La calculadora de la verdad
Es difícil medir el mundo de los sentimientos y de los afectos; se tienen o no se tienen.
Uno de ellos es el de la ... amistad que, además de todas sus bondades, es gratuita, notiene un fin concreto, carece de interés material. Es cierto que los buenos amigos son pocos pero, en función del grado de amplitud de relación social de la persona, se pueden
tener más o menos amigos, sin contar con los siempre denominados como «conocidos». Y sin olvidar que tu pareja es conveniente que sea tu mejor amigo, con independencia del sentimiento del amor, que debiera ser único y exclusivo.
Me refiero en estas líneas al concepto de calculadora de la amistad, como una metáfora de la suma de todas las relaciones de amistad que mantenemos. Por ejemplo ¿podríamos calcular cuánto tiempo de la semana estamos en contacto con amigos amigos? Todos los estudios que analizan nuestras relaciones personales concluyen que compartir tiempo con amigos es una excelente medida de la salud emocional de una persona; es más, compartir tiempo y vida con amigos es saludablemente beneficioso. Por este motivo me parece interesante que hagamos este cálculo de cuánto tiempo pasamos en contacto con algún amigo a lo largo de la semana. El contacto puede ser presencial (es el más valioso), por videoconferencia, por WhatsApp o por teléfono.
¿Sabes cuál es el mejor indicador de una sana amistad? Muy sencillo, la que no te juzga, la que te valora simplemente por lo que eres, por lo que has compartido, por los buenos momentos en la historia personal. En particular creo que, en nuestra sociedad, cometemos un error monumental cuando hay relaciones de amistad que se fragmentan o rompen por una separación o divorcio. Parejas que antes eran buenas amigas y que, de un día para otro, dejan de serlo porque juzgan a uno de los dos separados, juzgan al ganador o al perdedor de la relación que se ha interrumpido, la de la pareja de amigos; juzgan al supuesto débil o fuerte, al supuesto perjudicado o beneficiado y entonces, la amistad se rompe o se difiere en el tiempo, que es como romperse poco a poco. Cuando una pareja se separa ni familiares, ni hijos, ni amigos, debieran separarse. Incluso, por qué no, si no ha habido engaño o mala fe, la amistad que un día fundó esa pareja, no debiera de romperse, pero allá cada cual con lo suyo; lo cortés no quita lo valiente.
En mi calculadora de la amistad me encantaría poder anotar grandes cifras, con una amistad transparente, honrada y libre de prejuicios. Mis amigos lo son por derecho propio y con independencia de sus vidas privadas, de sus miserias y de sus logros; son amigos.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión