Autocaravanas en Oyambre

1. Desde el Patronato siempre hemos propuesto un retranqueamiento de infraestructuras y equipamientos para corregir impactos ambientales y sobre el paisaje en la franja costera, remitiéndolos al eje viario en torno a la C-6316 entre los cruces de Los Llaos y La Revilla o a la N-634; fomentando desplazamientos peatonales o en bici, en vez de empeñarse en aparcar a pie de playa o en áreas sensibles, aliviando la presión sobre el litoral -el escenario más frágil por sus cuencas visuales, variedad de perspectivas y riqueza de ecotonos- con aparcamientos, campings y servicios en el eje viario ya consolidado, con excepciones para personas con dificultades de movilidad y preferencias para vecinos y residentes evitando el caos, interferencias e impactos de turistas y visitantes sobre la calidad ambiental y las actividades agroganaderas. Localización que contribuiría, también, a prevenir los riesgos de la subida del nivel del mar y los flujos intermareales que están en áreas de influencia y usos residenciales, recreativos o de servicios, invadiendo aparcamientos e inundando vehículos en Oyambre, dificultando el drenaje en la desembocadura de Los Llaos, Bederna y Merón, acentuando la inestabilidad de viales, terrenos y viviendas en La Argolla y La Braña, y cerrando el tráfico a Merón ante las grietas en el firme y taludes próximos.

2. Por tanto, las modificaciones del PORN deberían restringir aún más los usos y actividades en la franja costera y el entorno de acantilados, playas, dunas, marismas, estuarios, rías y ecosistemas singulares por la densidad, continuidad y conservación de la flora y la fauna silvestres, por la existencia de testimonios relevantes de las culturas fluviales y de funciones didácticas o de investigación y devoción -las colonias de la Institución Libre de Enseñanza, el Lazareto de Abaño, la Casa del Guarda del Monte Corona, la batería de Ubiembre, el Pájaro Amarillo, la Torre de Ballenas, las ermitas de Sta Catalina y la Sta Cruz, las arboledas de la carretera de La Acebosa...-; por la relevancia de los núcleos urbanos y sus entornos; y por la necesidad de contrarrestar la contaminación acústica y visual de la circulación motorizada, de los macroaparcamientos y hacinamiento en los bordes costeros, entre otros impactos que no cesan de crecer desde la creación del Parque.

3. También han sido reiteradas las denuncias sobre autocaravanas en mieses y praderas, siendo un fenómeno nuevo el de las acampadas ilegales sin control. En torno a Oyambre hay 6 cámpines con plazas suficientes, aparcamientos de playa regulados y pernoctas prohibidas. Y hay un estudio de inspecciones sobre las zonas en las que suelen pernoctar que ha contabilizado 300 autocaravanas en 18 puntos diferentes de la costa, entre Merón, Oyambre y la ocupación caótica e indiscriminada de los viales de Boria-Santillán hasta cerca de Berellín, y sin contar las estacionadas fuera de esas zonas o en núcleos urbanos.

Todo ello sin olvidar que muchos de los cámpines existentes y los responsables de los gobiernos locales no se han preocupado de los propios impactos de sus asentamientos con rellenos u ocupaciones -por ejemplo, de marismas, zonas húmedas o campos de dunas- en los lugares donde se localizan

4. En el PORN actual se contemplan equipamientos para autocaravanas en zonas de «uso general», pero no en las de «uso compatible» o de «uso limitado», que son ambiental y paisajísticamente las más importantes como zonas de Uso Limitado o Compatible por su singularidad y fragilidad ecológica, y sí ampliar sus perímetros para usos generales en torno a la C-6316 y la N-634 en los tramos adecuados con discretas infraestructuras para neutralizar vertidos incontrolados, y evitar la erosión del terreno, los daños en dunas y vegetación autóctona, y la degradación paisajística. Iniciativas que deberían ir precedidas del Plan Rector de Uso y Gestión, del de Desarrollo Sostenible, de los Planes Sectoriales y de ambiciosos programas de restauración de impactos ambientales y sobre el paisaje con una dotación mucho más generosa de ayudas y subvenciones a particulares, empresas, ayuntamientos y juntas vecinales para hacerlos cómplices más activos y comprometidos con el desarrollo sostenible, calidad de vida, y atractivo turístico que deberían ser indisociables de la existencia del espacio protegido.