Un pionero del aprendizaje 'on line' y excelente deportista
El fallecimiento del laredano Javier Revuelta con 68 años ha sido un duro revés para quienes fueron sus alumnos y compañeros de claustro en el centro universitario Cesine, donde fue un destacado profesor que supo recibir muestras de respeto y, sobre todo, de cariño.
Ingeniero informático con una profunda vocación de formarse constantemente, Javier realizó varios cursos y másters para ampliar y mantener vigentes sus conocimientos en una materia de tantos cambios con su evolución tecnológica. Comenzó dando clases en la Academia Gutiérrez de la calle Vargas, donde se gestó la creación de Cesine, y en este centro fue un reconocido especialista en la enseñanza y el aprendizaje electrónico. Fue director académico durante 15 años, además de ser uno de los pioneros en desarrollar el método de enseñanza 'on line'.
Sin embargo, hay otra faceta de Javier que se merece destacar con letras mayúsculas, ya que fue un gran jugador de voleibol que, entre otros méritos, logró ser el mejor de Segunda División de la campaña 1976-77 en la que, por fin, un equipo cántabro conseguía ingresar en la máxima categoría de este deporte: el Instituto José María Pereda dirigido por Fernando Diestro. Poco después, lograría ser el primer jugador cántabro en formar parte de la selección nacional absoluta.
Javier tenía un salto muy potente, una altura adecuada y un gran remate que despistaba mucho a las barreras de los adversarios al ser zurdo. Tras su primera estancia en Primera División con el Pereda-Racing (1977-78), donde obtuvo la cuarta plaza liguera llegando a jugar las semifinales de la Copa del Rey, su talento le llevaría a ser internacional con la selección absoluta de voleibol, disputando el campeonato de Dusseldorf (Alemania), donde jugó contra las selecciones de Alemania, Grecia e Israel; y luego en Londres para participar en la Spring Cup, donde jugó los partidos contra Inglaterra, Austria, Luxemburgo y Suiza.
La muerte de Javier también ha causado un hondo pesar en los compañeros que le vieron crecer como jugador. Chema Díez Prieto, su mentor en Laredo, le recuerda abandonando el fútbol que practicaba para que en el Instituto Bernardino Escalante donde estudiaba se abrieran sus posibilidades en el voleibol.
Se fue a jugar a Santander con Fernando Diestro para emprender el proyecto del primer ascenso a Primera de la historia de este deporte en Cantabria. Compañeros como Ricardo y Jesús Merino, Ramón Torralbo, Javier Bolado, Arroitia, San José... no van a olvidar aquellos felices años de juventud y de éxitos deportivos. El mundo del voleibol y el de la enseñanza de la informática han perdido uno de sus más valiosos elementos.
