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El enorme tifo que se desplegó en la grada para recordar el histórico plante del Racing.

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El enorme tifo que se desplegó en la grada para recordar el histórico plante del Racing. Javier Cotera
Fútbol | Copa del Rey

«Es que antes siempre era así»

«A por ellos, a por ellos» cantó la grada poseída por el mito de David y Goliat y orgullosa con el planteamiento valiente de su equipo | El Sardinero con 17.000 aficionados disfrutó de un ambiente de Primera y con el tuteo del Racing al Betis

Marcos Menocal

Santander

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Viernes, 2 de noviembre 2018, 09:04

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«Si es que así fue siempre» le repetía con insistencia envuelto en su bufanda verdiblanca un racinguista a su colega mientras al fondo se aproximaba el autobús del Betis. Su bufanda, como la de tantos. La de todos los domingos. La de los de 2.000 amigos y la de los días como ayer. No había un hueco para nadie en las vallas que limitaban la zona para la llegada de los jugadores. Eran las 17.08 horas y aunque quedaba más de una hora y media para el comienzo del partido a nadie le importó. Es más, para tener tal privilegiada posición seguramente hicieron guardia alguna hora más. Y entonces se abrió la puerta... Y salió Quique Setién: «¡Quique, Quique...!». Los primeros gritos señalaron al 'flaco'. Los padres levantaban a sus hijos para que viesen a uno de los mejores jugadores de la historia de su equipo. En honor a la verdad, los mayores fueron los más 'gritones'. Para ellos fue como retrasar el reloj unos cuantos años. Y después Canales; el de Valdenoja se llevó los aplausos de los adolescentes. Pero el que se llevó la palma fue Joaquín. El gaditano salió el último y fue la atracción. Al del flequillo con mechas le aplaudieron todos, pequeños y grandes. Incluso cuando salió a calentar. Las redes sociales hacen estragos. «Es que esto era así todos los días», insistía el veterano aficionado. Y qué verdad más grande. El alboroto de ayer era el pan nuestro de cada día hace no mucho.

La noche fue como el chocolate; no hubo nadie al que no le gustara. Los niños comprobaron la grandeza de su Racing; los jóvenes avivaron más sus ganas de querer volver a ser lo que fueron hace cuatro días y los mayores, a los mayores... Se les volvió a hinchar el pecho.

Por lo demás, 17.000 espectadores, atascos en los aledaños de El Sardinero, palco a reventar, cámaras de televisión, carreras para llegar a tiempo, colas en las taquillas... Y hasta Rafa Gordillo en la zona noble. 'Ya estamos todos, que ruede el balón'.

Los aplausos a Setién y Canales rivalizaron con el recibimiento al carismático Joaquín

«Vamos dentro, venga vamos», se escuchaba en las puertas del estadio. Y es que la afición quería entrar, sentir lo que es el fútbol de siempre, disfrutar con un presente azul en el que anclar. Y de repente una vuelta más de tuerca: un enorme tifo se desplegó dejando ver un equipo dibujado con trazos largos de pintor de brocha gorda. Están de espalda los once jugadores, abrazados. El autor bien pudo titularlo 'El plante'. Ovación de gala para el detalle simbólico de aquel día en que el Racing le dio una lección al mundo entero.

El 'flaco' sustituyó al santanderino, que se llevó la ovación de la noche

Apretón de manos de Setién y Ania en la bocana de vestuarios. El cántabro mucho más relajado y tranquilo aceptó el trato -sin truco- y se hizo unos cuantos 'selfies' con los chavales que estaban detrás de su banquillo. Se saltó el protocolo. Por su parte el asturiano no bajó la guardia y se colocó en su zona a mil por hora; aplaudió, gritó, corrió... Setién, manos en los bolsillos. Tuvo que ser su segundo, Éder Sarabia, quien reprendiera a sus jugadores alguna actitud insolente. Tanto correr a Ania le sobró el chaleco y a Sarabia la cazadora, pero lo que no sobró -más bien faltó- fue tiempo a la afición para pasárselo de Primera. El 'Racing, Racing' de fondo, los aplausos y la satisfacción. Los 17.000 hubieran sido felices de haberse jugado una prórroga. Todos, a excepción una veintena de béticos atrincherados en una esquina.

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