El amor en el cerebro
Es muy significativo que el amor filial sea el que predomine en nuestro cerebro
H oy quiero compartir contigo algo que me parece fascinante y es el resultado de una investigación, llevada a cabo por la Universidad finlandesa de ... Aalto en 2024 y publicado en la revista Cerebral Cortex de la Universidad de Oxford. Según esta investigación, mediante resonancia magnética funcional, en 55 adultos, a los que se les contaban historias relacionadas con seis tipos de amor diferentes, a saber: el amor por los hijos, por la pareja, el amor hacia los amigos, la compasión por personas que no conocemos, el amor hacia las mascotas y el amor genérico hacia la naturaleza.
Lo más significativo de este estudio es que, dependiendo de qué tipo de amor se tratara, se activaban unas zonas u otras en el cerebro, de todos los participantes y, sin entrar en detalles, lo más significativo es que la mayor intensidad en el cerebro se producía cuando se trataba del amor hacia los hijos; así lo describe uno de los investigadores, Pärttyli Rinne, quien destaca que ningún otro tipo de amor activa, de forma tan profunda, esas áreas del cerebro. A continuación, siguiéndole en intensidad, el amor hacia la pareja y el amor por los amigos, en tercer lugar.
Es muy significativo que el amor filial sea el que predomine en nuestro cerebro, sobre todo si tenemos en cuenta que podemos desplegarlo sólo si previamente hemos disfrutado del amor en pareja, pero parece que es inevitable, sobre todo para las madres, tal y como lo constatan otro tipo de investigaciones que se han llevado a cabo este efecto (así lo describe en uno de sus libros, la neurocientífica Nazaret Castellanos), teniendo en cuenta que el fin último de nuestra existencia es la supervivencia y que el modo de garantizarla es con la procreación. Estamos programados para dar continuidad a nuestros genes, más aún cuando al ser, al que damos vida, se integra en el cuerpo de la mujer, 'a cassette', como escribiera Quino en una tira suya de Mafalda.
Desde tiempos ancestrales la maternidad ha sido vista como una providencia de los dioses, como algo sobrenatural y, realmente, quien esto escribe, así lo considera, porque es algo mágico, maravilloso y que cambia la vida por completo de quien trae un nuevo ser al mundo o lo adopta como suyo. Ser madre o padre lo es para toda la vida.
Lo más valioso de esta investigación es que va a permitir mejorar las intervenciones de salud mental en trastornos muy críticos para el ser humano como son los derivados de la falta o distorsión del apego, la depresión o los problemas relacionales en pareja. Decía la canción: 'Love is in the air', pero vamos a tener que pensar que está más en el cerebro, que en el aire.
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