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Manuel Campo Vidal. DM
«Innovación, digitalización y sostenibilidad son claves para saltar del pasado al futuro»

«Innovación, digitalización y sostenibilidad son claves para saltar del pasado al futuro»

MANUEL CAMPO VIDAL. Fundador de la Red de Periodistas Rurales

PATRICIA DELGADO

Lunes, 10 de enero 2022, 13:05

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Perfil

Nacido en Camporrells (Huesca), Manuel Campo Vidal es periodista y profesor de comunicación. Autor del libro 'La España despoblada', es fundador de la Red de Periodistas Rurales, un colectivo que impulsó en enero de 2019 para dar la máxima visibilidad a la España vaciada y reclamar medidas contra la despoblación y el reto demográfico.

–¿Qué elementos debe tener un territorio rural inteligente?

–Una comarca, un valle o una mancomunidad se convierte en Territorio Rural Inteligente si tiene buena conectividad por teléfono e Internet, unos servicios asistenciales mínimos y, sobre todo, si existe factor humano activo; es decir, personas con iniciativa, capaces de impulsar un proyecto económico o social, ya sea turístico, agrícola o de cualquier naturaleza. En el Territorio Rural Inteligente hay vida porque hay proyecto. En otras partes, simplemente se vegeta.

–¿Cuáles considera que son las principales oportunidades y retos que tienen los entornos rurales?

–Hoy se abre para los entornos rurales una nueva posibilidad para salir del abandono o de la simple proclamación de la reivindicación: elaborar un proyecto de futuro solicitando apoyo transversal para realizarlo. Hay que sustituir la ayuda puntual, casi siempre sectorial e insuficiente, por una acción amplia, un plan integral, que implique varios aspectos para que, sumados, asienten una nueva actividad y, en consecuencia, para que generen empleo y estabilidad.

–Innovación, sostenibilidad y digitalización son los pilares sobre los que se asienta el nuevo paradigma de los entornos rurales, ¿cree que son conceptos que deben desarrollarse de manera común o personalizada a cada lugar?

–Cada territorio exige y permite un traje a la medida para ajustar los recursos a las necesidades y a las posibilidades. La Unión Europea pide que cada entorno se apoye en aquello en lo que sea fuerte y le dé un carácter singular: si hay recursos termales, aprovéchense; si los paisajes son excepcionales, fomentemos el turismo rural con decisión, y así sucesivamente. Pero la innovación, la sostenibilidad y la digitalización deben estar siempre presentes para entrar en una nueva fase y saltar del pasado al futuro.

–¿Cree usted que el modelo de transición energética puede ser un motor de desarrollo para los entornos rurales?

–Cualquier avance en producción de energías renovables debe ser considerado y, casi sin excepciones, celebrado. Pero no se puede pedir a unas provincias que se conviertan en meras subsidiarias de otras. Las regiones montañosas dieron sus jóvenes y entregaron sus valles a la energía eléctrica para que se desarrollaran otras provincias industriales sin que quedara nada en el territorio. No se puede volver a repetir: transición energética sí, pero con transacción para favorecer también a los que aportan el territorio.

–¿Están los organismos públicos comprometidos con las necesidades que conlleva este cambio?

–La disposición favorable de los organismos públicos hoy es incomparable con la abulia administrativa que padecíamos durante décadas, por no decir durante un siglo. Pero no es uniforme: hay quien lo toma muy en serio y otros organismos se dejan llevar. Que exista la Secretaría General de Reto Demográfico es una garantía. El ciudadano debe exigir a sus administraciones próximas compromiso y acción. Es el momento de hacer ver a algunas autoridades aquellas oportunidades que ni ellas, devoradas por el día a día, detectan.

Creo que Cantabria tiene una oportunidad preferencial. Al tener desarrolladas algunas experiencias pioneras gracias al equipo de Zwit -una de las consultoras más innovadoras en España, con base en Santander- dispone de un proyecto transversal que podría convertirse en modelo para otras zonas del país. El Gobierno cántabro debe decidir si quiere jugar ese papel de liderazgo.

–¿Cuáles diría que son las principales demandas que tiene que atender el gobierno nacional?

–La situación es extrema por lo que no hay tiempo que perder. Comprobar cómo se han retrasado las ayudas a los damnificados por el volcán de la isla de La Palma, subleva. Cualquiera que se mueva en el mundo rural debe sentir amparo y ayuda. Ese impulso de refundación de los entornos rurales debe ser atendido en sus demandas razonables. A la vez, es una oportunidad para muchas administraciones de ponerse en cabeza de este cambio y liderar un tiempo nuevo. Pero hay que dotar al medio rural de las infraestructuras y servicios necesarios para que las personas que lo habitan pueden llevar una vida plena.

–¿Y las empresas?, ¿considera que están en sintonía con este necesario desarrollo?

–Hay empresas grandes y medianas que giran su vista hacia el mundo rural y eso tiene doble valor: en lo que aportan y en la moral positiva que irradian. Pienso en Correos, con su proyecto de CorreosMarket, en Grupo Red Eléctrica, en entidades bancarias como Eurocaja Rural que abre sucursales en localidades donde otros cerraron, en la cooperativa de supermercados Coviran y en tantas otras. Hace falta una alianza de todos: administraciones, todas, ciudadanía y por supuesto empresas.

–La pieza protagonista de este puzzle es la población, ¿cómo de importante es que los residentes en estos lugares interioricen estos nuevos valores como algo clave para su futuro?, ¿necesitan concienciarse de que deben ser protagonistas del cambio?

–No podemos pretender que todo cambie sin cambiar nosotros. Una nueva realidad digitalizada exige una mínima adaptación de la población, en general, a las nuevas habilidades requeridas, aunque sean mínimas. Junto a ellos deben formarse técnicos para comprender y aprovechar las nuevas oportunidades. Por eso en Next Educación vamos a lanzar, de acuerdo con la FEMP (Federación Española de Municipios y Provincias), un Diplomado en Territorio Rural Inteligente. Es imprescindible elaborar un proyecto para cada realidad y hacerlo con personas formadas que lideren el cambio de modelo de desarrollo. Eso es clave para que sea la población del mundo rural la que impulse el desarrollo sostenible e inteligente de su entorno.

–¿Con esta evolución amparada por factores como el teletrabajo, la creación de servicios e infraestructuras, es más factible que se produzca una migración de la ciudad a los pueblos?

–Los pueblos ya se pueden dividir hoy entre aquellos desde los que se pueda teletrabajar y los que no sea posible. Pero no es suficiente: también entre aquellos que faciliten venta, alquiler o rehabilitación de viviendas en desuso y los que son reacios a la llegada de nuevos vecinos. Con esas premisas, hay opciones para recibir nuevos «repobladores» que, sobre todo después de la pandemia, entienden que la vida en un pueblo es más segura y saludable. No es, ni será, un movimiento masivo pero sí significativo. Hay que aprovecharlo y entender que cada recién llegado es portador de un componente de diversidad enriquecedora y, seguramente, de modernidad.

–Precisamente para frenar la despoblación surge la Red de Periodistas Rurales, ¿cómo nace este proyecto, con qué objetivos y a través de qué tipo de acciones desarrolla su actividad?

–Cuando me solicitaron apoyo hace tres años y medio para poner en la agenda mediática los problemas de la España rural, a la vista de que no había presupuesto alguno, pensé que lo mejor era impulsar un lobby informal: una alianza entre periodistas que están en el área rural, otros que estamos en las ciudades pero procedemos de allí y nos duele, y aquellos que nos pudieran apoyar por pura simpatía o por comprender que España no puede soportar un desequilibrio territorial tan profundo. Es insostenible incluso desde el punto de vista medioambiental. Hoy la realidad mediática de la España rural es otra, afortunadamente, y su presencia en la agenda política es esperanzadora. Pero si no seguimos pedaleando, la bicicleta se para y te caes.

–¿Qué papel cumplen o pueden cumplir los periodistas para ser un agente más que impulse el desarrollo de los pueblos?

–La comunicación es básica y sin ella todo se muere. Vale también para el mundo rural. El cierre del bar en un pueblo y el de la tienda local, es el anuncio de la despoblación definitiva que llegará por falta de productos vitales y de la conversación imprescindible. De ahí mi homenaje a los medios y a los profesionales que trabajan en el mundo rural y en provincias con despoblación. No en todas las regiones hay un Diario Montañés sensible a esta realidad. Cada vez estamos más globalizados, pero lo local es fundamental y la información es su energía.

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