La doble vara de medir
Decimos que se usa una doble vara de medir cuando hechos o comportamientos idénticos se valoran de manera diferente, según quién los haga. No se ... busca justicia, sino tergiversar la realidad. Los aficionados al fútbol lo hacemos constantemente. Si nuestro defensa pega una patada al contrario, es un juego viril, y prácticamente ni le ha tocado. Pero si la agresión la comete el jugador rival, es un leñero, un salvaje. La doble vara de medir, o el doble rasero es eso que ocurre cuando juzgas de manera diferente en función de personas e ideologías. Ocurre en la cultura, en la política, en el deporte, en la religión… cuando justificas en los afines lo que no toleras en los diferentes.
Es una forma de ceguera, o incluso de esclavitud, porque quien juzga así, quizás es inconsciente de ello, y se termina creyendo sus argumentos. Por doble rasero tachas de inmoral en otros lo que es normal en los tuyos. Lo peor es que esa ceguera nos hace tremendamente dóciles. Porque quien manipula sí es consciente de las duplicidades, las contradicciones y las dos varas de medir que guarda en su cajón. Pero quien se deja manipular se va convirtiendo, poco a poco, en forofo acrítico y, sin darse cuenta, cautivo de sus propias decisiones.
Ni siquiera el Derecho escapa al doble rasero. Se ha apreciado que es más fácil que apliquemos una doble vara de medir al estatus social, el género, la etnia y la clase socioeconómica. La falta de conciencia es el terreno donde florece el doble rasero. Quizá debamos preguntarnos los motivos de nuestros juicios y comportamientos. Porque solo la verdad nos hará libres.
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