'Mood' laboral en pausa
¿Quién protegerá como 'escudos sociales' a los trabajadores de jornadas interminables, no bien pagadas?
Se aplaza votar sobre la reducción de jornada laboral y veremos en septiembre. Nuevo 'mood' laboral como anglicismo para expresar el estado anímico o 'vibras' ... que transmite la pausa o tiempo muerto. El termómetro sube y la vida continua con vacaciones 'difusas' o más breves en oficinas, comercios y entidades. Pero, ¿de verdad podemos ignorar que todos necesitamos en cuerpo y mente parar de trabajar para volver renovados y con energía para afrontar responsabilidades?
El cambio climático es irrebatible y aumenta la intensidad de las olas de calor acabando por llegar a más ciudades como en Málaga o Barcelona esos 'toldos urbanos' o 'escudos de sombra' para protegernos ¿Quién protegerá como 'escudos sociales' a los trabajadores de jornadas interminables, no bien pagadas y estrés? Aplazar debates como el de la idoneidad de la duración de la jornada laboral no es una cuestión técnica sino político-ética. Y es necesario en un país y región donde la baja natalidad vacía en parte nuestras aulas.
Como ese oxímoron por el cual a veces hay «derrotas dulces o victorias amargas», arrastramos contradicciones de fondo. Se habla de conciliación familiar y laboral, salud mental (hace poco leíamos en Journal of Affective Disorders que las hospitalizaciones por depresión crecieron un 1.200%) y bienestar mientras que se posponen medidas deseadas por todos sin dar fechas. Además, uno de cada cuatro trabajadores no se permite vacaciones y la alianza imbatible de viajes y descanso no es un derecho universal porque sale en internet, redes o televisión, sino un lujo inaccesible en muchos hogares. La desigualdad existe en este mundo injusto y se mide en tiempo libre, en 'poder elegir'.
El verano como 'espejo' de lo laboral. Nos hacen creer que para estar bien modifiquemos nuestro cuerpo si bien eso, como la cultura de la 'productividad sin fin', es una ilusión pues el único camino es aceptarnos y no forzar nuestros límites. Rebajar la jornada no es caprichoso ni amenazante sino una ventana de oportunidad para repensar el modelo productivo. En vez de rehuir el desafío, aceptemos el cambio y salgamos de nuestra zona de confort.
Con las vacaciones no se juega ni con el derecho al descanso al igual que con el del trabajo. El 'mood' laboral en pausa no es algo vacío. Es nuestro reflejo al no ponernos a nosotros mismos por delante de intereses ajenos. El verano no espera, ni nuestro cuerpo y mente.
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