Las eléctricas se defienden y cargan contra el operador: «Seguimos sus órdenes»

Por ello, fuentes de estas compañías rechazan de plano cualquier responsabilidad en el apagón del 28 de abril. Las eléctricas consultadas insisten: «Seguimos las órdenes del operador». Y lo señalan como el responsable de una mala programación de la red el día del cero sin precedentes.

Según esas mismas fuentes, el 28 de abril Red Eléctrica disponía de recursos suficientes para garantizar el control de tensión, incluidas centrales síncronas que, no obstante, decidió no despachar. «Pero optó –añaden– por gestionar la tensión con una capacidad síncrona limitada y un reparto geográfico desequilibrado, lo que dejó al sistema en situación de vulnerabilidad».

«Nos hemos enterado cuando todos», apuntaban este desde las empresas en relación al informe gubernamental. Tal ha sido el desconcierto, que por la mañana el CEO de Endesa, José Bogas, solicitaba que no se «acusara a nadie». Sin embargo, el Ejecutivo ha concluido que, además de un posible error de planificación de Red Eléctrica para aquel día, nueve centrales convencionales (ciclo combinado, hidráulicas y nucleares) que las empresas debían tener disponibles para episodios de sobretensión «no operaron según lo previsto y tuvieron algún incumplimiento».

Aunque Aagesen ha pedido no leer el informe como un documento que establezca culpas sino las medidas para evitar otro episodio, ese señalamiento supone una acusación directa a las grandes energéticas titulares de esas instalaciones, como Iberdrola, Naturgy o EDP. Un alto responsable de una de ellas negaba esa posibilidad y reclamaba que si había empresas que no habían cumplido, como dice el Gobierno, se concretasen.

El sector insiste en que sus instalaciones actuaron de acuerdo a las órdenes de Red Eléctrica y recuerda que el fallo de la red fue provocado por un apoyo del 'mix' de generación en las renovables sin el soporte necesario para absorber las subidas de tensión. «El operador –señala otro agente de estas compañías– no ha de preocuparse tanto del precio y de que haya muchas renovables en la generación; su obligación es garantizar el suministro».

De hecho, las eléctricas recalcan la gravedad de algunas decisiones del operador (REE), como el mallado de la red para absorber las oscilaciones de frecuencia. Fue algo que cargó la tensión hasta en 1,5 GW, explica un directivo de una compañía del sector. Además, echan de menos más explicaciones sobre la interconexión con Francia, cuya exportación se cerró para paliar las oscilaciones previas al apagón.

El caso es que el nivel del enfrentamiento entre el Gobierno y las eléctricas sigue subiendo varios grados y no se acerca a una solución. Es más, las compañías dan por hecho que terminará en un complicado y largo litigio legal para determinar las responsabilidades, aunque esta vía judicial no la abrirán ellas sino las reclamaciones de los afectados y las compañías aseguradoras.

Por ahora, sin embargo, prevalece el reparto de culpas y nadie parece asumir ese papel, lo que augura un escenario de bloqueo e incertidumbre jurídica. Eso sí, la pelota del análisis pasa ya al supervisor, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que asume así el papel de análisis. Y las eléctricas se fían más de la institución presidida por Cani Fernández, porque «en este caso no es juez y parte».