El Nido
«Todo lo que no tiene tintes tecnológicos parece desfasado, pero es de donde venimos»Los burgaleses presentan en el Rvbicón su disco 'Refugios a cielo abierto', una vuelta a los orígenes sonoros y vitales
Algo tiene el aire de Burgos que hace que sus músicos acaben cuidando su patrimonio con un mimo envidiable. El Nido con cuatro amigos de la universidad que se embarcaron en un proyecto musical que ya tiene dos discos a sus espaldas. El más reciente 'Refugios a cielo abierto', publicado en 2022 y que este domingo presentan en el Rvbicón (20.00 horas) con su colección de sonidos tradicionales actualizados con el que prometen que el público va a bailar.
–¿Por qué se produce este resurgir general de la música que parte de la raíz?
–Es verdad. Este resurgir se está viendo con muchos grupos. Tenemos la sensación de que con todo lo que ocurrió a raíz de la pandemia, la gente ha tenido ese proceso de pensarse bien los pasos que estaba dando en la vida en general y de intentar encontrar una identidad propia que lleva a buscar en lo que es de uno; los sitios donde hemos crecido, donde hemos vivido. A nosotros también nos ha pasado. Tres vivíamos en Barcelona y nos volvimos a casa. Necesitamos reencontrarnos con lo que somos, porque parece que nos hemos perdido un poco en el camino, buscando el fulgor y lo estático de las ciudades y de que todo pase ya y muchísimo. Parece que se está produciendo esa reconversión a encontrarte con el lugar del que vienes.
–Curioso; un fenómeno global que nos acaba llevando a lo más local.
–Es algo que a nosotros nos ha pasado de forma muy fuerte y vemos que otras personas coinciden en eso. A Burgos volvió mucha gente, muchos de ellos artistas, a volver a hacer lo que hacían, pero desde aquí. Eso pasa también por el interés de las músicas tradicionales; qué nos están diciendo, qué nos estábamos perdiendo al creer que solo tenían un tinte de antes. Escuchar lo que nos dice los sonidos de antes con orejas del ahora mismo Ese es nuestro planteamiento.
–¿Su vuelta a Castilla León influyó en el sonido que estaban haciendo o ya estaba definido?
–Indagar en las músicas tradicionales es algo que siempre hemos tenido; nos gustan los instrumentos acústicos, nos conocimos como banda en Salamanca, tocando en bares en acústico y buscando nuevos instrumentos que llevar a ese formato. Siempre lo hemos tenido dentro, pero al tener más presente la música tradicional de Castilla nos hizo intentar meterlo más en nuestra música. Fue un proceso identitario muy fuerte y queríamos que estuviera en nuestro arte. De ahí también que quisiéramos contar con Diego Galaz, de Fetén Fetén, como productor de este disco. No hay nadie en el universo que sepa más de música tradicional, de sonoridades del mundo, de instrumentos… Fue un proceso espectacular vivirlo y dejarnos enseñar por él.
–Entiendo que el papel de Galaz ha sido importante en el resultado sonoro de este disco.
–Es súper importante en cómo sonar nosotros como banda. Estuvimos haciendo toda la preproducción con él. Le enseñamos las treinta y pico ideas de canciones y fue con él y con Nacho Mur de La MODA al principio del todo, con quien estuvimos seleccionado y fue Diego quien nos estuvo enseñando instrumentos, la manera de tocarlos y así cada canción del disco tiene una personalidad muy concreta instrumental y rítmicamente. Es un sabio de esto.
«En Burgos todos nos cuidamos, eso fomenta una escena sana que anima a otros a hacer arte»
–Son sonidos que parten de lo tradicional, pero resultan actuales. ¿A qué suena El Nido?
–Tiene mucha raíz en los ritmos en que nos basamos, los instrumentos que queremos que suenen, la manera de interpretarlo, pero obviamente tiene mucha modernidad en tanto que nosotros también escuchamos muchísimo rock o electrónica, mucha música y somos muy disfrutones en descubrir nuevos sonidos. Ha quedado un disco que tiene canciones de corte tradicional como 'Seguiremos cantando', que es una jota; 'Aire' que es un charro o 'Ícaros', en la que participa David (Ruiz) de La MODA y tiene un tinte más rockero en cuanto al mensaje, pero suena una lata de pimentón como instrumento protagonista, junto a una mandolina. Queríamos que estuviera esa esencia nuestra de las dos vertientes.
–Menciona a David Ruiz. Hay otras colaboraciones; Ari de TéCanela, Neboa, Guada… Gente que con diversos lenguajes sonoros comparten con ustedes ese respeto por lo tradicional
–Sí, totalmente. Estamos flipando y como niños de poder compartirlo con gente que admiramos, sobre todo a quienes invitamos a estar en el disco, personas con las que hemos aprendido muchísimo. La MODA son referentes para todos los músicos de Burgos y nacionales y tener a David con nosotros en Gárate fue increíble. TéCanela nos encanta desde siempre y Orégano es de quien hemos aprendido todo lo que sabemos, son familia literalmente y tenían que estar en este disco.
–Hablan de un proceso social de dejar atrás los saberes. ¿Eso no es contradictorio con avanzar?
–A veces es difícil expresar que estamos pasándonos de vuelta en cuanto a las ambiciones, en cuanto a esto que la tecnología nos ha dado y que Chaplin resumió en 'El Gran Dictador': si nos las manejamos con un uso correcto, nos pueden quitar más de lo que nos dan. Con internet tenemos un planeta entero que alcanzar con la mano y nos estamos pasando en ver que no podemos abarcarlo todo. Todo lo que no tiene ese tinte tecnológico parece que se nos queda desfasado y al final es de donde venimos y donde está toda la verdad de lo que somos.
–Puestos a frenar; ¿cuál es el sitio perfecto para escuchar su nuevo disco?
–(Ríe) En casa, sin ninguna duda. Y que quien lo haga, por favor, que lo escuche de arriba abajo, porque al final es una obra íntegra. Está de moda escuchar singles, pero nosotros invitamos a hacerlo de esa manera, tranquilos, con 40 minutitos dedicados a sentarse, ponerlo y que te llevemos a algún lado.
–Al final, son cuatro amigos de la universidad que deciden montar una banda y están recorriendo el país con ese sueño juvenil.
–Sí, me dan escalofríos al pensarlo, pero sí. Es algo por lo que decidimos apostar. Todos tenemos nuestros empleos. Yo soy el único que es músico de profesión. Sentíamos que lo nuestro era hacer esto: hacer canciones, hacer música juntos, tocarlas, hacérselas llegar a la gente…Y ojalá salga bien, porque queremos seguir haciéndolo.
–¿Qué comen en Burgos donde se da esta motivación por cuidar la tradicion musical?
–Es que Burgos siempre ha sido una ciudad con un patrimonio artístico espectacular. Puede que eso sea parte de que nos vayamos dando cuenta todos los que no vivimos en Madrid o en Barcelona, de que de los demás sitios también sale un arte increible. Ahora está surgiendo un panorama con muchos grupos sacando cosas y haciendo cosas espectaculares. Nos cuidamos mucho; todos los grupos nos conocemos, somos amigos, nos ayudamos con todo y eso fomenta que la escena de una ciudad crezca, esté sana y anime a otros a hacer arte. El mejor ejemplo del mundo son La MODA que han llegado donde han llegado con su esfuerzo y sin grandes compañías detrás, y siempre dispuestos a ayudar.
–¿Qué lugar es un refugio seguro para ustedes?
–Hay varios. Hemos encontrado uno obvio que es el de casa, el de nuestros sitios de origen. Pero un refugio es estar también tranquilo, donde sea, como sea, cuando puedes respirar. El título nació cuando aún estábamos en Barcelona, haciendo una barbacoa en casa de nuestro técnico de sonido. Estábamos esperando que pasase de todo y de pronto, nos sentíamos bien, sin tener que ser nadie que no eres, a puertas abiertas.
–¿Por qué debe alguien acudir a verles en directo?
–Porque creemos que llevamos un directo muy enérgico en el que la gente que venga va a tener un contacto directo con la tradición, van a escuchar canciones propias que vienen de ese foco común, van a cantar, van a bailar y ver instrumentos raros. No hay nada mejor que hacer un domingo por la tarde.