Ascensos y puntos de inflexión
También en otras ocasiones el Racing superó derrotasy hundimientos antes de culminar con éxito el objetivo
Hay momentos y circunstancias en la vida que provocan reacciones que cambian la dirección de nuestros destinos. Ocurre con las personas y también con los ... equipos de fútbol. En los dos últimos ascensos del Racing a Primera también hubo momentos clave que marcaron un cambio significativo en la trayectoria del equipo. Derrotas y hundimientos que más tarde o más temprano hicieron despertar un espíritu colectivo que parecía hibernado y reconduciría una situación que finalmente desembocó en el éxito.
En el ascenso del 93, la derrota que hizo tambalear al equipo se produjo en Lugo, entonces colista de la clasificación. En esta ocasión la reacción tardó en llegar y tuvo que contar con el aliciente de un fichaje providencial semanas después. El Racing llegó a la capital gallega en la jornada 24 como líder, mientras que el Lugo no había conseguido marcar un gol en 600 minutos de juego. El Racing estaba en la cúspide de la clasificación después de haber derrotado en los Campos de Sport al Mallorca, con once victorias consecutivas en casa y casi tres meses sin perder. ¿Quién iba a pensar en algo que no fuera una victoria de los cántabros? Pero antes del partido cayó una nevada convirtiendo el terreno de juego en un campo de cinco centímetros de nieve en el que no se veían las líneas que limitaban el campo, ni las áreas. Hubo tentación de aplazar el partido, pero los racinguistas, que metieron varias y pesadas horas en autobús, no quisieron repetir el viaje y decidieron jugar. Sin medios adecuados, se recurrió a la pintura negra para distinguir las líneas del campo, de tal manera que el juego resultó incomodísimo, algo que en buena medida benefició a los gallegos. En el minuto 18, un despeje largo llegaba al área de Ceballos y éste se preparó para pegar un fuerte punterazo, pero el pie de Ceballos no acertó a dar la patada, resbaló, el balón pasó bajo sus piernas y un jugador local empujó el uno a cero.
Aquel partido, jugado el 28 de febrero, terminó con un tres a cero, la paliza más abultada que encajó el Racing aquella temporada. En la pequeña capital gallega aquella victoria tuvo ribetes épicos y para el Racing fue el inicio de una racha fatal que acabaría el 11 de abril, en el partido contra el Villarreal en El Sardinero. El Racing se había hundido a la cuarta posición y para la recta final de la competición, la directiva fichó a un hombre que fue providencial para alcanzar el anhelado ascenso a Primera División: Michel Pineda, procedente del fútbol francés. Su vuelta a España estuvo avalada por siete goles que hicieron bueno y rentable el juego que el conjunto cántabro desplegó durante el resto de los encuentros que faltaban para terminar el campeonato, incluido el tanto contra el Español en la promoción. Con Pineda, de los diez partidos que quedaban, el Racing ganaría nueve, contribuyendo de forma decisiva al ascenso.
En la temporada 2001-02, el partido clave fue la derrota en Santander contra el Recreativo de Huelva. Había tres plazas para recuperar la Primera División, y ese era el objetivo de los racinguistas al comienzo del campeonato liguero. Pero cuando se habían jugado siete jornadas, el Racing era el decimoctavo de la clasificación, a un punto de los cuatro puestos que fijaban el descenso automático a Segunda B. El bagaje del entrenador Gustavo Benítez provocó su marcha y la llegada de Quique Setién, el exjugador que había tenido una triste salida del equipo en 1996, pero que, con 43 años, regresaba a su club con el objetivo de reestructurarlo desde su nuevo puesto de director técnico y asumiendo también el puesto de entrenador con Nando Yosu como segundo. Después de dos meses con Quique, el equipo se asomaba por primera vez a la ventanilla del ascenso, y en pleno apogeo de los santanderinos se iba a recibir al Recreativo, cuarto clasificado, cuando el Racing ocupaba la tercera plaza. Todos confiaban en la victoria racinguista y para confirmar y celebrar su recuperación, aprovechando la presencia de las cámaras de Canal+, los 18.000 espectadores que asistieron ese día al partido participaron en un mosaico con los colores verde y blanco que dieron la nota de color a las gradas en un encuentro matinal que le sentó muy mal al conjunto local. Cinco goles marcaron los jugadores del conjunto onubense, dirigido por Lucas Alcaraz, para desplazar al Racing de los puestos de ascenso.
La goleada (1-5) en el único partido que los cántabros perdieron en su campo, serviría para deshacerse de una confianza que inspiraba distracción y para dotarse de una mayor concentración en los últimos partidos del campeonato. A partir de aquella derrota, el equipo no volvería a perder (sin contar con el último encuentro, cuando ya había conseguido el ascenso), culminando la temporada con el gol de Moratón al Atlético de Madrid.
La crisis de resultados del Racing en la parte final de esta temporada también puede ser un proceso de hibernación que sufren los equipos, y recuperar la frescura del juego lejos de El Sardinero puede despertarse en cualquier momento, incluso a partir de las 21.00 horas de hoy en Miranda de Ebro.
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