Trump anima a los jefes militares a luchar «contra el enemigo interno»
El ejército de EE UU recuperará el «estándar masculino», sin barbudos y con la presencia de mujeres en el frente reducida al mínimo
Aunque solo fuera por motivos de seguridad, nunca antes Estados Unidos había convocado a todos sus generales repartidos por el mundo para una reunión bajo ... el mismo techo, el de la base de entrenamiento de los marines en Quantico (Virginia), a donde también acudieron el comandante en jefe y el secretario de Guerra. Tampoco se había dado antes una reestructuración tan abrupta de la cultura militar del país y su misión, definida a partir de ahora como la lucha «contra el enemigo interno», que Donald Trump ha identificado previamente con la «izquierda radical».
«Estamos siendo invadidos desde dentro», informó a los militares al reenfocar su misión como una lucha interna contra sus propios ciudadanos, un enemigo que, a su juicio, «no es distinto de uno extranjero, pero en muchos aspectos resulta más difícil porque no lleva uniforme». «Al menos cuando lleva, puedes eliminarlo», lamentó. El decreto de la semana pasada que declara a Antifa como organización terrorista le da cobertura para detener a cualquier activista de causas progresistas. Además, en agosto «firmé una orden ejecutiva para adiestrar a una fuerza de reacción rápida que contribuya a sofocar disturbios civiles», informó.
Noticia relacionada
Estados Unidos recupera la figura del censor
En su intervención de más de una hora, en la que abordó temas tan diversos como los aranceles o su decisión de rebautizar el Golfo de México como Golfo de América, Trump celebró la ayuda militar contra la inmigración que, como el crimen, le sirve de excusa para tomar el control de «esas ciudades peligrosas» gobernadas por el Partido Demócrata. «Le dije a Pete (Hegseth, secretario de Guerra) que deberíamos usar algunas como campo de entrenamiento para nuestra Guardia Nacional. Vamos a entrar en Chicago muy pronto», advirtió.
En la mira están también Memphis, donde el gobernador republicano aplaude ese despliegue; Portland (Oregón), una de las ciudades más progresistas del país que Trump consideró este martes «la peor»; y Nueva York, a la que con hundirla al privarla de fondos federales si el mes que viene eligen como alcalde al candidato socialista Zohran Mamdani.
Para el jefe del Pentágono, la transformación de las fuerzas armadas en las últimas décadas para adaptarse a los cambios sociales ha sido un desastre que piensa corregir. «Líderes políticos irresponsables nos encaminaron en la mala dirección y nos perdimos», explicó. «La era de la corrección política se ha terminado». La presencia de mujeres en los frentes de guerra será mínima o nula, según los criterios que establezca y que quiere remontar a los años noventa. «Cuando se trata de cualquier trabajo que requiera fuerza física para desempeñarse en combate, esos estándares físicos deben ser altos y neutrales en cuanto al género. Y si eso significa que ninguna mujer califique para algunos puestos de combate, que así sea», planteó.
«Búscate otro trabajo»
Hay que subir la testosterona y entrenar duro para que vuelvan los cuerpos musculosos, «y no estoy hablando de hot yoga o de estiramientos», advirtió. «No más barbas, pelo largo o expresiones individuales o superficiales. Si quieres barba, súmate a las fuerzas especiales, pero aquí no queremos un ejército lleno de paganos nórdicos. La era de barbudos y afeitados ridículos se ha acabado. Si no alcanzas los estándares masculinos, es hora de que te busques otro trabajo», zanjó. En el auditorio los generales no pestañeaban, pero Hegseth sabía que detrás de esos rostros había congoja. «Si estas palabras que estoy pronunciando hacen que se te hunda el corazón, hazlo honorable y dimite», les aconsejó.
El adoctrinamiento militar no se remite solo a la apariencia física, ya que también anunció una revisión de la política sobre los «el acoso, las novatadas y lo que es tóxico», que ahora deja de serlo. «Se han convertido en armas para socavar a los comandantes y a los suboficiales», justificó.
Bajo su liderazgo se despreciará la cultura de la cautela a la que se refirió como «andar con pies de plomo» y se acabará con la falta de tolerancia hacia los errores. «Una cultura adversa al riesgo significa que los oficiales ejecutan no para ganar, sino para no perder», comentó. Y en todo eso, tanto el jefe del Pentágono como el comandante en jefe prometieron apoyarles siempre. «Os guardaré las espaldas al 100%», dijo Trump. «Nunca me verán titubear lo más mínimo. Vamos a hacer que nuestras fuerzas armadas sean más fuertes, más duras, más rápidas, más feroces y más poderosas que nunca».
El presidente de EE UU evitó ser reclutado durante la guerra de Vietnam gracias a cuatro prórrogas por estudios y una última por «espolones óseos» (juanetes), pero siempre ha tenido una gran admiración por los uniformes y los hombres duros, civiles o militares.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión