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Vuelve el Rayo Cantabria
La segunda formación competirá esta temporada en Tercera con su viejo nombre, abandonando de inmediato el de Racing B
Lo de Racing B ya es historia. El Racing presentó el viernes ante la Federación Cántabra de Fútbol la solicitud formal para que su ... filial (técnicamente su equipo vinculado, pero en la práctica se utiliza el otro concepto) se vuelva a denominar oficialmente Rayo Cantabria. La territorial dio este martes trámite a la Española, de modo que el proceso está ya en marcha, según confirmaron este martes el director general del Racing, Víctor Alonso, y el presidente de la Federación Cántabra, José Ángel Peláez. El segundo equipo verdiblanco recuperará así si se admite su propuesta –algo que se da por hecho– su nombre histórico; ese mismo que tuvo que abandonar cuando la Ley del Deporte y la conversión de los clubes profesionales en sociedades anónimas deportivas obligaron a rebautizar a las segunda formaciones.
El 23 de junio de 1993 el filial del Racing disputó su último partido con su histórica equipación blanquiazul y la denominación de Rayo Cantabria: un 1-2 ante el Casetas de la fase de ascenso a Segunda División B que dejó a los santanderinos en Tercera. Poco después el club, que en sentido estricto seguía siendo un club jurídicamente independiente del Racing, aunque en la práctica estuviera asumido en su estructura, celebraba su última asamblea, en la que se aprobaba su definitiva absorción. Algo que significaba perder su número federativo y sus colores y denominación.
Asistieron 27 socios, que aceptaron una realidad impuesta no desde el club nodriza, sino desde el Estado. Con la nueva Ley del Deporte había cambiado el concepto de filialidad, sustituido por el de equipo vinculado. En lugar de un club subordinado a otro, se obligaba a que los equipos tuvieran una segunda formación con el mismo número federativo que compitiera, por lo tanto con el mismo nombre. Especificando, además, su condición. Así, desaparecieron los históricos nombres de Rayo Cantabria, Castilla, Barcelona Atlétic, Bilbao Athletic, Sanse, Vetusta y Hospitalet, por citar algunos ejemplos. Varios de ellos se han recuperado en una iniciativa a la que ahora se une el Racing tras no poder hacerlo el año pasado.
Y es que entre 1993 y la actualidad el Rayo tuvo un apéndice. Para evitar que se perdiera el legado de un club nacido en 1926, Ángel Meñaca creó un nuevo equipo que comenzó a competir con el antiguo nombre, aunque de forma independiente al Racing, y que llegó a firmar un acuerdo de filialidad –este sí, solo de filialidad– con los verdiblancos al estilo del Basconia, tercer equipo del Athletic.
El equipo llegó a consolidarse en Tercera, pasó de club a SAD y ya con el veterano Meñaca retirado entró en problemas económicos y ya el año pasado no pudo salir a la competición. Esta situación, unida al hecho de que el nombre no estaba registrado (ni en favor de la inerte sociedad ni en el del Racing) llevó a los verdiblancos a patentarlo y tratar de llevar a cabo el cambio el pasado verano. No llegaron a tiempo, y ha sido este martes cuando definitivamente han formalizado el cambio, inscribiendo al equipo en el Grupo 3 de Tercera División como Racing Rayo Cantabria –la fórmula o vericueto legal que permite recuperar la denominación– ya para la campaña 2019-2020.
Larga historia
Fundado en 1926 como club independiente como Rayo Sport de Miranda, cambió posteriormente su denominación a Rayo Cantabria y en 1951, en la segunda época dorada de un Racing que un año antes había regresado a Primera División, se integró en la disciplina del que a partir de entonces sería su equipo nodriza, aunque ya en 1946 habían comenzado a estrecharse las relaciones entre los dos clubes vecinos. Dos años después se integró como filial al Juventud, y uno más tarde, en 1949, cuando San Martín abrió definitivamente su ambicioso proyecto en la que sería la temporada del ascenso, se reabrieron las conversaciones con el Rayo.
Gracias a una operación crediticia con el Banco Santander, el presidente racinguista, Manuel San Martín, había impulsado una ambiciosa política de fichajes y expansión del club que le había llevado de regreso a la máxima categoría tras diez años entre Segunda y Tercera –no existía la Segunda B– y en ese proyecto de crecimiento figuraba también engrosar la estructura del club con un filial que además contaba con un campo propio: el de la carretera del Faro.
Así fue como Rafael Sanz negoció con San Martín el acuerdo de filialidad de un club que, entonces en Tercera pero con solo 315 socios, atravesaba un difícil momento económico para que a partir de la temporada 50-51 se integrara definitivamente. Los socios del Racing pasaban a serlo así también del Rayo, aunque se mantuvo el abono exclusivo para un segundo equipo entrenado por un histórico de los verdiblancos: Paco Hernández, futbolista del mítico Racing de los años treinta.
Desde entonces y durante 42 años el Rayo Cantabria fue el filial del Racing, con formaciones memorables como el Rayo de 'la tasa' de 1958, así conocido por el número de tantos que marcaba a cada rival, y que entrenado por Fernández Mora tenía en su equipo a Laureano, Chisco, Zaballa, Saro, Miera y Yosu. Llegó incluso a disputar dos fases de ascenso a Segunda en 1959 y 1966 y también a competir contra el primer equipo en Tercera entre 1968 y 1970, en la que hasta ahora era la peor época deportiva del Racing. En aquel momento la normativa permitía aún que un equipo y su filial compartieran categoría. En 1986 se convirtió en el primer equipo cántabro en disputar la recién constituida Segunda División B, aún con los históricos colores blanquiazules y con unos jovencísimos Pedro Munitis, José Ceballos y Ángel de Juana 'Geli' en su plantilla. Solo lo hizo aquella temporada, en la que perdió la categoría.
Los colores
El recuperado Rayo mantendrá, eso sí, los mismos colores del primer equipo. Su condición de vinculado no permite otra equipación, y el único vericueto legal al que podría aferrarse el club sería el de buscar una segunda o tercera equipación blanquiazul que su filial utilizara en los partidos que resultara conveniente. Sin embargo, en las oficinas de los Campos de Sport no se ha explorado esta posibilidad... por ahora.
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