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Joaquín y Lucía Galán comenzaron su carrera a principios de los años 80. DM

Pimpinela

Dúo de pop
«Hemos hecho un camino solos, ni mejor ni peor, pero sí diferente al resto»

Los hermanos argentinos Joaquín y Lucía Galán, abren hoy el ciclo La Plaza y arrancan su gira española en Santander

Jueves, 11 de septiembre 2025, 15:41

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Una sola palabra puede encerrar un estilo. Si decimos Pimpinela, a todos el mundo le vendrán a la cabeza sonidos concretos. Joaquín y Lucía Galán forman el veterano dúo que esta noche, con 'Noticias del amor', abre el ciclo La Plaza (21.00) y también su gira por España.

–Titulan su espectáculo con el amor, ¿la materia por excelencia para cualquier compositor?

–Es el tema que más nos interesa a todos, ¿no? El amor, el desamor, es lo que mueve el mundo esa ha sido nuestra especialidad desde el comienzo. En esta gira contamos cómo era el amor en el pasado y cómo es hoy en día, con las canciones que todo el mundo quiere escuchar y esa historia en paralelo.

–Y, ¿cómo es el amor hoy en día?

–El amor hoy en día es un amor mucho más individualista. Un amor donde hay bastante desconfianza entre el hombre y la mujer. Es más distante. Un amor que con las redes sociales se ha hecho más frío, sobre todo en la gente más joven, donde lamentablemente se comunica a través de un teléfono lo que antes se tendría que hacer a través de un café y poder conversar cara a cara. Para mí no es la mejor época para el amor; he vivido muchas épocas y esta no es tan rica en cuanto a sentimientos.

–Frente a tanta inmediatez, ustedes representan la permanencia, tras más de cuatro décadas de carrera y un estilo propio sobre el escenario.

–Sí, eso fue lo que quisimos desde que empezamos Lucía y yo. Cuando hicimos la primer prueba ante la compañía CBS Columbia, con un contacto de Luis Aguilé, en los años 80, el productor nos dijo: Mirá, me gusta la imagen que tienen y cómo cantan, pero esas canciones que hacen son muy raras, así que les vamos a presentar un repertorio. Y Lucía y yo le dijimos que no. La idea no era solamente grabar un álbum, sino presentar un concepto distinto. A ella le gusta el teatro, a mí me gusta componer, juntar esas vocaciones. Y… nos fuimos. Le dijimos que no a la compañía número uno del mundo.

–¿Y qué pasó a continuación?

–A la semana nos llamó otro productor de la misma compañía, nos contrató y nos dejó grabar nuestras canciones. Teníamos muy claro que era eso lo que queríamos mostrar. Ese amor de pareja, contar esas historias aprovechando que éramos hombre y mujer y que podíamos ser muchos personajes en la ficción. Y funcionó. 'Olvídame y pega la vuelta', fue un éxito de entrada en Argentina y luego en el resto del mundo.

–¿Gracias a aquella apuesta inicial, pueden decir hoy en día que han podido hacer la carrera que querían y como querían?

–Absolutamente. Hemos atravesado prejuicios, modas, diferentes estilos de todo tipo de música y hemos hecho un camino en paralelo solos, ni mejor ni peor que nadie, pero sí diferente, que eso era lo que realmente nos proponíamos. Que cuando alguien mirara a dos personas que cantan mirándose y haciendo su representación, dijera, uy, mira como Pimpinela. Esa era nuestra ilusión y sí, pasaron cuarenta y tantos años y nos sentimos felices por eso y por haber creado un género distinto. A veces te quieren dar un premio y no saben dónde ponerte; no eres un grupo, no eres un conjunto, no es rock, no saben bien lo que es. Así que nos divierte ser un poco rupturistas en alguna cosa, sí.

–Tal y como va el mundo, cada vez dan más ganas de dar esa vuelta ante la realidad imperante, también en su país.

–Estamos en un mundo un poquito convulsionado, el mundo de una época de cambio. Viajamos haciendo conciertos en 25 países de habla hispana, en Brasil, Italia y vemos un mundo raro. Si bien los entendidos dicen que el mundo está mejor que hace 40 años socioeconómicamente, estamos disgustados con toda la clase política en todas partes.

–¿Qué sigue despertando su curiosidad a día de hoy, con ese bagaje que menciona para seguir creando? ¿En qué se fija?

–Básicamente, en lo cotidiano. Me interesa mucho lo que le pasa a las nuevas generaciones. Observo ese amor exprés, esa necesidad de que todo sea ya y ese vínculo tan poco profundo. Me fijo un poco más no tanto en la pelea, sino en las emociones para crear temas que cuentan la relación entre dos hombres o con personas de distintas edades.

–¿Su labor de composición es un trabajo constante?

–Sí, componer para mí es una necesidad, como comer. Yo cojo la guitarra o el piano y necesito contar. Me sale más fácil eso que contárselas a un amigo. Lucía y yo somos muy inquietos, estamos orgullosos de todo el repertorio de 30, 40 éxitos de todos estos años, pero nos entusiasma mucho más siempre mirar hacia el futuro. Que el pasado sea solamente un punto de referencia, para renovarnos. Eso de reciclarse es una tarea que nos entusiasma.

–Hay una parte de su labor que no tiene que ver con la música. ¿Qué es el Hogar Pimpinela?

–El Hogar Pimpinela para la Niñez es una asociación civil sin fines de lucro que creamos Lucía y yo el 2 de julio del año 1996, en la provincia de Buenos Aires, donde hay mucha necesidad y la problemática a través de estos 28 o 29 años ha ido variando. Niños abusados o maltratado física y psicológicamente. Cuando nacieron nuestros hijos nos generaron la necesidad de que Pimpinela fuera algo más que un disco de oro. De aprovechar los contactos, todo lo que te da esta profesión para ayudar. Han pasado cientos de niños y niñas y es un orgullo para nosotros haberles cambiado la vida.

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