Sexy Zebras: «Llevamos un año de bolos que son un manicomio y un carnaval»
El trío de Hortaleza cerrará este sábado el Santander Music, donde presentará en directo su último trabajo, Bravo (2025)
Sexy Zebras llegan al Santander Music en uno de los momentos más sólidos de su carrera. Seis discos después de su debut allá por 2011, la banda madrileña ha consolidado una propuesta reconocible y poderosa, donde manda la fiesta, la irreverencia y la energía. Este sábado cerrarán el festival como uno de los grupos más esperados del cartel, en plena gira de Bravo (Warner Music, 2025), su último disco. Tras años de carretera y conciertos como aquel en la sala Black Bird de Santander en el que apenas vendieron 50 entradas, hoy están a las puertas del mayor concierto de su carrera -el Movistar Arena de Madrid en enero de 2026-. En esta entrevista Gabi Montes, vocalista de la banda, repasa su trayectoria, el momento en el que se encuentran y ese equilibrio entre ruido, ternura y sentido del humor que los ha traído hasta aquí.
-Seis discos en catorce años: del rugido crudo de Nada más lejos de la realidad (2011) al aullido afinado de Bravo (2025). ¿Cuánto queda hoy de aquellos que gritaban «volvamos a la selva»?
-Casi todo lo importante, la verdad. Cuanto más nos hemos alejado de los chicos que empezaron y su filosofía, más nos hemos alejado de lo que somos y de nuestra esencia. Así que queda un montón. Obviamente ha cambiado el contexto, y efectivamente, somos una banda que ha crecido un montón, pero también hemos fracasado un montón. Ahora mismo tenemos la sensación de que somos tres colegas que nos estamos creyendo a nosotros mismos, así que la verdad es que te diría que queda casi todo.
-Niña Polaca, compañeros de cartel en el Santander Music, dicen que ambas bandas pertenecen a una generación de grupos «que han luchado por sobrevivir». ¿El éxito del presente es fruto de las giras precarias del pasado?
-Sí, inevitablemente. Somos muy amigos y creo que están haciendo las cosas de maravilla. Hacen canciones que valen la pena, forman parte de la generación de guitarras de ahora, y son una banda en la que hay que pensar a medio o largo plazo. Hay un valor increíble en eso que cantaba McCartney en los sesenta, eso de «sé capaz de sobrellevarlo», ¿no? «Aguanta y sé capaz de llevar tus pesos». Entonces creo que las generaciones de ahora —y no estoy hablando de la música, estoy hablando de la vida—, estamos buscando todo lo efímero, todo ya, todo demasiado rápido… Para escribir cosas que tengan peso, tienes que vivir cosas que tengan peso y reflexionar sobre cosas que tengan peso. Bandas, por ejemplo, como Niña Polaca o como nosotros, hemos tenido paciencia y sido capaces de asumir un poco el paso de la vida, cambiar, asumir nuestros fracasos, etc. Yo he hecho muchísimas más canciones malas que buenas, pero siempre es muy bonito ver la perspectiva del tiempo y asumir que no estoy trabajando para triunfar mañana, sino que estamos en un punto de mesura, de medio plazo, que aunque ahora mismo la sociedad aparentemente no lo premia, en el fondo es el único valor que podemos sostener.
-Actualmente son una de esas bandas que nadie se quiere perder en directo. ¿Qué lugar ocupan ahora en eso que llaman 'escena'?
-(Piensa). Es difícil decirte el lugar que ocupamos. Nos hemos visto en otros lugares, pero ahora mismo creemos que somos uno de los grandes impulsores de la diversión en un festival, que parece un valor como muy banal, pero yo personalmente, en el fondo, cada vez le doy más valor. Al final todos queremos cantar en un karaoke, bailar un rato y pasárnoslo bien, ¿no? Eso puede ser absolutamente sublime y súper elevado. Pero al final la forma de contar y la intensidad de los dos últimos discos, 'Calle Liberación' (2022) y 'Bravo' (2025), también nos ha dado una credibilidad detrás de la banda que impulsa que la diversión no sea una cosa banal. Somos una banda de rock sencilla, como las de toda la vida, y nada más.
-Este sábado ponen punto y final a una nueva edición del Santander Music. ¿Una responsabilidad o un privilegio?
-Un privilegio. El cartel del sábado es acojonante, me flipan todas las bandas y no tengo ninguna duda de que tocar detrás de ellas es el vivo ejemplo de esa frase que dice que «todo es ahora, y la vida está pasando ahora». No estoy teniendo la conciencia de tener una responsabilidad ni de tener que hacer nada nuevo. La mitad del trabajo la está haciendo el público, y estoy convencido que en Santander va a pasar lo mismo.
-¿Quién marca el ritmo en los cierres de festival, la banda o el respetable?
-El público, sin duda. Somos una banda absolutamente dual, que creo que es una de las potencialidades que tenemos con respecto a otras bandas. Nosotros no tocamos con metrónomo o con samplers, sino que somos tres chicos con nuestras seis manos y nuestras tres gargantas, y eso nos mimetiza con lo que está demandando la peña. Esa capacidad y esa imperfección que proyectamos en los bolos está siendo fundamental para que conectemos con la gente. Llevamos un año alucinante en el que sentimos que los bolos son un manicomio y un carnaval, en el que todo el mundo está como en pro de compartir con nosotros. La gente viene disfrazada con pelucas, disfraces de cebra, pancartas… Y observar eso desde arriba es algo precioso. Estamos disfrutando un montón de eso, del presente; solo hay 'ahora' y disfrute.
-Cantabria no es un escenario desconocido para ustedes. En 2023 formaron parte del Indiferente Fest, y el año pasado, del Torrelavega Soundcity. Antes de eso, ¿hubo otras fechas y otros conciertos, por ejemplo, en salas?
-En salas solo recuerdo tocar una vez en la Black Bird de Santander, que no sé si incluso no habrá cerrado ya. Recuerdo perfectamente esa fecha, porque arrancamos una gira ahí hace un montón de años, y nos costó un montón vender siquiera 50 entradas. Cantabria es como un lugar increíble para mí, y de hecho, en Idealista tengo puestos los avisos de anuncios porque quiero irme a vivir allí (risas).
-«Quédate a luchar y no te vayas cuando empiece la batalla. Quédate a morir y no te vayas cuando la vida nos llama». '333' es una de las canciones más emotivas de su discografía. ¿La llevan al directo?
-Estamos preparando esa canción para tocarla casi por primera vez en el Movistar Arena -su concierto del 24 de enero de 2026, para el que aún hay entradas disponibles-, porque no la estamos llevando a los festivales. Es una canción muy intensa y que requiere cierto grado de silencio, y las 02:30 de la mañana de un festival quizá no sea la mejor hora para tocarla. Para nosotros es una canción súper especial y sí que la tenemos en mente para tocarla en el Movistar Arena, pero de momento no la estamos tocando.
-¿Una parte de Sexy Zebras se siente cada vez más cómoda al escribir 'hacia dentro'?
-Sí, totalmente. '333' es una canción muy hacia adentro. Antes nosotros siempre hemos sido muy divertidos, muy hacia afuera, pero ahora estamos entrando poco a poco en ese universo, y nos sentimos muy cómodos.
-¿Los 'Días de Mierda' se arreglan con una noche de 'Pogo'?
-Absolutamente. Me gusta mucho la dualidad que hemos hecho en este disco. La canción se llama 'Días de Mierda', pero en el fondo te está diciendo que tú eres capaz de cambiarlo todo y que eres el autor de tus días. Es muy importante que sepamos que al final somos responsables de lo que hacemos. De hecho, que el disco se llame 'Bravo' no es por el toro bravo, sino por esa madre que se levanta a dar de comer a sus hijos o ese padre que trabaja no sé cuántas horas. A veces, la bravura que guardamos todos en nuestro interior nos hace maravillosos. Ese es el optimismo en el que nos hemos basado para hacer el disco, en darle valor a las cosas pequeñas y sencillas, porque son las que nos hacen gigantes.
-Apenas faltan seis meses para su concierto en el Movistar Arena. ¿Están en modo 'cuenta atrás'?
-Un poco, la verdad. El ritmo de tickets va de locos, mucho mejor de lo que creíamos, y de repente ya la gente nos pregunta todo el rato qué vamos a hacer y qué colaboraciones vamos a llevar. Nosotros estamos en plan: «mira tío, lo más espectacular que vamos a hacer es ser la misma banda que éramos en la Black Bird hace ocho años, cuando vendimos 50 tickets». Vamos a ser los tres, tocando y cantando nuestras canciones. ¿Que obviamente va a venir más gente y van a cantar más alto? Sin duda, pero vamos a intentar darle valor a nuestros orígenes. Me mola mucho darle ese valor de ir a un recinto tan grande a hacer la misma mierda de siempre. Es algo precioso. Entonces, aunque es verdad que es un concierto súper bestia e importante para nosotros, estamos intentando relajarlo.
-Si tuvieran que presentar en un mitin ese «partido popular-socialista» al que cantan en 'Bravo', ¿qué himno sonaría y a quién elegirían para encabezar la lista?
-(Risas). El número uno del partido sería sin duda nuestro guitarrista, José Javier Luna, que es un político en potencia. Y la sintonía probablemente sería 'All you need is love', de los Beatles. Sería un partido en el que básicamente nadie votaría y la gente solo se abrazaría.