Feijóo y Abascal celebran su primera reunión en casi dos años con la legislatura en punto crítico
El encuentro llega en plena presión de Vox para que el líder del PP presente una moción de censura contra Sánchez, noqueado por los escándalos de corrupción
Alberto Núñez Feijóo despidió este miércoles el periodo de sesiones con un encuentro «informal» con Santiago Abascal en su despacho del Congreso. La última imagen ... de ambos líderes juntos, más allá de algún encuentro fugaz en los pasillos o en el patio de la Cámara baja, corresponde a septiembre de 2023, en el marco de las conversaciones para el intento fallido de la investidura del líder del PP. Desde entonces ha llovido mucho. «Ambos han comentado el contexto político nacional e internacional. El encuentro fue cordial y respetuoso desde la lógica discrepancia entre partidos diferentes», se limitaron a explicar en el entorno de Feijóo. Una cita que confirmaron desde Vox sin querer tampoco entrar en detalle sobre el contenido. «Sólo queremos señalar -apuntaron desde la cúpula- que Santiago Abascal dice lo mismo en público que en privado».
Con la legislatura en el alambre por el escándalo de corrupción que afecta a los dos últimos secretarios de Organización del PSOE, Santos Cerdán y José Luis Ábalos, la relación entre PP y Vox atraviesa turbulencias. Los voxistas llevan semanas presionando a Feijóo para que se atreva a dar el paso y presente una moción de censura contra Pedro Sánchez a pesar de que no tiene garantizados los apoyos para que salga adelante. Además de exigir la ruptura de «todos los acuerdos» con los socialistas, también en Bruselas.
El propio presidente del Gobierno ha desafiado a su rival a presentarla, sabedor de que los números no le dan. «No me faltan ganas, me faltan cuatro votos», le recordó el líder conservador el miércoles pasado en su rifirrafe semanal en la Cámara baja. Cuatro votos que debería conseguir o bien de Junts o del PNV, con quienes los puentes están rotos. Por el momento, la formación de Carles Puigdemont se ha desmarcado de esta ecuación, aunque el diputado Josep Pagès ya ha imaginado un escenario hipotético con PP y Vox en la Moncloa. «Algunos predican que PP y Vox vendrán de la mano de Junts, pero si acaban viniendo será por la corrupción del PSOE y por el pánico de las izquierdas que ya vemos en el hemiciclo», aseguró durante la sesión de control.
Los populares han descargado en los socios de investidura la responsabilidad de que esta moción de censura no sea una realidad y afean a Abascal que insista en atacar a sus siglas y no centrarse exclusivamente en Sánchez por todos los escándalos que salpican a su entorno familiar y político. En la cúpula del PP creen que el presidente socialista va a tratar de aguantar con una crisis de Gobierno y el intento de pactar unos Presupuestos con sus socios a la vuelta del verano que oxigenen la legislatura. Pero auguran que Sánchez no logrará aguantar hasta 2027 como se ha propuesto y se ven ya en la Moncloa. Las encuestas internas que manejan les dan ya 150 escaños y reconocen que Vox supera los 33 actuales.
Pese a la tensión en la arena nacional, PP y Vox han sellado acuerdos presupuestarios en la Comunidad Valenciana, Murcia y Baleares. Fue el pacto en Valencia el que abrió la veda y el que también dio a Carlos Mazón un balón de oxígeno, aunque en las filas populares dan por hecho que político alicantino no será el próximo candidato a la Presidencia de la Generalitat pero está por ver si Feijóo fuerza antes su salida. cualquier propuesta para suceder al mandatario valenciano debe ser refrendada en las Cortes, donde el PP no tiene mayoría absoluta y Vox entraría en la ecuación.
Los socialistas se mostraron, por su parte, muy críticos con que Feijóo «se cuadre ante Abascal» para recibir instrucciones. Acusan al líder del PP de buscar cualquier vía para desgastar al Gobierno, incluso a costa de alinearse con «el fascículo ideológico» de Vox, y afirman que la reunión ha servido para que Abascal «le pusiera deberes» al político gallego.«El liderazgo fallido de Feijóo chapotea en el jardín de infancia de la ultraderecha», concluyen desde Ferraz, lamentando que quien llegó a Madrid prometiendo hacer «política para adultos» haya acabado «de la mano de quienes representan los mayores retrocesos para España».
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