De la lluvia de sondeos a los candidatos inciertos para 2027
El PP se instala en el optimismo, frente a la desafección y los malos pronósticos en el PRC, las interminables pugnas internasen el PSOE y la tendencia al alza que experimenta Vox
La presidenta Buruaga se prepara para tomarse unos días de vacaciones en Cádiz, después del Día de Cantabria (10 de agosto) entre sondeos bastante amables, ... como el del CIS, siempre sospechoso, en el que en algún baremo sale mejor valorada que Isabel Díaz Ayuso, tal vez porque el ínclito Tezanos pretende más castigar a la presidenta madrileña que premiar a la cántabra, y en algunas otras encuestas, más o menos fiables, el PP cántabro se acerca mucho a la mayoría absoluta. Buruaga y su partido manejan la teoría de que probablemente ella será la única candidata que repita en los carteles electorales de las autonómicas de mayo de 2027, al menos entre los cuatro partidos con representación parlamentaria. Los populares sacan pecho porque, a su juicio, no hay nadie enfrente, pero por si acaso disparan a todo lo que se mueve en el verano que marca el inicio de la segunda mitad de la legislatura.
El PRC es el blanco más claro con una candidata proclamada, Paula Fernández, para suceder a Miguel Ángel Revilla como único abanderado del partido durante cuatro décadas largas. El PRC reprocha a Fernández su deriva izquierdista y lo achaca al intento de captar una cuota del electorado de izquierda moderado en el medio urbano. Es, en todo caso, una estrategia como otra cualquiera a la hora de enfocar un proceso electoral.
PP y PRC, los dos principales partidos en la política autonómica y municipal, desarrollan una relación de amor/odio: capaces de entenderse para sostener la investidura de Buruaga, para aprobar dos presupuestos y quizá un tercero, mediante acuerdos fulminantes, y de enfrentarse como cabe esperar de la primera fuerza de la oposición frente al Ejecutivo.
El regionalismo subraya su vocación del partido de gobierno que ha sido durante 24 años y que quiere volver a ser lo antes posible y ese objetivo tiene hoy como fórmula más viable una alianza con el PP. Paula Fernández, que ganó de forma muy contundente las primarias para la candidatura electoral, enfrenta un liderazgo incierto. La fiesta anual del PRC, a primeros de julio, acusó la ausencia de un buen puñado de alcaldes, lo cual da mucho que hablar en estos días. La noticia preocupante para un partido que tiene en sus alcaldes la fuerza principal coincide con algunos sondeos pesimistas. Si esta primavera concedían al PRC una posición igual a la que tiene o algo menos –entre 6 y 8 escaños– ahora le sitúan empatado o incluso por debajo de Vox y sus hipotéticos 5 diputados. En todo caso, no es fácil evaluar el paso hacia el costado de un hito singular de la política cántabra como es Revilla.
Así que el PSOE, preocupado por los efectos en la política regional del desgaste de Pedro Sánchez, no ve imposible subir un poco, de 8 a 9 diputados, a costa del hipotético bajón regionalista. Pedro Casares no acaba de anunciar que será el candidato autonómico y el PP, que antes machacaba a Pablo Zuloaga, ahora cambia la diana y acusa a Casares de estar ausente en Cantabria por sus ocupaciones como diputado del Congreso en Madrid. A ese argumento se han apuntado también los zuloaguistas, así que el nuevo secretario general, del enemigo el consejo, procura últimamente dejarse ver más en actos políticos y festejos de los fines de semana en la región.
Lo que de momento está claro es que Pablo Zuloaga no ha tirado la toalla de las primarias electorales del año próximo en el PSOE. Si en la batalla por la secretaria general, Casares ganó por cinco puntos, lo probable es que en la pugna pendiente se imponga todavía con más ventaja, pero aún no ha presentado sus credenciales. Quizá espera a algún sondeo fiable que muestre más cerca de las urnas lo cerca que esté Buruaga y el PP de la mayoría absoluta. Mientras tanto, Zuloaga confirma que está vivo y da la batalla de la visibilidad en los actos políticos y en las redes sociales para subrayar las ausencias de su adversario interno.
Vox celebra los indicios de crecimiento que trascienden en todo el territorio nacional, básicamente por sus posiciones de firmeza contra la inmigración ilegal o descontrolada, aunque ese problema no se haya considerado hasta ahora una preocupación prioritaria en la comunidad de Cantabria. Los sondeos que maneja Vox le confirman un hipotético adelanto al PRC, una tesis muy atrevida con la débil estructura municipal de la derecha radical en Cantabria. Sí parece claro que los ruidosos conflictos internos del partido de Abascal no pasan factura. La explicación compartida en el debate político: Vox es una marca, los protagonistas apenas importan. La portavoz parlamentaria, Leticia Díaz, ha pedido explicaciones en la sede nacional de la calle Bambú en Madrid por los rumores de limpia en Cantabria y le dicen que no se preocupe, que no hay ninguna operación de ese tipo en marcha.
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