Zona catastrófica

–Despierta, gato, que te pierdes las mejores.

Se incorporó de mala gana y tambaleante.

–¿Es que han arañado a alguien?

–Todos quisieron arañar a la alcaldesa. Votos, se entiende –le expliqué.

–Nin, dame tu opinión, que yo corregiré el coeficiente de aberración, como los astrónomos de Los Castros.

Se sentó, ladeó la cabeza y adelantó las orejas.

–Fue un guion previsible. La candidata es el rival que los señores quieren batir. He sacado en conclusión perpleja que Santander es una ciudad maravillosa y fatal. Al parecer estaba muy bien con otros alcaldes del PP, en cuyo Santander el candidato regionalista confesó haber sido un niño feliz. Incluso el alcaldable del PSOE hizo una reverencia al pasado. Boris, yo todo esto no te creas que lo entiendo muy bien, me voy haciendo mayor. ¿Les hubiera hecho ilusión presentarse por el PP de antes? Y el candidato de Ciudadanos, que ha gobernado, a veces parecía que había sido de la oposición. Es posible que haya estado gobernando la oposición y por eso la ciudad ya no es como en nuestra niñez. El de Vox iba a pescar, pero dio la impresión de que era la modalidad de 'pesca sin muerte'.

–No me has hablado aún de Podemos –advirtió Boris, curioso.

–Ah, sí. Dijo cosas interesantísimas, pero no se me quedó ninguna. No quería espantar a los vecinos y se movió en generalidades que hasta un gato firmaría. Faltó decir «y la paz en el mundo», como en aquella película de Sandra Bullock.

–¿Y de los gatos nada dijeron?

–Por el contrario, Boris, se habló de un enorme gato, el 'gato encerrado'. Trató la candidata de desencerrarlo.

–¿Qué gato?

–El que sería alcalde si el PP no suma solo o con algún prójimo.

–¿Y lo desencerraron?

–Se resistieron como gatos panza arriba. Quedó claro que será gato edilicio el que pacten PRC y PSOE. Quisieron sugerir que en función de quién de ellos saque más, pero tú y sabemos Boris, por otras experiencias, que dependerá de si pueden pactar también en el Gobierno de Cantabria.

Quedóse un tanto reflexionante, parpadeando despacio.

–Pero entonces me tienes que contar más de Podemos, que es la pieza que les completaría el puzzle en ambos lugares. Si no, miau total.

–Boris, no saqué mucho en claro. Por lo que dijo, perfectamente pudiera haber sido candidato de otro partido. Pero da un poco de miedo ese afán de no meter miedo. ¿Por qué temen que yo tema? Témome, gato…

–Te estás liando. ¿Y tú qué opinas como polanquino mudado a pozoniego? –preguntó con malicia.

–Amigo Boris, sorprendente que una ciudad que va a tener cinco grandes museos, espacios de oportunidad en línea marítima y puerto, Residencia, Remonta, Pctcan, estaciones de tren y Las Llamas, se declare por mayoría consonante de vocales como «una ruina». ¿Tendríamos que declarar entonces el resto de Cantabria zona catastrófica?