Daniel Fernández, segunda oportunidad en Santander
Quiere acumular la secretaría general, la candidatura electoral y la acción electoral del PSOE para ganar visibilidad en el intento de pelear los votos de Gema Igual y de la abstención en 2027
Pedro Casares, flamante secretario general del PSOE de Cantabria, sostiene que un candidato electoral debe serlo dos veces consecutivas antes de ser relevado por su ... partido. Con las excepciones de rigor, es un criterio sensato. El propio Casares concurrió dos veces en Santander: en 2015 igualó los resultados de Eugenia Gómez de Diego cuatro años antes y en 2019 creció de cinco a siete concejales, primero se quedó a menos de 150 votos de armar una mayoría con el PRC y la izquierda radical y luego Ciudadanos no se apuntó a derribar a Gema Igual en lo que hubiera sido un histórico cambio político. Ahora Casares ya ha anticipado que su sucesor, Daniel Fernández, repetirá en Santander en 2027, aunque las circunstancias parecen más difíciles.
Fernández, 41 años, abogado y empleado en excedencia del Banco Santander, fue en 2023 un candidato tardío, por la demora del PSOE en confirmarle, con el consiguiente déficit en el grado de conocimiento entre el electorado. Tampoco las encuestas internas le favorecían. Perdió un concejal, aunque bajó siete décimas menos que la media de su partido en las capitales de provincia (2,8%-2,1%).
En estos días acaba de certificar su ascenso orgánico de secretario de organización a secretario general del PSOE de Santander, la plaza que ha dejado vacante Casares para ser el nuevo líder regional, y no ha tenido competencia del grupo crítico afín a Pablo Zuloaga en este feudo de la mayoría oficialista de Casares. Cree Fernández que tampoco la tendrá en las primarias electorales para competir por la Alcaldía de Santander, que Ana Belén Álvarez, la exconsejera y actual diputada regional que apoyarían con fervor los 'zuloagas', finalmente no estará en la pugna.
En todo caso, nada de bicefalia como la que ha practicado Casares desde que dejó el Ayuntamiento de Santander en 2019 para ir al Congreso, pero se mantuvo al frente del partido en la capital. Fernández quiere el mando partidario y el cartel electoral, y es también el secretario de Acción Electoral en la ejecutiva autonómica, con lo cual su peso en la cúpula del PSOE es considerable, con unos atributos de visibilidad que se propone aprovechar en la larga campaña de dos años hasta las elecciones.
También el desafío electoral que enfrenta el PSOE es muy serio en una plaza históricamente conservadora. Las urnas de 2023 arrojaron una sólida mayoría absoluta del PP de Gema Igual, con Vox, Emilio del Valle de número uno y Laura Velasco de portavoz, fortalecido para ser un aliado en caso necesario y Ciudadanos desaparecido para siempre. Con Izquierda Unida representada por el escaño único de Keruin P. Martínez, meritorio tal como están las cosas en este segmento político, pero difícilmente decisivo, y el PRC de Felipe Piña en el momento de gran incertidumbre que supone para el partido el día después de Revilla. El PSOE ya no es el socio preferente del regionalismo en el Gobierno y en los ayuntamientos, el PP también jugará a los pactos en 2027.
Daniel Fernández tira de optimismo. Admite que el PP de Igual tiene un suelo potente, un electorado fiel, pero al mismo tiempo contempla bastantes miles de votos que hay que pelear a la alcaldesa popular y a la abstención. Se apunta a esa teoría de que Santander no siempre se inclina a la derecha, como se vio en las generales de abril de 2019 cuando el PSOE fue el partido más votado en el primer municipio cántabro. Bueno, en los dos años que quedan hasta los comicios muchas cosas pueden cambiar, incluida la política nacional que tanto impacto tiene en los territorios. Falta le hace al PSOE en casi toda España que desde el Gobierno Sánchez soplen vientos favorables. No tiene esa pinta, pero tampoco se puede descartar.
Las primarias orgánicas del PSOE de Cantabria se reproducen ahora en el ámbito municipal con suerte diversa. Si en Santander el oficialismo gana sin bajarse del autobús, en Torrelavega, donde siempre hay batalla, el crítico Urraca gana con autoridad el duelo de 'viejos rockeros' frente a Oyarbide. En la ciudad del Besaya no es un objetivo realista recuperar el primer puesto del escalafón que el PSOE lució tantos años para bajar al tercer lugar en los últimos tiempos; bastante tendrían con mantenerse en el poder municipal con el PRC, porque el PP también aspira a gobernar. Con los populares muy consolidados en Piélagos y Camargo, el PSOE se agarra a la pujanza que mantiene en Castro y en un puñado de municipios pequeños y medianos. No es posible crecer en Cantabria si no hay despegue en Santander, un tercio del censo regional, y en los municipios importantes. Así que no es tan extraño que a Pedro Casares se le noten las dudas a la hora de ponerse al frente de la candidatura autonómica. Pero, en fin, todavía queda tiempo para tomar decisiones.
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