Inter gravissimas lleva por nombre la bula papal dictada por el papa Gregorio XII el 24 de febrero de 1582. Insólita decisión. Hoy, inimaginable. De ... la noche a la mañana, el calendario juliano (nombrado así por el emperador Julio César) queda sustituido por el calendario gregoriano (por obra y gracia del papa Gregorio XII). Hechos cantan. En 1582, de la noche a la mañana se pasa del calendario juliano al calendario gregoriano para enmendar el desfase que se había ido acumulando en los previos relojes de arena. Sin encomendarse a Dios ni al diablo (o ambos a la vez) bravamente se pasa de un brinco papal con garrocha del día 5 al día 15. Rubrícalo así la estampa correspondiente a tan significada fecha que ha sobrevivido al tiempo y sus conjuros.
Como hecho anecdótico, resulta que la santa Teresa, Santa Teresa, fallecida el 4 de octubre, se entierra en la jornada siguiente, 15 de octubre por todo el día. Asimismo, los nacidos en el cuarto día de indicado mes (jueves) ya eran de quince días al siguiente (viernes).
Tiempo corrido, los hechos revolucionarios del 5 de octubre de 1934 no alcanzaron en Cantabria la dramática gravedad de los registrados en la vecina Asturias. Aún así, las huelgas y enfrentamientos dejaron un saldo de once muertos y numerosos detenidos y procesados por Consejos de Guerra en la región. Memoria quede.
Por dolorosas, prescindo de extenderme en mayores consideraciones sobre hechos que en los libros andan muy desarrollados y fácilmente accesibles. Y, como una imagen vale más que mil palabras, me remito a la del hecho más insólito que los tiempos recuerdan: el calendario gregoriano, con acordes al armonio igualmente en gregoriano.
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