Cantabria reduce un 12,6% su consumo eléctrico en cinco años y duplica la tendencia nacional
La industria regional acumula el 65% de la demanda autonómica, frente a un 35% medio del sector secundario en el conjunto de España
El consumo eléctrico es uno de los parámetros que apuntan hacia un mayor o menor dinamismo económico y de la actividad de un territorio. En ... los últimos tiempos bajo el foco de una necesaria mayor eficiencia, se puede decir que Cantabria ha recortado notablemente sus necesidades energéticas. Al menos así se desprende de un estudio basado en datos de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) elaborado por Papernest. En concreto, la región utiliza un 12,6% menos de electricidad en tan sólo cinco años, los que van de 2019 a 2024, más del doble que la media nacional, que retrocede un 5,61%.
Como recuerda Papernest, «el consumo eléctrico es un indicador directo de la actividad económica y social, mientras que el número de puntos de suministro refleja el dinamismo de la red y su capacidad para cubrir más hogares, negocios e industrias». De hecho, el número de contratos aumenta un 2,72% durante el tiempo analizado, lo que a juicio de los autores del estudio «apunta a un patrón de consumo más distribuido», señalan.
En cifras, el consumo eléctrico cántabro pasó de 3.921.190 megavatios hora en 2019, justo antes de la pandemia coronavírica que golpeó con fuerza España desde marzo de 2020, a los 3.425.860 tegistrados un lustro después.
El dato
3,42 millones
de megavatios hora de electricidad utilizó Cantabria en 2024.
3.023 megavatios
por hora anuales usa de media cada cliente industrial; 1.389,9 en España
Los datos de Competencia «muestran que Cantabria consume de forma sostenida menos electricidad que la media española y que la brecha relativa se ha ampliado en los últimos años. Mientras la media nacional retrocede ligeramente, Cantabria registra una caída más pronunciada», recoge el informe. En concreto, la demanda de la Comunidad era un 14,7% inferior al conjunto del país en la segunda mitad de 2019. En el mismo periodo de 2024 el diferencial se amplió hasta una desventaja del 21,02%.
Como motivos para estas tendencias cántabras el documento no sólo señala cuestiones como la eficiencia energética, sino igualmente cambios en el tejido industrial y un menor dinamismo económico.
En paralelo, la extensión de la red durante el tiempo de análisis. Una subida en la región del 2,7% en cuanto a los puntos de suministro que contrasta con esa demanda a la baja: 433.985 frente a 445.807. El promedio del país aumenta un 3,41% y Cantabria tiene una red un 23,97% más pequeña que el conjunto autonómico.
«Aunque el ritmo de crecimiento en Cantabria es algo menor al del promedio nacional, los datos muestran un incremento sostenido de contratos, lo que indica una red eléctrica más extensa y con mayor cobertura, incluso en un contexto de menor consumo».
Fábricas, pymes y hogares
El desglose por sectores evidencia el peso de la actividad secundaria. El 65% del consumo eléctrico se acumula en 737 puntos de suministro fabriles. Como comparativa, en España el negocio de las diferentes factorías e instalaciones industriales aglutina de media el 35% de la demanda de luz.
Cantabria «presenta un consumo industrial muy elevado, lo que evidencia un patrón de altísima concentración del uso energético en pocas instalaciones. En contraste, el consumo doméstico y de pymes es significativamente inferior a la media», apunta Papernest. El consumo medio por hogar en 2024 fue de 1,8 megavatios por hora, por 2,4 en el país. En las pymes se alcanzaron los 31,6 megavatios por contrato, por 39,3 en España.
Respecto a la industria, cada contrato cántabro usa 3.023 MWh, por los 1.389,9 de media anual del país.
Las fábricas locales aún pagan un 146% más por la luz que en Francia
En pleno debate sobre la garantía del sistema para evitar nuevos apagones generales como el acaecido el pasado 28 de abril en España, lo cierto es que la mayor aportación de fuentes tradicionales de generación como los ciclos combinados ha vuelto a elevar los costes que se repercuten en el precio final de la electricidad.
Desde el punto de vista del ámbito industrial, y de los usuarios más intensivos, una nueva actualización del barómetro que cada mes elabora la Asociación de Empresas con Gran consumo de Energía (AEGE) recoge que las fábricas españolas electrointensivas –en Cantabria, Ferroatlántica, Global Steel Wire, Reinosa Forgings & Castings, Sidenor y Bondalti– siguen pagando un 146% más por la luz que en Francia y un 46% más que en Alemania.
Una brecha de precio, y por consiguiente competitiva, denunciada una vez más por AEGE. El pasado mes el coste final del megavatio por hora en España llegaba a 60,99 euros, frente a los 23,05 euros del país vecino, con una tarifa especial para su estructura fabril y un respaldo incondicional de la Administración. Las factorías germanas, pese al golpe que supuso dejar de recurrir al gas ruso, compran el megavatio a 41,85 euros.
«Los consumidores electrointensivos en España hacen frente a unos costes por los servicios de ajuste del sistema que no son considerados en Francia y Alemania. Esto amplía la brecha competitiva en más de 17 euros el megavatio por hora», lamenta la patronal de los grandes consumidores.
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