Vuelta a lo cotidiano
Las Fiestas Patronales concluyeron el domingo. Días de alegría compartida, de paréntesis en las habituales discusiones sobre temas políticos, quizás también de las preocupaciones inmediatas. ... El esfuerzo de todos, desde el Ayuntamiento que es quien asumía la máxima responsabilidad para organizarlas al realizado por las peñas y los implicados en los actos tuvo un buen resultado. Generosidad de entrega de todos, de ilusión porque saliese bien. Como ciudadano, se lo agradezco profundamente. Y no me olvido de aquellos que en la trastienda, desde el anonimato, trabajaron colocando gradas, sillas, moviendo grúas y artilugios imprescindibles para que disfrutáramos con los espectáculos. La multitudinaria respuesta de público, favorecida por el buen tiempo, corroboró el buen resultado. Un ejemplo de ello, un año más, fue el colorido colofón de la Gala Floral. Sin embargo, dos interrogantes quedaron flotando. Por un lado, la preocupación por la participación de sólo dos empresas en el concurso de las carrozas, Francis 2 y Quintana Amigos. Algo habría que hacer para estimular la presencia de más participantes y no depender de estas dos castreñas. ¿Se podría recuperar el Taller de Carrocistas que ya funcionó hace años para hacer cantera? Por otro lado, una vez más, la Banda Municipal desfiló por la Avenida de España. Quienes ya mayores recordamos su formación de hace años, más de 40 componentes, sentimos la jibarización actual, 13 miembros. Da un poco de pena verla bajo mínimos. En una ciudad en la que la música tiene tanto protagonismo con conservatorios, orquestas, grupos, conciertos, algo se tendría que hacer para sacarla de este periodo de respiración asistida. Crear plazas, becas de colaboración con instituciones musicales… La pérdida de este emblema musical de la ciudad, creada en 1912, que ha llevado el nombre de Torrelavega por España, sería irreparable.
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