Trump agita el fantasma de una intervención terrestre en Venezuela
El presidente de EE UU y su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, hablaron por teléfono la semana pasada y acordaron explorar la posibilidad de reunirse en persona
La campaña estadounidense de presión contra Nicolás Maduro no encontró un respiro ni durante la cena de Acción de Gracias. Donald Trump aprovechó la tradicional ... llamada a las tropas para dar una vuelta de tuerca más a la escalada con Caracas. Tras realizar el mayor despliegue militar en el Caribe desde la invasión de Panamá y lanzar una veintena de ataques aéreos contra presuntas narcolanchas, el presidente anunció a los soldados que «muy pronto empezará» a «detener» a los «narcotraficantes de Venezuela» por tierra y añadió que, además, «por tierra es más fácil». Sólo unas horas después trascendió -según lo publicado por 'The New York Times'- que ambos líderes conversaron la semana pasada por teléfono y que la opción de una cita cara a cara se encuentra sobre la mesa.
El temor de Venezuela es que Trump estuviese anunciando una invasión terrestre, algo que los expertos consideran altamente improbable. Con todo, la conversación con los militares ha multiplicado las alarmas en el país, donde su presidente, Nicolás Maduro, ha puesto a sus tropas en «máxima alerta» y «lista para defender a la patria», dijo este miércoles vestido con uniforme castrense. Hasta ahora, la Operación Lanza del Sur se libraba a distancia. Hablar de «acción terrestre» abre el abanico a escenarios que van desde incursiones puntuales hasta la presencia de tropas en países vecinos, aunque cuesta imaginar un escenario en que los líderes de Colombia o Brasil autoricen a EE UU a realizar intervenciones en su frontera con Venezuela.
Fuentes gubernamentales de Axios aseguran que «nadie está planeando entrar y pegarle un tiro o secuestrarlo por ahora». «No diría nunca, pero desde luego ese no es el plan en este momento», insistieron. «Mientras tanto, vamos a volar los barcos que transportan droga. Vamos a frenar el narcotráfico».
En la videoconferencia a los militares de Acción de Gracias Trump presumió de los ataques contra supuestas narcolanchas, que han dejado más de 80 muertos desde septiembre. «Probablemente han notado que las personas ya no quieren entregar las drogas por mar», dijo el presidente.
Las órdenes de Hegseth
Cualquier operación terrestre que parta de Colombia, Brasil o Guyana requeriría autorización expresa de esos Gobiernos, o podría ser considerado un acto de agresión. El presidente colombiano, Gustavo Petro, ha condenado tajantemente los ataques que, según dice, se cobraron la vida de un pescador colombiano. El diario 'The Washington Post' publica que el propio secretario de Guerra, Pete Hegseth, que hizo una visita sorpresa a la flota para compartir el pavo, dio órdenes verbales de «matar a todos» los que viajaran en las lanchas. Al menos en una ocasión, los generales cumplieron su mandato lanzando un segundo misil contra dos supervivientes que quedaban en el agua. Ocurrió en el primer episodio, donde fueron asesinadas once personas, lo que explicaría la campaña de varios legisladores para recordar a los militares que no tienen que cumplir con «órdenes ilegales».
Happy Thanksgiving to the Warriors who defend this land every single day.
— Secretary of War Pete Hegseth (@SecWar) November 27, 2025
We thank God for your courage, your calling, and your sacrifice. pic.twitter.com/6XQ93hdJgu
En la dramática escena ocurrida en las costas de Trinidad, «los comandantes se quedaron mirando durante varios minutos la lancha» en llamas a través de la señal en directo que mandaba el dron. Según se disipó el humo vieron a «dos supervivientes que se aferraban a los restos humeantes». Tocaba ordenar un segundo disparo, que «los hizo reventar por el aire», dijeron dos fuentes al periódico. Puesto que no constituían ninguna amenaza inminente contra EE UU, ni el país está involucrado en una guerra extranjera, ha dicho el Ejecutivo de Trump al Congreso, los expertos legales coinciden en que se trataría de un asesinato.
La Administración Trump lo enmarca siempre en la batalla contra el narcotráfico, para la que ha conseguido atribuciones de lucha antiterrorista al declarar como organización terrorista al falso Cártel de los Soles, que -según denunció en un juzgado de Nueva York durante su primer mandato-, lidera Maduro. El presidente de EE UU mantiene abierto canal de comunicación con Maduro para negociar su salida y no descarta tener un encuentro con él, dijo la semana pasada. Este viernes se supo, a través de una filtración de 'The New York Times', que ambos habían mantenido una conversación telefónica en la que se discutió ese posible encuentro. En ella habría estado también el secretario de Estado, Marco Rubio.
Cualquier operación terrestre contra Venezuela que parta de Colombia, Brasil o Guyana requeriría autorización expresa de sus Gobiernos, o podría ser considerado un acto de agresión
Si bien el rotativo no da información sobre el contenido, se sabe que el líder chavista ofreció en octubre un porcentaje sustancial de la industria petrolera de su país y la posibilidad de transferir el poder a su vicepresidente para no presentarse en las siguientes elecciones. Washington, sin embargo, no aceptaría nada menos que el exilio, entre cuyos destinos se baraja Turquía, que al no reconocer la Corte Penal Internacional sería un lugar seguro para el mandatario imputado en Nueva York. De ser detenido en una operación a lo Osama Bin laden, Maduro podría acabar como el exdirigente panameño Manuel Noriega, en una cárcel de EE UU.
Condenada a 30 años de cárcel por un mensaje de WhatsApp contra Maduro
Un mensaje de audio por WhatsApp le ha costado una condena de 30 años de cárcel a la médico venezolana Marggie Xiomara Orozco Tapias. A través de esa plataforma criticó a Nicolás Maduro –presidente del régimen chavista–, pidió a un grupo de vecinos que no le votaran en las elecciones de 2024 y dijo que el país se estaba «cayendo a cachos». El pasado 16 de noviembre, la juez Luz Dary Moreno dictó su condena de prisión por «traición a la patria, conspiración e incitación al odio».
Ocho días después de los comicios del 28 de julio de 2024, en los que se impuso Maduro en medio de las denuncias de fraude por parte de la oposición, agentes de la policía se presentaron en la casa de Orozco. Fue arrestada. Al parecer, algunos residentes a los que llegó su mensaje la habían denunciado. «Durante tres días no supimos nada de ella», relató su hijo en la BBC. «Mi madre sólo pidió que no votaran por Maduro, que dejaran de apoyar al gobierno», asegura. «No salió a la calle a tirar piedras o quemar neumáticos. Ni tampoco pidió una invasión extranjera», añade.
Orozco tiene 65 años y se enfrenta a la pena máxima de prisión contemplada por la legislación venezolana. Este tipo de condena está reservado para homicidios y secuestros, aunque no es la primera vez que la justicia de este país actúa con dureza contra la libertad de expresión. Para las autoridades chavistas, este derecho «no es absoluto». Con una flota estadounidense frente a las costas del país caribeño y la amenaza lanzada por Trump de que va a intervenir en suelo venezolano, la tensión es máxima en el país. En ese contexto de alarma nacional, el tribunal ha considerado a Orozco una «traidora» por un mensaje de WhatsApp.
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