Cantabria sumó en julio 4.388 afiliaciones con los servicios sosteniendo el bajón en industria
Los buenos datos de las cotizaciones contrastan con los del paro, que el pasado mes descendió sólo en 40 desempleados
El verano, el buen tiempo, las fiestas en Santander y los pelotones de turistas llegando a Cantabria, sumados a la buena inercia que lleva el ... mercado laboral, hacían presagiar que julio traería una buena actualización del mercado laboral. Y así ha sido. Lo dejan patente las 4.388 afiliaciones a la Seguridad Social que sumó la región con respecto a junio (1,83%). No obstante, la fotografía también deja en evidencia más que nunca las distorsiones que tiene el sistema actual, porque el impulso en las cotizaciones contrasta, y mucho, con que el desempleo haya disminuido tan sólo en 40 personas (-0,15%), lo cual desde los sindicatos han achacado al efecto que ejercen los fijos discontinuos, «que suman 5.799 trabajadores en la región».
De esta forma, con un total de 243.925 cotizantes (4.927, un 2,06%, más que hace un año) y 26.971 desempleados (1.905 un 6,60%, menos que hace un año) Cantabria arroja las menores cifras de paro visto desde 2008 y sigue en máximos históricos de afiliaciones. «Son de nuevo unas cifras récord, un mérito», celebró la presidenta del Gobierno regional , María José Sáenz de Buruaga, porque «nunca había habido más empleo en Cantabria».
Y esa es una arenga que nadie niega a la jefa del Ejecutivo. Ni los sindicatos, ni la CEOE. No obstante, los agentes sociales, pese a expresar principalmente valoraciones que hablan de una evolución «positiva» y «favorable» dado que se trata del sexto mes consecutivo en el que desciende el desempleo para Cantabria, también expresaron cierta preocupación. «El paro no había disminuido tan poco en toda la serie histórica desde 1996 en un mes de julio», destacaba, por su parte, UGT. Y al respecto la CEOE, ante una «moderada» reducción de tan sólo 40 desempleados (considerablemente por debajo del recorte que trajo junio de 878 parados) sí atisba síntomas de una «desaceleración».
Es una reflexión que no niega Buruaga, que habló de que «no siempre se puede marcar un nuevo récord, empieza a ser difícil superar nuestros propios registros al estar ya acercándonos al pleno empleo técnico». Sin embargo, la presidenta enfatizó que «eso no nos va a impedir seguir trabajando para apurar estos datos al máximo y mejorar la calidad del empleo».
Temporalidad
Precisamente el tipo de trabajo que se está generando en Cantabria es uno de los grandes quebraderos de cabeza del sistema, y en la última actualización no ha sido menos. Los datos plasman en esta ocasión un considerable recorte de puestos en industria, el único sector que aumenta en parados con 104 empleos menos (+5,54%) en la región, claramente impactado por el ERE de Bridgestone; mientras que en servicios bajó el paro en 60 personas (-0,3%); en agricultura hubo 24 menos (-6%); en construcción, 13 menos (-0,74%) y sin empleo anterior, 47 menos (-1,79%).
En este caso es Comisiones Obreras el que expresa una mayor preocupación respecto al retroceso del trabajo en la industria que incrementa la dependencia de trabajos como la hostelería que ofrece «mucha más precariedad». De los más de 21.070 contratos que se registraron en Cantabria en julio (un 2,2% más que en el mismo mes del año anterior), el sector servicios totalizó más de 17.000 de ellos, mientras que agricultura generó 199 contrataciones, industria 2.997 y construcción 523. Incluso a la CEOE no se le escapa que «aunque la evolución sigue siendo favorable, debemos mirar más allá del impulso estacional y trabajar por un empleo más estable y alineado con las necesidades del mercado», valoraron desde la patronal.
Respecto a la temporalidad, un total de 597 contrataciones de julio fueron indefinidas frente a los 15.473 que se suscribieron estipulando una fecha de cierre de relación laboral. Es ahí donde cree el sindicato USO que se están «maquillando» los datos y donde se explica el desajuste entre el boyante escenario que dibujan las afiliaciones frente al más sostenido que arrojan las estadísticas del paro. «Aunque en papel se contabilizan como empleo, muchos de estos contratos esconden una realidad menos optimista con trabajadores que alternan periodos de actividad con largos meses de inactividad, sin ser contabilizados como parados por el SEPE».
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