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Editorial

Ataduras recíprocas

Sánchez salva el trance del pleno sobre la corrupción con una renovación por inercia del apoyo de sus socios, expresada con tantas reservas, sobre todo en el PNV, que no ataja la angustia de la legislatura

Jueves, 10 de julio 2025, 07:14

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Pedro Sánchez firmó ayer un nuevo capítulo de su manual de resistencia al tomar algo de aire entre tanta adversidad. Y esta vez era mucha, ... porque el pleno sobre la corrupción que salpica a su Gobierno y al PSOE examinaba la confianza de sus aliados parlamentarios en él. No tanto por su capacidad para seguir adelante, algo que daban por hecho por su obstinación en «no tirar la toalla», sino más bien para qué. Para qué aguantar la legislatura cuando gran parte de la credibilidad del presidente se ha visto minada por las graves implicaciones de Santos Cerdán y José Luis Ábalos en la trama de amaños de contratos públicos. Sánchez insistió en liderar una regeneración embarrada por su último secretario de Organización y su exministro de Transportes. Y lo hace por el riesgo de involución que, a su juicio, representa el PP arropado por la ultraderecha. Mientras que Sumar, su socio en el Ejecutivo, subrayó que «gobernar no es resignarse, es transformar», en un intento por justificar una gestión que le ata a Sánchez, aunque la agenda social esté parada.

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