El primer criador de perdiz de Europa instala una granja en Santillana del Mar
La empresa, con sede en Burgos, comercializa las aves y sus huevos en España, Inglaterra, Italia, Portugal, Irlanda, Francia y Estados Unidos
El clima de esta zona es favorable para la producción de huevos de perdices. Es la principal razón que ha llevado a Altube, líder en ... Europa en cría y gestión de la perdiz roja, a instalar hace unos meses una de sus sedes en Santillana del Mar. Desde septiembre del año pasado, una extensión de cinco hectáreas alberga a cerca de nueve mil aves, que habitan en jaulas dispuestas en largos lineales paralelos, donde se recoge una producción de hasta cuatro mil huevos diarios. La infraestructura, que ha alcanzado el medio millón de euros, llamaría la atención de los visitantes del municipio si no fuera por lo recóndito de su ubicación, en el barrio de La Tejera.
Este proyecto funciona desde hace 48 años para repoblar el campo, mediante la multiplicación de perdices en cautividad y la posterior suelta.
LAS CIFRAS
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9.000 perdices alberga la instalación cántabra en una primera fase, cifra que irá al alza.
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4.000 huevos diarios obtiene la instalación en el punto álgido de la reproducción.
La empresa cuenta con la sede central en Burgos y tiene también diez puntos de cría y cinco de reproducción. De estos últimos, uno es el de Santillana. Es la única compañía que realiza el ciclo completo.
El área previamente estaba ocupada por una explotación ganadera y ha sido alquilada por la empresa, que lo ha reconvertido. Cuenta con una nave y en ella se han instalado los vestuarios, además de dotarla de frigorífico para guardar los huevos y gestionar el vado sanitario.
Como explica el promotor, Patxi Garmendia, se trata de una actividad que desde las administraciones miran con recelo, «a pesar de que no tiene ningún efecto negativo, ninguna contraindicación». Por ello, previamente a poner en marcha el proyecto, técnicos del Ayuntamiento se acercaron a la central, donde se les explicó en qué consistiría. «Les trajimos a ver instalaciones similares, y a día de hoy ya se ha demostrado que era verdad que no molesta a nadie», afirma el empresario, que añade que de momento se han generado tres puestos de trabajo, con previsión de que lleguen a ser «ocho o diez» porque solo se ha instalado el 20 por ciento de la capacidad con la que cuenta el área.
«Voy mucho a Laredo y siempre estoy mirando con la idea de instalarlo por Cantabria, pero es difícil que venga uno desde fuera, desde Burgos, a convencer de poder instalar algo que no se ha visto nunca», comprende. «De Burgos para abajo calienta cada vez más y el calor para las reproductoras no es bueno», lamenta el empresario.
Aquí concretamente llegó por un intermediario que le dijo que los dueños de la explotación ganadera estaban cansados tras tanto tiempo trabajando con las vacas. Finalmente, además de alquilarles el terreno contrató a la propietaria, que trabaja ahora cuidando de las perdices y recogiendo sus huevos.
Además, Garmendia expresa su deseo de seguir extendiendo la actividad por Cantabria, ahora que las administraciones tienen esta referencia. «No tengo ninguna duda de que es el clima que mejor va», afirma. Lo que necesitaría es una extensión mínima de dos o tres hectáreas y posibilidad de ubicar las perdices hacia el este.
Con todas las sedes con las que cuenta Altube produce más de dos millones de perdices adultas, además de huevos y pollos, para vender a otras granjas. Exporta las aves a países de Europa como Inglaterra, Portugal, Irlanda y Francia. A Estados Unidos exporta solo los huevos. «Por el tema del transporte, se incuban allí y salen las perdices españolas», cuenta Garmendia. Dentro de España, la empresa vende especialmente en León y en Burgos.
Sobre la ausencia de perdices rojas en los campos de Cantabria, donde «la gestión de la caza es bastante obsoleta», Garmendia opina que «es una pena que no haya». Y dado que antiguamente las había, «y es un eslabón que falta en la cadena trófica», se debería «hacer lo que haya que hacer para volver a tener». Sus usos pueden ser la caza, «o también simplemente para que estén como han estado toda la vida».
«Combinando nutrición y vanguardia genética, en Perdices Altube nos sentimos orgullosos de haber conquistado la calidad suprema. Nuestras perdices tienen un comportamiento en libertad guiado por un instinto salvaje que hace de su caza una experiencia sin igual. Quienes más saben de esto no tienen dudas», asegura.
Perdices Altube comenzó a trabajar en 1978 con el objetivo de conseguir la reproducción de la perdiz roja manteniendo una línea genética y una bravura similar a la de los ejemplares silvestres. Debido a su interés en mantener la genética de la perdiz roja, desde hace varios años viene centrando parte de sus esfuerzos en la búsqueda de marcadores moleculares y la puesta a punto de un método de genotipado que permita la evaluación y control de los animales que van a ser liberados al campo. Disponen no solo de la tecnología para criar genotipos salvajes, sino que ofrecen la posibilidad de trazar el producto para la garantía del mercado.
El grupo empresarial, que cuenta con trescientos trabajadores, produce también Wagyu y plantea una cadena de hamburgueserías en Burgos, País Vasco y Cantabria. Aquí contará con locales en Santander y Torrelavega.
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