DiCappo, un espacio musical pionero en Cantabria
En Vía Cornelia ·
El intérprete Mario Capodicasa inaugura «una galería viva de instrumentos sinfónicos» con piezas que diseña él mismo y precios asequiblesMario García fue uno de los fundadores y presidente de la Sinfónica de Venezuela, que desde los años 30, recibió a decenas de maestros internacionales. Desde Leonard Bernstein a Sergiu Celibidache, Igor Stravinsky o Aaron Copland.
Mario García es multiinstrumentista y acaba de abrir en Vía Cornelia DiCappo Music, que define como «una galería viva de instrumentos sinfónicos».
Comparten nombre, pero no son la misma persona. De hecho, nunca se conocieron. Uno murió en 1992 y otro nació en 1995, «pero el legado de mi abuelo pasó de generación en generación», explica el quinto Mario de la saga, asentado en Cantabria desde hace seis años.
De las paredes del reformado local cuelgan clarinetes, trompetas y violines que comparten un sello sobre su piel de metal o madera; la marca DiCappo, coronada por un sombrero y una pipa, como los que luce el propio ideológo. «No construyo violines, pero los conozco muy bien», dice. Así, diseña las plantillas, escoge los materiales, desde la madera hasta las cuerdas y un equipo de lutieres internacional hace realidad «la calidad del sonido que busco en un instrumento».





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Desde niños que se inician hasta aficionados que desean aprender a manejarlo, en DiCappo pueden adquirir un violín de calidad y precio asequible. Una de las grandes diferencias con el mercado de la música sinfónica. «Es una apuesta». Una decisión personal que parte de su amor por Cantabria, a donde se mudó apenas unos meses después de llegar a España e instalarse en Madrid. Aquí empezó a trabajar con la Orquesta Juvenil de la UIMP durante dos semanas y ya no se marchó.
El venezolano aspira, programando master clases y conciertos, a crear un «referente cultural» en Cantabria
La situación de Venezuela y su compleja agenda habían hecho que Mario pasase más de seis años sin ver a sus padres. Ahora le acompañan en la aventura de DiCappo. El inconveniente que se encontró en «esta tierra generosa» fue la dificultad para hacerse con materiales para su trabajo como intérprete. Musical San Fernando son especialistas en piano y Slap Music hacen trabajos con guitarras y bajos eléctricos, detalla, «y aquí somos desde ahora especialistas en instrumentos sinfónicos de cuerda y de viento», expone.
Su amplia experiencia orquestal y de lutería, que no ejerce para no dañarse las manos, se aplica en lo que ofrecen en el espacio que cuenta con un pequeño escenario para realizar recitales y master clases y dos cabinas insonorizadas donde probar los instrumentos. Menciona al lutier local, Fran Díaz, que presta un servicio «esencial» para los detalles. No es un trabajo menor; cuando construyes un violín, unos milímetros en una pieza pueden hacer que todo el instrumento tenga que ser modificado. Todos los instrumentos, explica, tienen personalidades diferentes. Como en la historia de Harry Potter, explica, «tú no escoges el instrumento, sino que te escoge a ti; pruebas cien violines y ninguno de convence hasta que llega el que te gusta».

Empezar a volar
En su día, Capodicasa se vio como tantos aspirantes, sin poder hacerse con un instrumento de gama alta para continuar su formación. Le sacó el máximo provecho a los que se podría definir como «marca blanca», porque llegado ese momento «ya sabía tocar con uno de iniciación; si aprendes eso, cuando tengas uno de más calidad, vas a volar, porque ya tienes una técnica sólida».
A día de hoy abarca no sólo música clásica; también jazz, ritmos latinos, urbanos, sonidos tradicionales… Suma una importante cartera de contactos «que pueden aportar sus ideas», ya sea acudiendo a Santander para dar clases o conectados gracias a las nuevas tecnologías, como un complemento también para los conservatorios cántabros.
Miembro del Alexis Cárdenas Quartet, de la Sinfónica Simón Bolívar, la European Philarmonic of Switzerland y de la Impossible Orchestra de la directora orquestal mexicana Alondra de la Parra, colaborador también de la Orquesta Sinfónica del Cantábrico, Capodicasa, que ha tocado con músicos de la talla de Hans Zimmer, aspira a que DiCappo «se convierta en un referente cultural en Cantabria» donde hay «músicos increíbles, verdaderos monstruos».
Primero porque «siendo extranjero», le gusta aportar su granito de arena, considerando que «nos hace falta algo así». Deja además una huella de su origen latinoamericano. «No es montar una tienda de instrumentos, sino ofrecer un servicio personalizado para cada cliente que cruce nuestra puerta». Mientras habla, un joven entra en el local y pregunta. Por el escaparate pasa una vecina con su nieto y ambos saludan al músico, que ya es parte del barrio.
Y desde aquí, como freelance seguirá recorriendo el mundo «porque quedarme en un solo sitio me cuesta mucho», indica. «Esto es un camino que llevo construyendo desde que soy pequeño; soy el tornillo del abanico que va expandiendo su conocimiento por la paleta de las culturas universales».
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