La Institución Cultural de Cantabria no está muerta. Está mal enterrada. O si se quiere: de muda parranda. ¿Merece la pena exhumarla, desenterrarla, renacerla, revivirla, ... resucitarla, relanzarla? Su rico pasado así lo avala. Aplíquese, pues, la autoridad competente al cuento. Que aquél que la resucite buen resucitador será.
En el BOC 70/2020, de 22 de octubre, figura de cuerpo presente, más tiesa que la mojama. Por los Estatutos, su presidente nato es el Consejero de Cultura. A quien procede entonar el 'levántate y anda'. Para que ande con el mismo garbo (o más si cabe) que anduvo antaño. Con sus añorados institutos: De literatura 'José María de Pereda'. De Arte 'Juan de Herrera'. De Arqueología y Prehistoria 'Sautuola'. De Etnografía y Folklore. De Estudios Marítimos y Pesqueros. Centro de Estudios Montañeses. Y con cuyo sello editor fueron elaborándose, como miel en panal, libros que enriquecen la historiografía cántabra del último tercio del siglo. XX.
Tirando de memoria, recuerdo 'Verso y Prosa de José Luis Hidalgo' (1971), apuntado por Aurelio García Cantalapiedra 'Pity'. 'Concha Espina', edición, prólogo y notas de Gerardo Diego. 'Orígenes del cristianismo en Cantabria', de Joaquín González Echegaray. 'Relaciones histórico-geográficas y económicas de la provincia de Santander en el siglo XVIII»', de Tomás Maza Solano. 'Artículos de Manuel Llano en la prensa montañesa' (tres tomazos) y 'Estudios sobre escritores montañeses' de José María de Cossío, en igual forma.
Podría seguir reseñando trabajos hasta el alba. Mas falto de espacio, uso el disponible para lanzar tracas, cohetes y buscapiés e invocar fanfarrias, zambombas, timples y descorches de botellas de champán por la gracia editora que presidió todas y cada una de las apariciones de 'Peña Labra', pliegos de poesía, con el sello editorial de la Institución Cultural de Cantabria, Artes Gráficas Gonzalo Bedia, bajo la dirección, cuido y mimo del providencial Pity Cantalapiedra. Un ángel de la edición. Quien, en su cielo, seguramente andará formando pliegos poéticos a mayor gloria de Dios.
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