La importancia de los servicios sociales
Se necesitan más y mejores servicios sociales, y más profesionales, y en más ámbitos
En la sociedad del bienestar y de la opulencia también hay pobreza y exclusión social. Muchos somos afortunados, vivimos bien (aunque no sabemos cómo nos ... irá en el futuro); pero junto a nosotros, en la calle de al lado, hay gente que sufre, hay personas que carecen de lo básico o que tienen graves problemas sociales.
Debemos intervenir para enfrentarnos a la desigualdad social y a las situaciones de necesidad, pero, claro, antes hay que tener conciencia de que esa realidad es injusta. Seguidamente se deben establecer normativas y, después, planes y programas de actuación, y por último hay que dotar de recursos humanos y materiales. Auguste Comte dijo: «Ver para prever» y «La previsión permite regularizar la acción».
Recientemente Cáritas ha presentado el IX Informe FOESSA sobre 'Exclusión y desarrollo social en España'. Pues bien, después de subrayar que España mantiene una de las tasas de desigualdad más altas de Europa; que la pobreza se ha vuelto más crónica y multidimensional, y que disminuye la integración social, indica: «No fallan las personas, falla el sistema. La mayoría de quienes están en exclusión se esfuerzan, pero se enfrentan a servicios fragmentados, poco personalizados y mal dimensionados».
El pilar fundamental de los servicios sociales lo constituye sus profesionales
En este sentido, muchos analistas coinciden en que los actuales servicios sociales tienen significativas carencias; entre otras, se señala la insuficiencia de presupuestos y la falta de profesionales.
Uno de los hitos del desarrollo de la civilización ha sido la creación de los estados de bienestar. La idea es rotunda: que todo miembro de la sociedad tenga unos mínimos: recursos económicos, salud, educación, ayudas sociales. La solidaridad y la justicia son la base. Los estados de bienestar buscan la integración social, la armonía, la protección de todos. También persiguen evitar el conflicto y, en definitiva, el progreso colectivo.
La Constitución del 78, en su artículo 9, indica que corresponde a los poderes públicos remover los obstáculos que dificulten la participación de los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social. Posteriormente, las comunidades autónomas han desarrollado leyes para implantar un sistema público de servicios sociales.
En Cantabria, en 2007, se aprobó la Ley de Derechos y Servicios Sociales. En su preámbulo indica que persigue el reconocimiento de los derechos sociales como derechos de ciudadanía social; y que pretende la universalización de la protección social, «lo que supone extender las actividades de prevención, promoción, tutela, intervención, incorporación e inclusión a todas las clases sociales».
Por supuesto, el pilar fundamental de los servicios sociales lo constituyen sus profesionales, los trabajadores sociales. Estos especialistas, basándose en conocimientos teóricos y en investigación social (Derecho; Psicología; Sociología; Psicología Social; Técnicas de Investigación; Fundamentos de los Servicios Sociales; Estructura Social de España…) intervienen para tratar de prevenir y revertir situaciones de exclusión social. Se ocupan de situaciones de pobreza, de la población anciana que sufre soledad; atienden a mujeres maltratadas, a menores en riesgo social, a personas con discapacidad, a inmigrantes, a quienes carecen de hogar, a personas que están en centros penitenciarios, a enfermos, a quienes tienen adicciones, y a otros colectivos que pasan por situaciones de necesidad.
Los trabajadores sociales no solo atienden a casos particulares y a sus familias-entornos y, analizando sus necesidades, les orientan e informan para que accedan a los recursos públicos y privados que pueden proporcionarles ayuda. Hay profesionales que detectan necesidades sociales, advierten de situaciones estructurales de exclusión social y hacen una labor de educación y transformación social movilizando a la comunidad para mejorar la calidad de vida. Además, por su amplia formación, ejercen un magnífico papel como coordinadores de equipos multiprofesionales.
Muchos trabajadores sociales dependen de organismos públicos: gobiernos regionales y ayuntamientos; entidades cómo Cáritas también cuentan con estos profesionales, y otras organizaciones privadas: fundaciones, ONG, contratan a estos especialistas. Sí, han aumentado los titulados en trabajo social, pero no a la par de las necesidades: se necesitan más y mejores servicios sociales, y más profesionales, y en más ámbitos.
Concluyo: los servicios sociales constituyen una pieza fundamental para procurar una sociedad integrada. Invertir en servicios sociales, y dotar a estos servicios de los adecuados recursos personales y materiales contribuye a la calidad de vida y a la justicia social. Los servicios sociales son un buen indicador de cómo es esta sociedad y de sus prioridades.
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