Nos informaba días pasado en estas páginas Laura Masegosa de la recuperación del espacio que había dejado Zara en la Plaza Mayor. Un moderno gimnasio ... va a sustituir a la prestigiosa y popular marca de ropa. En teoría, podría pensarse que los clientes serán distintos; sin embargo, fijándonos con más atención, a lo mejor no resulta tan claro. Cada vez hay más jóvenes, de los dos sexos, en los gimnasios, y los jóvenes son los que probablemente también estén más atentos a la moda. En los últimos años, sí, quizás hay que recurrir de nuevo a la pandemia con referente histórico, se han abierto muchos centros que ofrecen diferentes disciplinas referidas al ejercicio físico. Cada uno con sus líneas específicas, con aparatos concretos, apoyados en los consejos de los médicos de que hay que hacer ejercicio porque es beneficioso para la salud, convocan a jóvenes y mayores a que abran en su jornada un tiempo para ello, incluso para facilitar la asistencia los hay de 24 horas. Una llamada de atención a cuidar el cuerpo que en algunas personas puede llegar al extremo de la vigorexia y similares peligros. Otro tipo de establecimiento que ha irrumpido recientemente en Cantabria son las peluquerías de caballero regentadas por jóvenes sudamericanos, caribeños y los salones de cuidado de uñas. Necesitan poco espacio y poca decoración y tienen mucha clientela. Dada la sofisticación de sus trabajos de precisión y filigrana, son de una atención continua. Es curiosa esa coincidencia en el ámbito comercial sumada a los estudios de tatuajes. El cuidado del cuerpo, su bienestar, acompañado por la persecución de la belleza, la mejor presencia posible. En tiempos de zozobra, de escepticismo, el sentirse bien consigo mismo a partir de la imagen quizás pueda ayudar a enfrentarse a la vida diaria. No sé. Cada uno decide por sí mismo.
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