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Santander Music vibra entre 'Cien gaviotas', clásicos que nunca mueren y nuevas estrellas
Franz Ferdinand logró que una multitud coreara y bailara sus clásicos
'Cien gaviotas' nació en 1986 y 'Take Me Out' en 2004, pero ayer se alzaron como protagonistas de la primera jornada de Santander Music, ... donde pasado y presente se dieron la mano. Anoche, en la Campa de la Magdalena, hubo espacio para el recuerdo eterno de Duncan Dhu, para que Franz Ferdinand incendiara el festival con sus clásicos y para que Alcalá Norte, uno de los grupos jóvenes que más están dando que hablar, se diera un baño de multitudes.
El día comenzó con los conciertos de Carmesí y Hey Kid, dos artistas jóvenes que llevan tiempo llamando la atención. Mientras la primera se desenvolvió con mucha naturalidad y gustó mucho, el segundo no terminó de convencer. La gente estalló de entusiasmo cuando sonaron canciones como 'Los lugares donde irás' y 'Noche de San Juan', aunque apenas se le escuchaba cantar: daba la sensación de estar ronco, aunque también podría ser que su voz no diera para más.
Después llegó el turno de Varry Brava, un grupo que ya es todo un habitual del festival y que siempre logra poner a bailar a la Campa entera.
Los murcianos comenzaron en medio de comentarios como «no entiendo por qué los han puesto tan pronto» o «no concibo ver a esa gente cuando aún alumbra el sol», pero lo cierto es que fueron el primer grupo que realmente logró reunir a una gran cantidad de gente. Y no sorprende en absoluto: llevan mil años tocando en festivales porque son muy divertidos, tienen un toque excéntrico que siempre da que hablar y son como ese portero que nunca falla, un seguro bajo los palos.
Recuerdos vivos
A medida que avanzaba la tarde, la Campa se fue llenando cada vez más. Cuando Mujeres —que en realidad son tres hombres— pusieron a bailar a la gente en el escenario pequeño, ya había público tomando sitio en el principal, deseando que comenzara el concierto de Duncan Dhu.
Duncan Dhu, o mejor dicho, Mikel Erentxun repasando la carrera del mítico grupo de las 'Cien gaviotas', fue uno de los platos fuertes del día. Porque en esta gira, —que ha montado con motivo de los 40 años del nacimiento de la banda—, no está acompañado por Diego Vasallo, su compañero de fatigas y compositor de algunas de esas canciones que todo el mundo conoce y que anoche pusieron patas arriba Santander Music, como 'Una calle de París'.
Desde que Santander Music y el festival Sonórica de Castro Urdiales van de la mano, sus carteles se parecen cada vez más. No es raro que un artista que un año toque en uno de los eventos, al siguiente se suba al escenario del otro, como pasa este 2025 con Amaral o Dani Fernández. Y lo mismo ocurre con el espíritu de los festivales: así como Sonórica ha apostado más de una vez por propuestas fuera de lo previsible, Santander Music hizo un movimiento similar este año con Mikel Erentxun. No es un nombre que de primeras uno esperaría encontrar en el evento santanderino, pero ahí estuvo, y ojo: el concierto empezó flojo, pero acabamos cantando a pleno pulmón como si fuera 1989.
¿Cuántos artistas de este país pueden cerrar una actuación con cuatro himnos de la talla de 'Esos ojos negros', 'Jardín de rosas', 'Cien gaviotas' y 'En algún lugar'? Sonaron en fila india, sin descanso, y fue imposible no emocionarse con cada uno.
Mikel incluso regaló otro momento para el recuerdo cuando subió al escenario a la cántabra Marina Iñesta, guitarrista que le acompañó durante años y que tuvo que dejar la banda cuando su proyecto personal, Repion, empezó a crecer y compaginar ambas cosas se volvió imposible. Juntos cantaron 'Mañana' y 'Esos ojos negros', para deleite de los asistentes.
Y después de una buena ración de clásicos, era el momento de dar espacio «a la mejor banda que hay en España». Y no lo digo yo: son palabras de Mikel Erentxun, quien en más de una ocasión se ha declarado un enamorado de Alcalá Norte.
Por si aún no los conocen: Alcalá Norte tiene nombre de centro comercial, un bajista cántabro en sus filas y, con cada día que pasa, suman más adeptos que se han enamorado de sus letras, su rebeldía y su frescura. Todavía está por verse si lo suyo será algo pasajero o si llegarán a hitos como celebrar sus quince años de carrera, pero ayer se dieron un baño de multitudes: en el escenario pequeño no cabía ni un alma más.
Al menos a mí, sus conciertos no terminan de convencerme. En el último año, han tocado muchísimo, pero dejan la sensación de que todavía no están a la altura de lo que se espera de una banda que empieza a sonar fuerte.
Franz Ferdinand, a golpe de clásicos
Santander Music insiste, año tras año, en traer artistas internacionales con renombre. El problema: esas apuestas casi nunca funcionan: ahí están los casos de Louis Tomlinson en 2024 o los Kaiser Chiefs en 2019. Estaba la duda de si los escoceses Franz Ferdinand seguían teniendo tirón o si ya estaban de capa caída, pero lo cierto es que protagonizaron el concierto más multitudinario del día y lograron que la Campa entera bailara con sus clásicos.
Este año han pasado tantas veces por nuestro país que no me extrañaría que ya se hubieran empadronado en Albacete, pero lo cierto es que la gente sigue teniendo muchas ganas de verles. Alex Kapranos y los suyos son solventes, saben a qué juegan y cuentan con una curiosa colección de temazos de esos que el público canta a pleno pulmón, como 'Take me out', 'This fire' y 'Do you want to'.
En ciertos momentos, cuando tocaban temas de su último disco, 'The Human Fear', se notaba que la energía no era la misma que con sus himnos, pero los escoceses supieron combinar con acierto los temas nuevos y los clásicos para que el ritmo del show no decayera.
Y cuando terminó el concierto, ya de madrugada, la gente decidió salir en masa, pese a que aún quedaban dos 'shows': Me Fritos and the Gimme Cheetos y Elyella. Los primeros, que en los últimos años han tocado un montón de veces por aquí, sorprendieron a todos con versiones guitarreras de clásicos donde lo mismo sonaba Camela que Coyote Dax; mientras que los segundos, que no es la primera vez que pasan por Santander Music, cerraron la noche con una sesión de esas de las de darlo todo, poniendo el broche de oro a una primera jornada de diez.
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