Recinto ferial para Santander
Una zona bien diseñada y con vistas a futuro, podría servir para la realización de otras muchas actividades fuera del periodo de las fiestas de Santiago
En un reciente artículo publicado en este mismo periódico, en julio de este año, decía: «Dada la importancia de que al recinto ferial pueda llegarse ... fácilmente, tanto por medios propios como a través del transporte público –recinto que ha ido pasando por múltiples emplazamientos, desde la Alameda Primera a la Plaza de las Estaciones, hasta actualmente, los Campos de Sport del Sardinero– el día que nuestro Ayuntamiento decida cambiar su ubicación, medida que parece próxima, debe tener muy en cuenta la necesidad de un acceso fácil, cómodo y barato, para que todos podamos seguir llegando a él como hacemos en su ubicación actual».
Pero este recinto ferial no solo debiera poder contar con espacio para las tradicionales ferias, el circo y las casetas que habitualmente se instalan en el mismo, y en las que se venden desde chucherías para los más pequeños hasta bebidas y recuerdos varios, sino también otros locales o amplias casetas en las que puedan reunirse grupos de personas en las que realizar múltiples y variadas actividades y en las que fuesen atendidos por los profesionales de hostelería de nuestra ciudad con los que contratasen sus servicios.
Así, las 'peñas' que existen en nuestra ciudad, y aquellas otras que puedan crearse en el futuro, podrían disponer de sus correspondientes casetas, al estilo de muchos recintos feriales de nuestro país, en las que reunirse, organizar comidas o cenas, bailes y demás festejos propios de estas fechas y fiestas.
Igualmente muchos colegios profesionales o asociaciones de diverso tipo y función, podrían también disponer de sus correspondientes casetas para fines análogos a los expuestos anteriormente, lo que les permitiría a sus colegiados y familias socializar con todos los miembros de su colectivo, fuesen colegiados o no, además de con los amigos que se sumen a los mismos, lo que permitiría establecer lazos no sólo profesionales sino también de amistad y colegueo, en las que podrían participar también miembros de su colegio o profesión de fuera de nuestra comunidad que por esas fechas estuviesen en Santander o en cualquier otra localidad de Cantabria.
Este recinto ferial evitaría que muchas calles y plazas del centro de la ciudad se conviertan, como con más frecuencia de la deseable viene ocurriendo ya actualmente, en lugares de concentración de grupos de personas bebiendo a todas las horas del día y de la noche, dificultando gravemente el acceso a las viviendas de quienes en ellas residen, y eso sin contar, pues después de lo dicho es fácilmente deducible, las molestias que generan a sus residentes que hace que cada vez con mas frecuencia éstos opten por abandonar las mismas durante ese tiempo y marchar, quien puede, claro, a otro lugar mas tranquilo.
Naturalmente, un recinto de tales características, bien diseñado y con vistas a futuro, podría servir para la realización de otras muchas actividades fuera del periodo de las fiestas de Santiago, por lo que es fundamental que por su diseño, espacio disponible, posibilidad de ampliación si un día fuese aconsejable y, por supuesto, cómodo acceso, tanto por usuarios particulares como por medio del transporte público, tenga tales características que haga atractivo y deseable su uso, pues sin ello desaparecerían las ventajas que con su construcción se buscan.
Es muy probable que muchos de los que hasta aquí hayan leído puedan pensar que tal propuesta es una utopía, sino irrealizable sí de muy difícil ejecución, tanto por la dificultad de encontrar el espacio preciso y adecuado para su construcción como por el elevado coste económico que tal proyecto supondría, razón por la que sería difícil para la Corporación Municipal de Santander afrontar tal proyecto por sí sola, lo que aconseja, por no decir obliga, a que en el mismo participen el Gobierno de Cantabria y, por qué no, también el Gobierno de España a través de los múltiples canales de colaboración y ayuda que para proyectos de todo tipo vemos que presta diariamente a muchos organismos públicos y privados, sin desechar, lógicamente, la posibilidad de obtener ayudas de fondos europeos, dada la positiva repercusión que éste proyecto podría tener en la economía de la ciudad.
No contar con un recinto como el comentado, bien sea en su aspecto más amplio y ambicioso, bien lo sea reducido para llevar las actuales ferias, conllevará, como se ha dicho anteriormente, que el centro de nuestra ciudad, sus calles y plazas más significativas, se asemejen cada vez más a clásicos lugares de botellón, con el correspondiente deterioro de las mismas ante la acumulación de basura y molestias de toda clase que este tipo de concentraciones produce habitualmente. Y es que estamos ya en nuestra ciudad, asé como en muchos pueblos de nuestra comunidad, en esa fase de, turismo: sí; más turismo: sí; pero de calidad y repartido en el tiempo, pues el turismo de masas y sin control puede llegar a ser más un problema que una solución.
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