Cántabros en México: «La gente que vivió el seísmo de 1985 estaba aterrada»
Dos santanderinos cuentan cómo vivieron los primeros momentos y la solidaridad del pueblo mexicano
a. c.
Santander
Jueves, 21 de septiembre 2017, 07:14
«Yo estaba caminando con mi hija de cuatro años y mi perra, volvíamos del colegio justo en el momento en el que todo empezó a temblar», rememora Jana Capracci, una joven de Santander residente en la capital azteca desde hace cinco años a la que todavía se le quiebra la voz recordando el episodio de ayer. «En cuestión de tres segundos el edificio por el que pasábamos crujió, se empezaron a desprender restos de cemento, hubo una fuga de gas y la gente empezó a salir en estampida de los restaurantes gritando que era como el de 1985».
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A Daniel González, periodista cántabro afincado en Ciudad de México desde hace cuatro años, el terremoto le pilló trabajando en la novena planta de un edificio. «Cuando todo empezó no nos daba tiempo a bajar las escaleras y nos metimos debajo de vigas estructurales que es lo que te recomiendan por protocolo en caso de seísmo».
Pero si hay algo que destacan estos cántabros es que la capital mexicana se ha llenado de solidaridad. «Todo el mundo se está movilizando dentro de sus posibilidades. Yo trabajo en una fundación para el rescate de animales que ayer abrió sus puertas para acoger a todas las mascotas, que afectados por el temblor, se escaparon o se perdieron en la ciudad», afirmaba la santanderina.
En la misma línea se pronunciaba Daniel González: «Este es un país muy bipolar, capaz de lo mejor y de lo peor a todos los niveles y lo que ha demostrado el terremoto es otra vez eso. La solidaridad es brutal, esta mañana cuando he ido a llevar comida y agua a un centro de acopio al lado de mi apartamento, había cientos de personas, gente de todas las partes de la ciudad colaborando, es increíble».
«Nos volveremos a levantar»
Los mexicanos afincados en Cantabria leen con dolor las últimas informaciones que llegan de México tras el terremoto de magnitud 7,1 en la escala de Richter. Todavía hoy se siguen buscando supervivientes entre los escombros.
«Ahora mismo solo queda levantarse ante la adversidad y los mexicanos en eso somos buenos. Ya lo hicimos hace 32 años», cuenta a El Diario Montañés Ana Karina Pedrero, afincada en España hace quince años.
«Siento una gran impotencia, me gustaría estar en primera línea, cogiendo palas, dando comida y ayudando a mi gente. México no se merece esto, pero son cosas fuera de nuestro alcance y hay que superarlas», dice.
Pedro González pasó la mitad de su vida en México hasta que hace una década volvió a Santander, su ciudad natal. En los últimos dos días le cuesta encender el televisor. No da crédito a lo que ven sus ojos. Otra vez. Como ocurrió en 1985. «Es muy triste y doloroso», dice.
Al menos 238 personas han muerto en el violento terremoto. «Todo nuestro apoyo a México y a sus ciudadanos. Ojalá pudiéramos estar allí para ayudar», coincide con Pedrero.