El jugador que saltó de Segunda Regional a Primera División
Natural deSan Román de la Llanilla, Ramón de Pablo Marañón, que falleció el pasado 13 de mayo, hizo carrera deportiva fuera de Cantabria y pasó por Atlético de Madrid y Barcelona, entre otros equipos
No siempre los grandes futbolistas cántabros jugaron en el Racing. Hacer la carrera deportiva fuera de Cantabria desarraiga el interés local y con el paso ... del tiempo, incluso es capaz de convertirlos en invisibles, como el caso de Ramón de Pablo Marañón, un jugador que pasó de jugar en el modesto Florida, en Segunda Regional, a hacerlo en Primera División con el Atlético de Madrid y cuyo fallecimiento en Barcelona el pasado 13 de mayo, a los 86 años, ha pasado desapercibido en su tierra natal.
Marañón, que así era como se le conocía, fue jugador entre otros clubes del Atlético de Madrid y del Barcelona en los años cincuenta y sesenta, respectivamente, aunque destacaría como uno de los hombres de la época dorada del Sabadell, donde tuvo de compañero al castreño Peru Zaballa. Era un futbolista poderoso y técnico, pero algo indisciplinado en el campo. En los equipos catalanes donde jugó se le comparaba con el norirlandés George Best, por su talento, por su rebeldía y por las ganas de disfrutar de la vida, algo que, además de tener que competir con excelentes jugadores por la titularidad, le privaría de triunfar en el Barcelona.
Nacido en San Román de la Llanilla el 21 de abril de 1938, el joven Ramón comenzó a jugar en el San Justo con 12 años, pasando posteriormente a La Reyerta. Ya en su juventud tenía una envergadura respetable que combinaba con una elegancia en la carrera y en la conducción del balón muy poco habitual. Jugó en el Florida, equipo santanderino que disputaba sus partidos en el campo de Adarzo, y formó parte de la selección juvenil cántabra que dirigía Sergio Sanz. En la selección cántabra, donde actuaba de defensa central, tuvo como compañero al racinguista José Antonio Saro que le recuerda como un chaval especial «que jugaba de todo», y que lo hacía a su aire, poniéndose de portero si era necesario, y haciéndolo incluso mejor que el titular.
De familia acomodada de conocidos constructores santanderinos, Ramón deslumbró en los pocos partidos que jugó en el Florida y por medio de Nisio, que tenía buenos contactos, fue a probar con el Atlético de Madrid. Con pocos entrenamientos convenció a los colchoneros para ficharlo, así que en semanas pasó de jugar de Segunda Regional a Primera División.
Debutó en la máxima categoría con el Atlético de Madrid con 18 años en Mestalla, en un Valencia-Atlético (2-2) de Liga disputado el 7 de octubre de 1956. Antonio Barrios le colocó de defensa derecho y la prensa elogió entonces su actuación destacando su «genio, tranquilidad y rapidez».
Tras su etapa en el Atlético de Madrid pasó al Levante U. D. para jugar la temporada 1958-60. Las prestaciones de Marañón convencieron desde el primer momento. Su presencia fue habitual en las alineaciones y participó en la eliminatoria de Promoción de Ascenso a Primera ante Las Palmas, aunque finalmente fue el conjunto canario quien logró obtener la máxima categoría. En la siguiente temporada fue una figura cotidiana en las alineaciones del Levante y en 1960 se comprometió con el Real Murcia (1960-61), entonces en Segunda División, donde destacó atrayendo el interés del Barcelona que le incorporaría a su plantilla.
Debutó en el Camp Nou el 9 de abril de 1961 en el partido Barcelona-Zaragoza (0-1) de la mano del entrenador cántabro Enrique Orizaola. Semanas después anotaría un gol contra el Oviedo. Marañón actuó en el equipo catalán como medio volante y entre los partidos que disputó destaca la mayor goleada del Barça en el Camp Nou en partido oficial, un 10-1 al Basconia en la Copa del Generalísimo.
Tras su cesión al Córdoba (1962-63), donde jugó poco debido a las lesiones, regresó al Barcelona durante una brevísima estancia y luego fue cedido al Nástic de Tarragona donde tuvo un buen rendimiento. Disputó con el Barça 15 partidos oficiales.
En 1964 fichó por el Sabadell en Segunda División, y gracias a Orizaola, que entrenaba al Levante y que le requirió para reforzar al equipo, se integró en el conjunto valenciano que militaba en Primera División, al final de la temporada, en 1965. Después de aquella experiencia regresó al Sabadell en Primera División reclamado por Pasieguito, con quien había coincidido en el Levante. En Sabadell se descubriría como el gran jugador que era, formando parte de la etapa dorada de este club. Colaboró en la conquista de la cuarta plaza de la Liga en la temporada 1968-69 y jugó la histórica eliminatoria de la Copa de la UEFA contra el Brujas (1969-70). También se le recuerda como artífice de la remontada ante el Barcelona el 1 de febrero de 1970 al superar un 0-2 con dos goles suyos y otro de Palau que inclinaron el resultado a favor del conjunto arlequinado (3-2). En esa misma temporada fue protagonista involuntario al lesionar a Javier Clemente en un Sabadell-Athletic de Bilbao (1-2) de Liga, un partido brusco con campo embarrado disputado el 23 de noviembre de 1969, que ocasionó la retirara como futbolista de Clemente.
Colgó las botas en el Real Mallorca (1972-73), cerrando un historial deportivo de jugador comprometido y versátil.
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