Deberes más que derechos
En algunos sectores se defiende la inclusión imposible en la Constitución del derecho de la mujer al aborto
Pocos programas de noticias en la radio o la televisión, dejan lugar para historias tiernas. Forman parte de las poquitas emociones que proporciona la vida ... que resultan tan fascinantes como inolvidables. El sábado pasado fue uno de esos días excepcionales porque, colada en medio de las guerras, amenazas, destrucción y líos con chistorras de todos los días, apareció en los teletipos ¡oh sorpresa! una noticia acerca de una realidad emocionante.
En un pueblo de Galicia (Coruxo) renovaron sus votos matrimoniales juntos, una decena de parejas de vecinos del municipio al cumplir 50 años de casados, celebrando sus 'bodas de oro'. Medio siglo de amor indestructible a pesar, sin duda, de las muchas vicisitudes que les tocó vivir. Esa mezcla maravillosa de tensiones, entendimiento y felicidad que da la superación de las adversidades y el criar a los hijos para, de la mano, afrontar unidos todos los avatares.
Allí estaban con sus familias y sus mejores galas esas diez parejas de hombres y mujeres, gastados por el paso del tiempo (la arruga es bella). Ellos, con el cuello de la camisa inusualmente abrochado y abrazado al cuerpo por una corbata como si de una llave de mataleón se tratara. Y ellas, con vestido nuevo y las pocas joyas de tantos recuerdos que amarillearon de bien guardadas.
Cuando finalizó el acto y en el refrigerio, que un alcalde como es debido había organizado, les acercaron el micrófono para chequear sus sentimientos. Todos coincidieron en una cosa: «Lo mejor de todo fue el tener los hijos», añadiendo una sentencia que la razón concede: «y de aquí en adelante lo que venga…». ¿Se pueden explicar mejor las cosas?
Seguramente, para las mujeres que quieren abortar, en esa situación tan dramática, estas historias de larga vida transitada en común y procreación, puedan ayudarles. Ahora se defiende en algunos sectores, la inclusión imposible en la Constitución del derecho de la mujer a abortar sin tener en cuenta que en justicia no se trata de lo que uno/a tiene derecho a hacer sino de lo que tenemos el deber de hacer (Ricardo Cortines, 'Otro Hombre, otro Mundo'). Es por la vía de cumplir los deberes como se pueden conquistar los derechos. El deber de preservar la vida escrito en el Derecho Natural y en nuestra Constitución impide ejercitar el aborto como un derecho constitucional de la mujer. Ya no es necesario entonces encontrar razones para no abortar. Ni el recuerdo sorprendido de los 42 métodos anticonceptivos existentes, porque lamentablemente sería tarde, ni las 106.173 muertes de niños en otros tantos abortos el año pasado, ni las hipotéticas complicaciones post-aborto . Ni siquiera el relato de historias personales durísimas de quienes han pasado por ese terrible trance.Con mostrar esas historias tan bonitas de Coruxo, suficiente.
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