El Sardinero comienza su pretemporada

Los dirigentes no han querido pillarse los dedos, después de los quebraderos de cabeza que les dio el año pasado el verde, y la semana pasada comenzaron sin dilación las labores de acondicionamiento. La primera fase, la más engorrosa, se efectuó sin contratiempos; los operarios retiraron la hierba natural utilizada esta primera campaña. Con este mecanismo de césped, híbrido, por el que optan gran parte de los clubes del fútbol, no solo el español sino el europeo, la hierba natural es tan abundante que termina entrelazándose más de la cuenta con la parte de hierba artificial. Es necesario retirarla una vez que concluye la competición y la instalación pasa a guardar reposo para evitar que se fusione de tal manera que impida su crecimiento.

Esta vez no se produjeron sorpresas y esta tarea en concreto, que comenzó el pasado lunes, concluyó este viernes. A continuación, ayer se procedió con la segunda fase que contempla el llenado de arena fina para posteriormente iniciar el sembrado profundo. Esta es una actuación que resulta fundamental, ya que de ella depende el crecimiento correcto de la hierba natural que luego se entrelazará con el resto del formato híbrido. La siguiente labor es la llenar el terreno de juego nuevamente de arena, pero esta vez de un grosor mayor que le dará más consistencia. Este fin de semana quedará el césped listo para que a partir del lunes tan solo haya que preocuparse de regarlo y abonarlo.

Las previsiones contemplan un periodo inicial de dos semanas en las que los operarios dejarán crecer la hierba para que crezca fuerte. Una vez concluyan esos quince días, a base de regar y abonar se irá consiguiendo el resultado que se busca. El programa de remodelación refleja que para un par de semanas antes de que de comienzo el campeonato de Liga esté en perfectas condiciones.

Los trabajos del césped están corriendo a cargo de la empresa Calfensa, la encargada de encontrar la solución el pasado mes de diciembre a un calvario que quito el sueño a los racinguistas -a todos un poco- debido al lamentable estado el terreno de juego con el que tuvo que lidiar el equipo durante los tres primeros meses de competición.

Después de varias intentonas, se eligió una mezcla formada por un 50% de la variedad Ray Grass inglés y un 50% de Poa Pratensis. La opción que los expertos entendieron más fiable lleva costuras de hasta 18 centímetros de profundidad y forma una cuadrícula de dos centímetros entre puntada. Para dar salida a esta nueva actuación, Calfensa tuvo que retirar todos los tepes que se habían colocado apenas un mes antes con el propósito de que fuera suficiente, pero no fue así. Y esa fue la segunda de las obras que se acometieron sobre el terreno de juego del estadio, ya que durante el verano se había intentado en una fase inicial solucionar el problema. La instalación de un césped de híbrido ronda los 400.000 euros de coste, un gasto que fue sufragado por el club.

Y no solo lo hizo sobre el verde de El Sardinero, también lo hizo en el césped del 'Santi Gutiérrez Calle' de La Albericia. También dio guerra; primero se cambiaron los sistemas de drenaje, después se puso en marcha una siembra tradicional y, finalmente, un cosido de última generación. Dado que el sistema elegido finalmente para el campo de entrenamiento fue el mismo que el del estadio racinguista, ahora también debe pasar por los mismos cuidados. Esta semana, paralelamente, comenzaron los trabajos sobre los campos número 1 y 2. En esta ocasión, el levantamiento no fue tan profundo y en apenas dos días los operarios concluyeron. Hay que recordar que estos campos son los utilizados por el primer equipo para entrenar y que también el año pasado se vio privado de ellos en plena crisis por solucionar la situación.

En el mes de noviembre, el equipo dirigido por José Alberto se tuvo que recluir en La Maruca (Muriedas) para trabajar mientras se adecentaba los campos de La Albericia. Quienes lo agradecieron fueron los aficionados, que durante los días que la expedición se trasladó allí pudieron seguir de cerca y desde las gradas las evoluciones del equipo de moda, por aquel entonces, al que le marchaba todo viento en popa salvo el estado de sus campos, que se convirtieron en noticia nacional.

Y, por último, la otra de las remodelaciones veraniegas que ha puesto en marcha el Racing es el campo de La Planchada (El Astillero) donde también juegan varios equipos de sus secciones inferiores. Allí, además de una mejora del terreno de juego, se está retirando una especie de balcón que asomaba desde la tribuna y que resultaba peligroso para los futbolistas por su aproximación al césped. Para ello, se está ganando un metro a la anchura original, algo que se logrará al echar para atrás la posición de los banquillos en la banda. Las tareas en La Planchada están siendo financiadas de manera conjunta entre el Racing y el Ayuntamiento de El Astillero, en base al convenio de colaboración que ambas instituciones tienen firmado.