Contra el Burgos en Primera
Una goleada encajada por Damas ante el Barcelona propició la exhibición de Monchi en El Plantío
Qué difícil es hacerse un sitio en el equipo cuando hay que desalojar a un portero que se ha ganado la confianza del entrenador. La ... teoría de proporcionar minutos al titular para consolidar su seguridad es una traba para quien espera su momento. Si además el titular es Vítor Damas, la cosa puede agravarse hasta la desesperación. En estas circunstancias qué tentador es desearle una larga expulsión, una lesión o una mala tarde. Y esa tarde llegó. Monchi, el paciente suplente, no deseó jamás mal alguno a Damas, pero la oportunidad se presentó en una tarde de fallos incomprensibles del portugués, que encajó una tormenta de siete goles en el Nou Camp ante el Barcelona y se vino abajo. Aquella tempestad abriría la puerta de la esperanza a Monchi, porque el entrenador, José María Maguregui, comenzó a darle partidos y cierta continuidad. Cuando el Racing jugó en los Campos de Sport contra el extinto Burgos, en la primera temporada en que se midieron en Primera (76-77), Monchi comenzó a acariciar su sueño.
El Racing afrontaba la competición con algunas bajas, entre ellas la del guardameta Juanjo Santamaría que se marchó a Cádiz. Para cubrir su ausencia se fichó a Vítor Damas, procedente del Sporting lisboeta . Se animó a venir a Santander gracias a las referencias de su paisano Quinito. Era el titular indiscutible, pero los siete goles ante el Barcelona eran demasiados goles. Tras el partido, un periodista preguntó a Maguregui:–¿El resultado lo considera justo?–Qué duda cabe que hoy los azulgrana han dado una lección de cómo se juega al fútbol y nos han superado en todos los aspectos. Pero creo que tres o cuatro de esos goles conseguidos se podían haber evitado.
–¿Lo dice por Damas?–Hoy no ha rendido como esperaba. Él ha sido uno de los culpables de la derrota, pero no el único. Es muy posible que el próximo domingo le dé un pequeño descanso, ya que también en anteriores partidos está fallando demasiado y en ocasiones de manera tonta.
Maguregui continuó preocupado por el estado de forma de Damas y por su falta de confianza en sí mismo, hasta el extremo de someterle a un chequeo médico. Al final se decidió por la opción de alinear a Monchi.
José Ramón Ortiz Oslé 'Monchi' (Liérganes, 1951) pasó su infancia en Maliaño y como muchos de los niños de la época, su afición principal fue jugar al fútbol. Lo hacía en El Redondel (El Astillero), en un equipo de chavales que se llamaba La Fuentuca. Jugaba como extremo derecho y luego se incorporaría al equipo juvenil del Unión Club. Cuando se lesionó el portero, no dudó en ocupar su puesto a petición de su entrenador y se descubrió como un guardameta de grandes reflejos. Del Unión Club pasó directamente al Racing en 1972 gracias al trampolín que le proporcionó la selección juvenil cántabra dirigida por Sergio Sanz 'Teto' y Fredo Alonso. Con Juanjo Santamaría en la portería racinguista era difícil que tuviera posibilidades, por eso permaneció cedido en el O'Donnell, aprovechando el servicio militar en Ceuta, y luego en la Gimnástica, hasta que volvió a los Campos de Sport en 1976.
Ya había debutado con el Racing con motivo de una indisposición de Damas. Fue el 21 de noviembre de 1976 durante el partido que los racinguistas jugaron en Elche contra el equipo local. Para la siguiente jornada Damas se recuperó y volvió a su puesto. Sin embargo, tras el desastroso partido en Barcelona, Monchi volvió a ser titular, y sus buenas actuaciones se prolongaron durante cinco encuentros consecutivos. El de Burgos en los Campos de Sport fue el que mejor huella dejó, ya que fue el único donde mantuvo la portería a cero. Se jugó el 13 de febrero de 1977 y la alineación estuvo formada por Monchi, Díaz, Camus, Iglesias, Portu, Cortabitarte (Arteche), Juan Carlos, Geñupi, Herrero, Aitor Aguirre y Zuviría. Fue un mal partido. Los únicos que se salvaron de la quema de los comentaristas fueron Monchi y Geñupi, y eso que el Racing ganó (1-0). El gol lo marcó Zuviría a los cinco minutos tras un centro desde el extremo derecho de Herrero. El partido, según la crónica firmada por Juan Antonio Sandoval, fue un «anodino toma y daca con constantes interrupciones y una defensa local que hizo aguas con inocentes fallos que salvó Monchi».
El meracho se mostró valiente, mandón y ágil de reflejos aquel día y salvó al equipo con una gran intervención al filo de los 45 primeros minutos despejando un potente disparo de Viteri. Pero Damas se recuperó y el sueño de Monchi se marchó am defender las porterías del Palencia (79-81), Santoña (81-82) y de nuevo de la Gimnástica (82-84), donde se retiró.
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