Buruaga, con viento a favor
Opera una cierta impresión generalizada de que el PP, en el ecuador de la legislatura, lleva ventaja en la carrera hacia las elecciones de 2027
Un cuarto de siglo en la primera línea política proporciona a María José Sáenz de Buruaga una experiencia muy útil en un debate tan mediático ... como el del estado de la región para un Gobierno en minoría como el del PP. La presidenta, que en 2027 se convertirá por el retiro de Revilla en la diputada más veterana de la Cámara, tiene el privilegio reglamentario de hablar sin límite de tiempo y opera también una cierta impresión generalizada de que el PP, en el ecuador de la legislatura, lleva ventaja en la carrera hacia las elecciones que esperan dentro de 23 meses.
El viento a favor impregnó el discurso de Buruaga de 185 minutos, 48 más que el año pasado, el más largo que se recuerda en este formato, tanto que a los diputados del PP se les olvidó aplaudir al final. Una presidenta muy crecida, aunque moderada en el tono también en los interminables rifirrafes, que no hizo grandes anuncios pero sí pintó con gran optimismo casi todos los ámbitos socioeconómicos y de gestión, incluso con el lastre que supone la inacción del Gobierno Sánchez, frente al panorama más oscuro que describe la oposición. Las críticas no proceden solo de los grupos políticos, también vienen de la calle. Por fortuna para Buruaga, los docentes, que alientan el conflicto más enconado, decidieron no embarrar el debate y aplazar al lunes la tensa negociación salarial.
Paula Fernández había preparado minuciosamente su estreno en el gran debate veraniego, en los contenidos y en las formas, y ha salido bastante airosa en su objetivo de demostrar a propios y extraños que está lista para defender el espacio regionalista en la batalla política. El PRC se ofendió cuando el reconocimiento de Buruaga a su respaldo en la investidura y en los dos últimos presupuestos lo equiparó a los apoyos puntuales de Vox.
El PSOE tiene difícil el lucimiento en el debate. El correcto portavoz Mario Iglesias ni siquiera tiene el respaldo entusiasta de sus siete compañeros de bancada, todos 'zuloagas', y tiene que conformarse con que le arrope el nuevo líder del partido, Pedro Casares, desde su lejano escaño en el Congreso.
Y en el Vox afectado por su fractura interna, Leticia Díaz exhibe sus buenas cualidades como portavoz, aunque no siempre disipa las dudas sobre su estrategia: nadie está seguro de si Vox es el duro opositor que aprieta al Gobierno de Cantabria como ayer o el que le salva el pellejo cuando vienen mal dadas.
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