo. «Si Dios hubiera querido que jugáramos al fútbol por el aire, habría puesto césped en el cielo», decía con contundencia. Pero resulta que esta temporada el Racing ha puesto esa frase en duda.
Ningún equipo de Segunda División ha sacado más partido a lo que ocurre por arriba: siete de sus 33 goles han llegado de cabeza y cinco se han firmado lejos de Santander, en campos donde nada suele salir barato. Ninguno ha rematado tanto por arriba. Una ventaja repetida que está inclinando partidos. Detrás aparece el Albacete, que se queda en seis.
El último cabezazo que cambió un encuentro fue el del pasado domingo ante el Burgos. Una jugada que nació sin prisa, más que nada porque el guion ya estaba escrito. Vamos, que estaba ensayado. Gustavo Puerta abandonó la zona del centro del campo para acercarse a la banda, tomó la pelota con naturalidad y bajo ese físico que engaña, activó un lanzamiento trabajado en los entrenamientos: saque de banda frontal y poderoso. Salinas que peina con la intención justa y deja la pelota viva en el área. Perfecta para el senegalés que, libre de marca, la enchufa de cabeza y la ajusta junto al poste. Un remate limpio que no necesitó más que un segundo y un gesto. Gol. De confianza y con sabor a tres puntos, porque después llegó Villalibre para rematar la faena y que el Racing ganase en El Plantío, donde hacia 35 años que no lo hacía en Segunda División.
Ese ha sido el último, pero no el único. Antes que Maguette el Búfalo, por partida doble, Gustavo Puerta, Jeremy, Facu y Javi Castro son los jugadores que ya habían puesto cabeza a este Racing. Para recordar el primer testarazo del curso hay que volver a la jornada 2. Villalibre ya había marcado una vez en Albacete cuando llegó el segundo. El encuentro iba camino de ese 2-3 frenético cuando Mantilla puso un centro perfecto y el delantero, en suspensión, cayendo hacia atrás, remató al palo largo. A Mariño le pilló a contrapié. Quedó vencido, sin tiempo para reaccionar. Imparable, golazo de '9'. Esa primera embestida del Búfalo solo fue un aviso de lo que vendría en los partidos posteriores.
En la jornada 4 llegó el estreno de Gustavo Puerta como goleador verdiblanco, también de cabeza, frente al Almería. Una falta lanzada por Clèment Michelin voló al segundo palo y encontró al colombiano completamente solo. Andrés Fernández, el meta del equipo andaluz, no pudo hacer nada. El Racing ya mandaba en el partido y en el marcador, y mandaría todavía más, porque Jeremy Arévalo firmó dos goles en dos minutos: uno tras una asistencia de Íñigo Vicente, otro pescando un balón suelto en el área. Y todavía faltaba el broche, la firma de Puerta, que remató de cabeza ese centro servido por el lateral francés.
Las cifras
7 goles de cabeza
ha marcado el Racing hasta ahora, cinco de ellos a domicilio.
13 puntos
ha sumado con cuatro victorias y un empate en los partidos con tantos por el aire.
2 veces
ha marcado Asier Villalibre con la testa. El único que ha conseguido repetir.
Cinco jornadas más tarde en El Molinón el Racing volvió a encontrar el gol por arriba. Jornada 9. Jeremy remató un saque de esquina ejecutado con precisión por Andrés Martín. Llegó sin vigilancia. Parecía que el canterano se había vuelto invisible en el área pequeña. La pelota terminó en la red, pero el marcador no acompañó: fue el único gol cántabro en un 2-1 que no cambió la sonrisa asturiana, porque los de José Alberto no pudieron rascar nada en Gijón. Solo un dato quedaba intacto, otra vez de cabeza.
Apenas una semana después, apareció Facu, en la jornada 10 ante el Deportivo. Titular aquel día, el uruguayo cazó un rechace en el segundo palo para marcar el que sigue siendo su único tanto con el Racing. La jugada empezó con un centro magistral de Íñigo Vicente, Jeremy ganó el salto y remató al palo largo. Germán evitó el gol a mano cambiada, pero la pelota quedó muerta y Facu solo tuvo que empujarla. Lo que no quedó muy claro fue con qué. Ahí llegó la polémica. El partido se detuvo. Los jugadores del Deportivo reclamaron mano. Pizarro Gómez, el árbitro, se llevó la suya al auricular mientras el VAR revisaba.
La retransmisión no mostró una imagen concluyente y el protocolo VAR y es muy claro en esos casos: «Si no hay una imagen clara para deshacer lo que ha opinado el árbitro en directo sobre el campo, es gol». Válido. El tanto subió al marcador y cuenta como gol de cabeza. El Racing acabó ganando a los gallegos por 2-1 en los Campos de Sport y asaltó el liderato con 19 puntos.
Un repertorio variado
En la jornada 13, un testarazo volvió a ser protagonista. El Bisonte vuelve a demostrar que en el área no tiene rival. Esta vez en un 3-1 ante la UD Las Palmas que terminó en derrota, pero que empezó con la sensación contraria. El Racing arrancó dominando y golpeó pronto: centro lateral de falta servido por Andrés Martín, y el delantero entra completamente solo en el área para rematar con decisión. En el minuto 12 el balón ya estaba dentro y Horkas solo pudo mirar. La siguiente jornada el equipo mantuvo la racha.
Contra el Granada, primero marcó Villalibre y luego se sumó Javi Castro, que se elevó por encima de todos para rematar un saque de esquina en el primer palo. El Racing ganaba 2-0 y Ander Astralaga apenas podía participar. Era un cabezazo incontestable. Esa fue la parte buena del encuentro, porque después de ir ganando 2-0 el Racing se vino abajo. Se desinfló como un souflé mal cocinado y el Granada consiguió empatar el partido y llevarse un punto de los Campos de Sport. El punto se quedó corto, pero el dato siguió creciendo, siete goles de cabeza, el registro más alto de la categoría.
El Racing ha encontrado en el juego aéreo algo más que una solución puntual. No todos los equipos pueden presumir de un repertorio tan variado: saques de banda convertidos en asistencias, centros tensos desde los costados, faltas laterales, córners ejecutados al milímetro, rechaces aprovechados con instinto... Cuestión de sincronía. Hay delanteros que atacan el espacio, centrocampistas que llegan desde atrás, defensas que convierten la estrategia en ventaja. Cada cabezazo cuenta una parte distinta del mismo relato. En un campeonato donde muchos partidos se resuelven por detalles mínimos, el Racing ha encontrado el suyo. Solo un buen centro, un salto fértil y la convicción de que se puede dominar el aire.
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