El desmontaje del telesilla de El Chivo marca el inicio de la gran reforma de Alto Campoo
Tras la retirada de la histórica instalación, inaugurada en 1976, el Gobierno cántabro ejecutará el plan para modernizar la estación de esquí, dotado con 20 millones de euros
El viento frío que sopla la ladera de El Chivo estos días parece también llevarse consigo un pedazo de la memoria de Alto Campoo ... . Después de casi cincuenta años dando servicio –desde 1976– el emblemático telesilla se desmonta para dar paso a una nueva etapa en la estación. La actuación marca el inicio del plan de modernización de la estación de esquí impulsado por el Gobierno de Cantabria, dotado con 20 millones de euros, y lo hace con una inversión inicial de 80.000 euros destinada a mejorar la seguridad y la amplitud de las pistas.
Se trata de una obra que, como especificó Cantur el pasado mes de marzo, tiene como objetivo proporcionar a los esquiadores mayor amplitud y seguridad al complementarse con otra intervención, la unión de las pistas Tres Mares y Río Híjar I.
Esta conexión permitirá habilitar en Alto Campoo una pista de esquí homologada para la celebración de pruebas deportivas de esquí alpino en la modalidad de Slalom Súper Gigante para las categorías infantiles (U-14 y U-16). Las mejoras resultantes de esta intervención cumplen con los requisitos de anchura y desnivel mínimo (250 metros entre las cotas de salida y de meta) necesarios para la celebración de este tipo de pruebas. De esta forma, la estación estará preparada para acoger campeonatos nacionales en esta modalidad.
El proceso
Fernando Soroa, director de Tirso –empresa encargada del desmontaje–, detalla el proceso: «La obra consiste en retirar, al completo, el telesilla de El Chivo, que se compone de tres bases: la inferior, situada a 1.850 metros sobre el nivel del mar; la media, a 1.900; y la superior, a 2.000 metros. El cable se sustenta en diez pilas que también van a ser demolidas». El proceso del desmontaje se divide en tres fases. La primera, ya completada, consistió en retirar todos los cables del remonte y fue llevada a cabo por la empresa especializada CaraNorte. La segunda, que aborda el desguace de las diez torres con sus respectivas zapatas de hormigón y de las tres estaciones –inferior, media y superior–. Y la tercera, que será la restauración medioambiental del entorno.
El telesilla se encuentra dentro del Parque Natural Saja-Besaya, un espacio de especial protección. Carmen Ruiz, responsable de Medio Ambiente, explica que «aunque el impacto cero es muy difícil, los trabajos se están llevando a cabo de manera que la afección al medio sea la mínima posible». Tras el paso de la maquinaria, está prevista una hidrosiembra con especies herbáceas autóctonas para recuperar la cubierta vegetal y garantizar la estabilidad de la nieve en invierno. «Se trata de dejarlo todo como estaba o incluso mejor», subraya Ruiz. El objetivo es que el impacto visual y ecológico desaparezca y que el terreno vuelva a integrarse en el paisaje de alta montaña que alberga ciervos, lobos y otras especies, como han podido comprobar los operarios durante las últimas jornadas. «Estos días, con la berrea, se les escucha muchísimo y eso que esta zona es de paso para ellos. El otro día vimos un encontronazo entre tres lobos», memorizan mientras refrescan su memoria mirando las imágenes que tomaron con los teléfonos días atrás.
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La retirada del telesilla de El Chivo se enmarca dentro de la estrategia para unir las pistas Tres Mares y Río Híjar I. Una conexión que permitirá habilitar en Alto Campoo una pista homologada para la celebración de pruebas nacionales de Slalom Súper Gigante en categorías infantiles, al cumplir con los requisitos de anchura y desnivel (250 metros entre salida y meta).
Más allá de la obra, el telesilla de El Chivo deja también un poso sentimental. Tras casi medio siglo transportando a miles de esquiadores, muchos vecinos y visitantes han mostrado su interés en conservar una de las sillas para decorar sus jardines y negocios. Desde Cantur confirman a El Diario Montañés que están preparando «una iniciativa muy especial» para dar salida a esta demanda tan nostálgica. A la puesta en marcha de ambas actuaciones –la demolición del telesquí y la conexión de pistas– se sumará el acondicionamiento de un área de servicio para autocaravanas, un proyecto largamente demandado por los esquiadores y usuarios que se acercan a las pistas campurrianas. Según datos de la Sociedad Regional de Turismo, en los momentos de mayor afluencia se han llegado a contabilizar hasta 250 vehículos de este tipo en la zona, generando problemas de aparcamiento y tráfico. La instalación de un área específica pretende resolver estas dificultades y mejorar la experiencia de quienes visitan Alto Campoo.
La gran transformación
La retirada del telesilla de El Chivo es solo el primer paso del plan de modernización de Alto Campoo. El Gobierno regional prepara una hucha de 20 millones de euros para siete proyectos que se desarrollarán a lo largo de los próximos cuatro años. El más importante, en dinero e impacto, será la instalación de la telecabina entre Pidruecos y Tres Mares, con un coste cercano a los 14,6 millones de euros. Se estima que, a finales de este año, el proyecto será remitido a la Consejería de Transportes para su evaluación ambiental. Una vez obtenida, se licitarán las obras, más o menos en otoño de 2025. La ejecución de los trabajos será en dos fases a lo largo de dos años: el primer tramo, en Pidruecos; el segundo, en Tres Mares, con una estación intermedia en la cafetería El Chivo. En definitiva, si no hay retrasos, se espera que la telecabina esté en marcha para la temporada de esquí de 2028.
En paralelo, Cantur tiene previsto remodelar todo el área de principiantes. Se desmontarán los dos telesquíes de Calgosa y se llevará allí el telesilla actual de Tres Mares, además de acondicionar el espacio, y mover tierras, cañones y servicios afectados. En total, 4,2 millones de euros para unas obras que se ejecutarán en paralelo a la instalación de la nueva telecabina.
A estas actuaciones hay que sumar 1,2 millones de euros para dos máquinas pisapistas que serán entregadas en diciembre de 2024, la primera, y a finales de 2025, la segunda.
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