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Marcos Menocal

Primer día de adaptación del Racing

El Racing completará este sábado el mismo ritual de trabajo, con idénticos horarios y, con la vista puesta en el partido del domingo, repetirá el entrenamiento en la Ciudad Deportiva del Mallorca, las comidas, masajes, charlas y un paseo para termiar el día

Marcos Menocal

Palma de Mallorca

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Viernes, 31 de mayo 2019, 15:34

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Primer día de adaptación al medio. En el cuaderno de bitacora del Racing, más que sumar resta páginas de camino a Son Malferit, ese singular escenario que le espera mañana. Este viernes comenzó a cumplir escrupulosamente el plan organizado para estos tres días que estará en Palma de Mallorca. Tres jornadas identicas que tan solo se saldrán del guión una vez que finalice el partido ante el Atlético Baleares. El equipo madrugó para entrenar en la Ciudad Deportiva del Real Mallorca a la hora en la que se jugara el duelo con los balearicos y de vuelta al hotel para completar unos horarios estrictos hasta el paseo de después de la cena, en el que por grupos estiraron las piernas y se confesaron con su círculo de confianza.

El primer día en la isla comenzó a las 9.00 horas en el comedor del cuartel general. Cereales, huevos cocidos, pan tostado y Cola-Cao o café, según los gustos. Tres horas de digestión antes de vestirse de corto. El autocar aparcó en la puerta del hotel a las 11.30 horas y después de un trayecto de cerca de 25 minutos, apareció en las más que cuidadas instalaciones del club bermellón, también llamadas Antonio Asensio. Allí les esperaban tres personas de mantenimiento que previamente habían preparado todo lo que el Racing les había solicitado: vestuarios, balones, material de entrenamiento y dos campos, a falta de uno. El equipo aprovechó el campo de hierba artificial que, precisamente, se encuentra en plena remodelación. «Venga, el primer tramo de sesión lo haremos aquí y luego nos vanos al natural. Eso sí, esta superficie no se parece en nada a la que nos vamos a encontrar», sugería Iván Ania a los jugadores con buen criterio. En nada de nada. La de Son Malferit ya era vieja cuando encargaron esta. Primero un calentamiento, aunque el termómetro marcaba 24 grados al filo del mediodía. Entre los 22 futbolistas, de corto, y con botas, Jon Ander. El vasco, el ilustre ausente mañana en una batalla hecha a su medida, como uno más. Después de que su rodilla se quebrara y con ella buena parte de sus ilusiones, ya ha activado su particular cuenta atrás. Siempre se echa de menos a los que no están, pero al Racing le hubiese quitado quebraderos de cabeza contar con el vitoriano en Son Malferit. Su entrega le va al pelo a lo que se avecina.

Junto a los jugadores, Chuti Molina, director deportivo, que viajó con ellos desde Santander y que acompaña al equipo durante las jornadas previas. El mandatario también fue saludado por los responsables del Mallorca. Para el manchego también están siendo unos días intensos. «Esta temperatura es más o menos la que pensábamos que iba a hacer», le señalaba a Ania, que conversaba con Negredo, su segundo, poco antes de comenzar el trabajo. A los quince minutos, se echó el telón en la Ciudad Deportiva y se fundió a negro. El Racing pasó a entrenar a puerta cerrada. Fue algo más de hora y media y después, idéntico camino, pero a la inversa. Este sábado harán exactamente lo mismo, tanto por la mañana, como por la tarde.

Una sala para video y charla

A la hora de la comida: arroz, pasta, carne y pescado a la parrilla. Fruta y café. Yogures. Una ración de hidratos de carbono para recuperar y llenar los depósitos de glucógeno. Este será también el menú de hoy. Para la cena, el aporte mayor será de proteinas.

Por la tarde pasaron por la camilla de los recuperadores y fisios los que lo necesitaron. A las 17.30 horas, un pequeño tentempié y después una charla técnica. En el hotel de concentración se le habilitó al equipo una sala de conferencias para que Ania le diera los útimos retoques a sus jugadores.

Su rival, el Atlético Baleares tampoco cambió sus hábitos. A las 12.00 del mediodía saltó al campo, a su escenario preferido, Son Malferit, para seguir su plan. Sigue la duda de quiénes serán los sustitutos de los dos que acabaron expulsados el pasado domingo en El Sardinero, Peris y Hugo. Los balearicos también se escondieron a puerta cerrada, pero aún así Manix Mandiola sigue guardando con especial decoro su secreto. El técnico vasco sí que habló al terminar la sesión, en el Racing, en cambio, prefirieron guardar silencio y así pemaneceran hasta que el colegiado señalé el final del choque del domingo.

La plantilla se centra en el fútbol y no piensa en el entorno

Los jugadores del Racing quieren jugar el partido cuanto antes. No hacen declaraciones –por decisión del club–, pero muestran su total confianza en su trabajo. Huyen de los comentarios sobre el entorno y el ambiente que rodeará al partido de mañana y se centran en lo que ocurrirá en el campo. Prueban las botas, se hidratan y tratan de adaptarse lomejor posible a las temperaturas y a lo puramente deportivo que les obligará el partido. La imagen que ayer ofrecieron durante el tiempo que El Diario Montañés pudo estar en el entrenamiento fue positiva. Ánimos constantes entre ellos, también del cuerpo técnico, que insistía una y otra vez en los argumentos futbolísticos de los que goza el equipo.

Se espera que este sábado aterrice en Palma la mini legión de racinguistas que acompañará al equipo;muy pocos tienen entrada para acceder al campo, otros, los incondicionales que sacaron el billete de avión sin comprar la localidad, tendrán que resignarse a verlo fuera y a escuchar los gritos.

Preocupa la dureza del terreno de juego de Son Malferit. El compuesto del que está hecha la superficie sintética con el calor que se prevé, alrededor de 29 grados, se convierte en una parrilla y para aquellos que no estén acostumbrados, los primeros minutos serán difíciles. Por eso, todos los futbolistas tienen varios pares de botas y durante los minutos previos probarán cuáles les van mejor.

«Espero que estén a gusto y tengan suerte», admitía uno de los responsables del hotel en el que se hospeda el Racing, hincha oficial del Mallorca, enemigo acérrimo del Atlético Baleares y de ahí sus deseos. El club bermellón se juega las posibilidades de ascender a Primera, pero aún así también guarda algún deseo para que no le vaya bien a sus vecinos. Es dificil encontrar balearicos, seguramente estarán todos en Son Malferit.

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