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Leiva, en la campa: 12.000 personas, dos horas de concierto y «si pones el puto flash arderás en el infierno»
El músico y su espectacular banda ofrecieron un bolo de 22 canciones que repasaron la trayectoria del artista desde sus comienzos con Pereza
De las 12.000 personas que había anoche en la campa de La Magdalena viendo el concierto de Leiva, probablemente alguien estuviera allí por compromiso. ... O bien para acompañar a la pareja, por acumular planes este verano o porque iban todos sus amigos. Pues incluso esos, que fueron sin saber mucho sobre José Miguel Conejo Torres, salieron del recinto queriéndole un poco más.
El artista y su banda de siete musicazos, entre los que se encuentra su hermano Juancho, guitarra principal y coros, ofrecieron dos horas de concierto con 19 temas y tres bises que maridaron la historia discográfica de Leiva desde sus comienzos con Pereza.
Set list
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1. Bajo presión
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2. La lluvia en los zapatos
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3. Gigante
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4. Lobos
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5. Terriblemente cruel
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6. Superpoderes
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7. Sincericidio
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8. Breaking Bad
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9. El polvo de los días raros
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10. Ángulo muerto
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11. Flecha
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12. Cortar por la línea de puntos
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13. Chuck Berry
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14. Vis a vis
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15. La Llamada
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16. No te preocupes por mí
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17. Como lo tienes tú
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18. Estrella Polar
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19. Lady Madrid
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20. Caída libre
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21. Como si fueras a morir mañana
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22. Princesas
El concierto arrancó con una cuenta atrás amenizada por el tema enlatado 'Rocks', de Primal Scream, y a las once y diez de la noche la banda, vestida con trajes de americana y pantalón blancos, hizo acto de presencia en el escenario. Segundos después, apareció él, Leiva, vestido de negro, con su habitual sombrero y con camperas blancas. Aún no habían sonado los acordes del primer tema, 'Bajo presión' (incluido en su último trabajo discográfico, 'Gigantes'), cuando una grupi emocionada preguntó a sus amigas que por qué siempre se enamora de los cantantes.
Siguieron con 'La lluvia en los zapatos', 'Gigante', 'Lobos' y, a la media hora de concierto, con los ventrículos del público a pleno rendimiento, Leiva quiso dirigirse por primera vez a las miles de personas que habían sacado su entrada (de 40 euros): «¿Cómo estáis? ¿Sois felices?», preguntó. «Síííííííííííííííííííííííí», contestaron los fans. Qué van a decir, claro. Y continuó con ese aire de misticismo que le rodea cada vez que abre la boca. «Parece que los artistas estamos acostumbramos a esto, pero deberíais saber que se nos cierra el culillo. Perdón por las caras de nervios. Los que trabajamos en esta gira somos conscientes del esfuerzo que es pagar una entrada. Muchas gracias por el esfuerzo», culminó mientras cambiaba su guitarra de purpurina por otra. Así estuvo toda la noche. Telecaster para arriba, telecaster para abajo. Aunque también presumió de stratocaster y de su inseparable acústica.
Y entonces 'El polvo de los días raros', la canción que interpretó en La Revuelta de Broncano y que acumula más de tres millones de reproducciones en YouTube desde que se estrenó hace seis meses, se convirtió en brillantes estrellas. Fue uno de los momentos más emotivos de la noche. La Campa, como un coro de gospel, cantó el estribillo: «De repente la ciudad, huele demasiado a ti...».
Chuck Berry, Springsteen y Leiva
«Hemos estado probando, tocándola hace unos días, no sabemos si está fuera de lugar, pero me pone el corazón contento y la voy a tocar y punto». Copiando -o quizá homenajeando- a aquel momento mágico en Leipzig (Alemania), en julio de 2013, cuando Bruce Springsteen interpretó de forma improvisada para una fan 'You never can tell', Leiva y los suyos hicieron sonar en castellano el divertido tema de Chuck Berry.
Y así, con la brújula marcando al norte, el compositor se colgó la acústica del cuello y reivindicó estar «un ratito en el presente» y con el móvil en el bolsillo: «Es una experiencia esclarecedora e inolvidable. No es una obligación, es una sugerencia. Si alguien quiere poner el puto flash arderá en el puto infierno». Y sí, hubo muchos aplausos y gente que aprobó su petición, pero otros tantos abuchearon el momento. Hace tan solo un mes, Bunbury paró un concierto por el mismo motivo y también usó demasiados 'putos' en una sola frase para sacar los colores al fan que le estaba grabando.
Se hizo el silencio en la Campa y Leiva, que para entonces ya tenía una sudada tremenda, interpretó 'Vis a vis'. A continuación, el tema que le valió el Goya a la Mejor Canción Original, 'La Llamada'. Con 'Lady Madrid' hizo creer al público que había terminado el bolo y después volvió para rematar la tremenda faena con tres bises: 'Caída libre', 'Como si fueras a morir mañana' y 'Princesas'. ¿Es posible que una banda suene mejor en directo que en el disco? Puede que anoche se demostrara que sí.
En ese escenario de la Campa de la Magdalena donde estuvo hace unos días despidiéndose el gran Joaquín Sabina, Leiva ocupó el lugar que le deja su amigo como uno de los mejores compositores y músicos del panorama nacional. Ahora bien, algo pasaba ahí arriba. Las pantallas mostraban caras demasiado serias. Faltó un abrazo al público. Un sois «cojonudos». Algo. No hubo feeling. Y tampoco despedida, salvo su mano alzada diciendo adiós.
Un poco de lío al entrar...
A falta de media hora para que comenzara el concierto de Leiva, la cola para acceder a la Campa de la Magdalena llegaba hasta la terraza del BNS. «Perdona, ¿toda esta gente está esperando para entrar?», la pregunta siempre era la misma. «Pero cómo es posible, no vamos a llegar», decía angustiado un grupo de amigos. Al final, pareció más de lo que realmente fue y, pasito a pasito, la gran mayoría de público consiguió estar dentro del recinto antes de que Leiva subiera al escenario.
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