Revilla enreda el difícil proceso de su relevo
La posibilidad que anunció sin explicaciones de seguir como secretario general confunde al regionalismo y no ayuda a fortalecer el liderazgo de Paula Fernández como candidata en 2027
Para revolver las aguas en las vísperas del nuevo curso político, Miguel Ángel Revilla va y suelta en Radio Nacional que se está pensando si mantenerse como secretario general del PRC un mandato más ... , de 2026 a 2030. Hasta los 87 años bien cumplidos. Así que dirigentes de todos los partidos, también los regionalistas, mueven la cabeza y se dicen unos a otros: 'Ya lo decía yo todo este tiempo, a este no hay quien lo eche ni con agua hirviendo, se queda como secretario general y hasta como candidato otra vez si se descuidan'.
No es fácil evaluar la intención y el alcance de las declaraciones de Revilla, que han provocado un alud de conversaciones y mensajes en las filas regionalistas, mayoritariamente en tonos desencantados o directamente críticos, aunque en la reunión de la ejecutiva todo el mundo miró para otro lado. Puede que haya sido sólo un globo-sonda para tomar la temperatura al partido y a la opinión pública. Lo único seguro es que no favorecen el clima armónico que en lo posible debiera presidir el proceso para el relevo del líder histórico del PRC ni ayudan a consolidar el liderazgo de la recientemente elegida candidata autonómica en 2027, Paula Fernández. Ella ganó con gran autoridad las primarias para hacerse con el cartel electoral, frente a otros tres aspirantes, pero a día de hoy no está nada claro que se haya hecho con los mandos del partido en la carrera hacia las urnas. En este esfuerzo, por ejemplo, no se percibe que esté presente el grupo de alcaldes que perdieron la interna definitiva con Pablo Diestro, regidor de Reocín, como abanderado.
En el largo y confuso proceso para el relevo del gran jefe del regionalismo parecía que había quedado claro que Revilla mantendría la secretaría general del partido hasta el congreso ordinario de finales de 2026, el año preelectoral, y ahí dejaría la primera línea política. Si llega a consumarse su continuidad durante otros cuatro años, Paula Fernández tendrá dificultades para convencer al electorado de que no es una candidata tutelada por el jefe eterno.
La secretaría general del PRC se ve a día de hoy muy disputada. La acaricia como objetivo la poderosa agrupación de Torrelavega que manejan los Marcano, padre e hijo, para fortalecer su influencia. Paula Fernández se ha pronunciado antes y después de las primarias a favor de la bicefalia, es decir, de repartir responsabilidades, de que otra persona ocupase el cargo orgánico mientras ella se centraba en la candidatura autonómica, pero ahora su lugarteniente, Pedro Hernando, reniega de la fórmula que ha practicado el PNV durante décadas, que separa al lehendakari del presidente 'jeltzale' del partido, y ahora sugiere que Fernández sea también secretaria general.
Un tercer pretendiente al máximo cargo orgánico, si no surgen otros, sería Revilla, que a lo mejor cree conveniente para su futuro mantener un cierto estatus político para seguir siendo el gran personaje mediático que es al día de hoy –una hora de protagonista en solitario en la noche de los sábados de La Sexta no se la conceden a ninguna otra celebridad de la política, la cultura o el espectáculo–, lo que supone una consideración que tal vez podría perder si pasa al retiro.
La pugna por la secretaría general tiene que ver, seguramente, con la confección de la lista autonómica en 2027. Los puestos de salida se presumen escasos: Si Paula Fernández es la candidata, si la acompaña el alcalde de Torrelavega, Javier López Estrada, y otra mujer obligatoria por ley, ya quedarían muy pocos puestos y muchos postulantes: Pedro Hernando, tal vez Felipe Piña, algún alcalde notable como Diestro o alguien de su grupo, el propio Revilla si lo reclama… No habrá hueco para todos.
La interpretación más benévola de que Revilla quiera seguir en activo durante los próximos años sería que su presencia todavía pueda ayudar al partido y a su candidata Fernández en tiempos tan inciertos como los que el regionalismo enfrenta desde la debacle electoral de 2023, con él al frente. Entonces Revilla perdió también parte de su autoridad incontestable durante décadas en el seno del partido. Ya no puede imponer el ordeno y mando sin resistencia, porque ya le han parado los pies alguna que otra vez, como cuando el partido tuvo que definir sus relaciones con el PP ganador en las últimas elecciones. Habrá que ver cuáles son las reacciones internas si finalmente quiere seguir como secretario general.
La peor versión de la continuidad sería que Revilla, en realidad, piense igual que muchos de sus adversarios: que el PRC, su invento político, se disolverá como un azucarillo cuando él ya no esté y que por eso no hay más remedio que sostenerle en el machito hasta que el cuerpo aguante.
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