Borrar
Palabras en el olvido

Potragadas

Ampollas por pisar un sapo, tradiciones sanitarias medievales y el lenguaje castellano de la cría caballar adaptado al dialecto montañés

Domingo, 16 de noviembre 2025, 07:39

Comenta

Vienen a ser lo mismo, en los léxicos montañeses, «potracada», «potrada» y «potragada», a saber, una ampolla, o un flemón, o una inflamación del pie ... causada, según creencias populares, por haber pisado un sapo, según refiere el lingüista Peña Arce en su compendio de voces del español de Cantabria. Adriano García-Lomas subrayó el uso pasiego de estas palabras, que hace descender del latín «putricare», aunque también menciona que en Iguña se relaciona con «el líquido expelido por los sapos cuando se los golpea o se los aplasta». En otras partes de la región se llamaría a este flemón «sapina» o «sapera», de derivación obvia, si bien se precisa que el sapo ha de estar muerto. El investigador iguñés consideraba relacionada estas palabras con el castellano «abotagada», que significaba «hinchada» (se podía documentar en Quevedo), así como «abotargarse» es hinchársele a uno la cara. La «botarga» era pieza ancha que antiguamente cubría desde la cintura al tobillo. La primera mención a «potrada» en un diccionario la hallamos en el Salvá (1846), como conjunto de potros; nada que ver, aparentemente, con nuestro tema. Pero «potra» tenía importantes acepciones no equinas, como «hernia»o protrusión de tejido («potrero» era el hernista, curador de hernias); «cantarle a uno la hernia» era quejarse de alguna patología, normalmente con cambios de tiempo; y «potra» valía también por buena suerte (uso aún vigente). «Potrear» tenía el sentido de «molestar», aunque en García-Lomas es emplear el potreador, «utensilio improvisado en los pies derechos que sostienen la solana de las casas de algunos labradores»; y en Cabuérniga una especie de sistema para enderezar o curvar varas, mangos, etcétera. Joan Corominas, en su etimología, acude en nuestro socorro, pues «potra» era efectivamente la hernia (uso de los siglos XIII-XIV), pero «también varias clases de tumores y ampollas», recordando además que «potro» significó en ciertos momentos «testículo»y «bubón sifilítico»; de ahí que pudo ser una aplicación metafórica de «potra» (=yegua joven) por el movimiento de estos bultos, «sobre todo los blandos, al andar o correr o cabalgar el potroso, movimiento comparado con el trote juguetón de un potro». Finalmente, todo concuerda.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes Potragadas