Casas, calor y código postal
El confort climático es un umbral intangible patente entre habitar y resistir
Verano histórico. No lo digo sólo porque al hacer la compra estemos acostumbrados a que si antes con cien euros llenabas un carrito (incluyendo productos ... de limpieza, fruta, bebidas, pescado, etc.) ahora sólo llenes la mitad. Agosto de registros inusitados y olas de calor que hacen superar los cuarenta grados en muchas zonas del país y llevarnos a playas, piscinas, terrazas, etc. Eso sí, cuando entramos en casa, y más cuando el sur se compara al norte, el aire acondicionado es clave. Y es que hasta el código postal o gradiente social (nivel socioeconómico) explica diferencias de hasta más de cinco grados en barrios de una misma ciudad. Menos del 15% de hogares tiene niveles de confort adecuados, pasando los demás al 'resistiré' (pues edificios sin certificado energético lo notan y más con cambio climático) como aquella canción del Dúo dinámico.
Esta problemática se acrecienta al analizar la eficiencia energética pues, según la zona en la que esté la vivienda, se gasta más o menos energía para conservar temperaturas adecuadas. Factores como la orientación de las casas, los materiales climáticamente neutros o buenas inversiones para aislar casas pueden optimizar la factura energética. El loop se repite: si el sur se contrapone al norte los cambios térmicos entre estaciones y la humedad hacen que aumente el consumo energético si no se aplica un correcto aislamiento. A modo de ejemplo, se ha publicado hace poco el informe del III Observatorio sobre Vivienda y Sostenibilidad por la Unión de Créditos Inmobiliarios y si ponemos el foco en las regiones del norte (exceptuando a Navarra, La Rioja y País Vasco), cabe indicar que la eficiencia energética es mejorable. Así, mientras en Asturias y Cantabria el 7% de las viviendas están calificadas con una 'D' cuando hablamos de la 'E' es en la asturiana del 16% y un 19% en la montañesa. De nuevo, aislamiento térmico, sistemas de climatización eficientes, energías renovables (autoconsumo), renovación de ventanas y rehabilitación integral de envolventes conviven como factores determinantes con el hecho de que en Asturias y Cantabria no llega al 63% de la población la que ha hecho reformas (obviamente más en las que son casas en propiedad y no en alquiler) siendo por necesidad un rasgo común. El confort climático es pues un umbral intangible patente entre habitar y resistir. Y sin cambios, será el código postal quien decida quién duerme al fresco. Toca buscar soluciones.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión