La mitad del ajuste laboral de Banco Santander serán prejubilaciones

Banco Santander desveló ayer a los representantes de los trabajadores las grandes líneas del ajuste en personal y oficinas que llevará a cabo este año y que no difieren de las que se habían adelantado en los últimos días: 1.200 trabajadores abandonarán el banco que preside Ana Botín y 450 sucursales cerrarán sus puertas. Será un ajuste algo más duro en condiciones económicas que el llevado a cabo para la absorción de Banesto, por ello ha sido rechazado por UGT y CC OO que auguran una dura negociación y critican lo excesivo del recorte.

El plan afectará el 5% de la plantilla total del banco, que es de 24.216 personas, y al 13% de su parque de sucursales, cifrado en 3.467 oficinas. La mitad de las 1.200 bajas será mediante prejubilaciones y la otra mitad por medio de bajas bajas incentivadas, según indicaron ayer fuentes sindicales. El banco no ha ofrecido información sobre el proceso. Los sindicatos consideran excesiva la reducción de plantilla propuesta y verían más «razonable» una cifra de unos 900 empleos teniendo en cuenta las oficinas que quieren cerrar y la infradotación de algunas otras.

El grueso del ajuste recaerá sobre la plantilla que trabaja en las sucursales del banco, de donde saldrán 950 empleados. Los 250 restantes desarrollan su labor actualmente en los servicios centrales del banco, en las áreas de Riesgos y Comercial. El cierre de 450 sucursales se aplicará en las oficinas con poco personal, entre 1 y 3 trabajadores.

Cierres y transformación

El proceso de remodelación de la red comercial del banco en España incluye también la transformación de 350 sucursales cada año para convertirlas en «oficinas del futuro», hasta alcanzar el millar en 2018. Parte del personal que salga de las oficinas cerradas reforzará las nuevas sucursales, que serán atendidas por un número mayor de trabajadores.

La oferta de Santander España planteada ayer en una reunión que duró dos horas y media contempla la posibilidad de que la mitad de los afectados por esta reestructuración puedan optar a jubilaciones anticipadas. De esa forma, unas 600 personas no se verían afectadas por los despidos, a cambio de que salieran de la empresa con una retribución que supondría el 70% del salario bruto anual. El banco prevé que accedan a esta opción los mayores de 58 años. En el caso de las bajas voluntarias del resto de empleados, la entidad ha propuesto una indemnización que representa 40 días por año trabajado, con un máximo de 24 mensualidades. La cifra se encuentra entre los 45 días vigentes hasta la reforma laboral de 2012 y los 33 días que rigen desde entonces. Además, se aplicarán medidas de movilidad geográfica, para trasladar a parte de la plantilla. Los traslados más lejanos se compensarán con 20.000 euros.

En los días previos a la negociación, los sindicatos esperaban que la oferta del banco fuera similar a la que se planteó para la absorción de Banesto (prejubilaciones desde los 55 años, cobrando el 80% del salario, y bajas incentivadas ofreciendo 50 días de indemnización por año trabajado) pero al final ha sido menor. Pero el proceso está en sus inicios y estas cifras iniciales pueden variar en el transcurso de la negociación. Desde CC OO estiman que el cierre de oficinas planteado no debería implicar un recorte de más de 900 empleados y que las prejubilaciones tendrían que suponer al menos el 75% del ajuste total.

Efecto en Cantabria

La próxima reunión está prevista para el lunes 11 y en ella el banco informará sobre el impacto del ajuste en los servicios centrales. Hasta el día 14 no habrá datos sobre el reparto territorial de los cierres de sucursales y las bajas concretas en la plantilla. En Cantabria el banco tiene 500 trabajadores repartidos en 115 oficinas. Si se aplica la regla general de ajuste en España de un 5% de trabajadores y un 13% de las oficinas, en Cantabria se recortaría la plantilla en 25 personas y se cerrarían 11 oficinas. Pero hay otras variables a considerar, ya que el banco ha anunciado que se mantendrán las oficinas únicas en cada localidad. Los sindicatos esperan que el grueso de los cierres tenga lugar en Santander y Torrelavega.

Los recortes también afectan a otras entidades. Ayer, el Banco Ceiss, que planteaba también una reducción de plantilla de hasta 1.120 puestos de trabajo, matizó que la cifra era un punto de partida en la negociación. La Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) sostiene que es de esperar el cierre de unas 3.000 oficinas y una reducción de plantilla de otros 14.688 empleados hasta 2019.