¿Y en qué quedaron los aranceles de las narices?
El escenario actual plantea serias amenazas para las empresas familiares pero también abre el camino para que vuelva a brotar el espíritu emprendedor
Manuel Bermejo y Manuel Huerta
Sábado, 20 de septiembre 2025, 09:28
Pues bien, el arancel estadounidense aplicado a las exportaciones desde la Unión Europea (UE) hacia EE UU ha quedado establecido en un 15% como límite ... máximo para la mayoría de los productos, según el acuerdo político alcanzado el 27 de julio de 2025 y puesto en vigor el 1 de agosto de 2025. Desde la llegada del presidente Trump a la Presidencia americana en enero de 2025, exhibiendo la imposición de aranceles como una de las herramientas centrales de su segundo mandato, la gran prioridad de tantos empresarios familiares españoles es la de cómo gestionar el impacto de estas medidas.
Un análisis sectorial detallado nos permite advertir que hay industrias con un alto grado de exposición al mercado norteamericano. Por ejemplo, dentro del sector agroalimentario, productos como aceite de oliva, vino, aceitunas de mesa, quesos, carne (especialmente porcino, que también se está viendo afectado por nuevos aranceles en el mercado chino) tienen a los EE UU como uno de los principales destinos. En 2024 se exportaron 3.500 millones de euros a EE UU de los cuales 1.000 millones correspondieron a aceite de oliva. Un dato revelador y muy preocupante lo encontramos al constatar que las exportaciones de vino español a EE UU registraron una caída del 20% en abril de 2025 comparado con el mismo mes del año anterior.
Otros sectores con presencia relevante en EE UU son el sector de energías renovables y fotovoltaica, la automoción y componentes, químico y farmacéutico o acero y aluminio.
El impacto directo sobre el PIB se estima entre 0,2 y 0,3 puntos porcentuales, pero los efectos indirectos –a través de confianza empresarial, inversión o tensiones financieras– podrían ser aún mayores. Según el FMI, por cada 10 puntos porcentuales de arancel, España perdería un 0,1% del PIB (por un alza del 15% sería un 0,15%). La Cámara de Comercio advierte de una posible caída de exportaciones de entre el 7,2% y el 13,1%, lo que en cifras supone entre 1.300 y 2.375 millones de euros al año
Más de 27.000 empresas españolas dependen de exportaciones por valor de 21.000 millones de euros a EE UU; muchas de ellas son familiares o pymes fuertemente vinculadas al territorio. Las empresas familiares españolas son especialmente sensibles al impacto de los aranceles porque concentran buena parte de las exportaciones en sectores estratégicos y con fuerte arraigo territorial. Estas compañías suelen combinar dependencia de mercados exteriores con arraigo local y empleo en sus territorios, lo que amplifica el efecto social y económico de cualquier barrera comercial. Además, al no disponer del mismo músculo financiero que las grandes multinacionales, tienen menor capacidad para absorber incrementos de costes, desvíos logísticos o la necesidad de abrir nuevos mercados.
En conjunto, se estima que decenas de miles de empresas familiares y pymes españolas se ven directamente expuestas a EE UU en sectores clave. Su vulnerabilidad radica en que los aranceles no solo reducen la competitividad por precio, sino que obligan a replantear inversiones, contratos y estrategias de internacionalización en un entorno de gran incertidumbre.
La incertidumbre arancelaria afecta aproximadamente al 48% de las empresas españolas (todas, no solo las familiares), generando aumento de costes de aprovisionamiento en un 25%, reducción de márgenes comerciales en un 26%, caídas de ventas en un 13% o pérdida de clientes cerca del 5% y deterioro del riesgo de crédito en un 6,5% de las empresas.
Muchos indicadores apuntan a que las empresas familiares, generalmente con márgenes más ajustados y menor capacidad de diversificación, estarían dentro de estos promedios o incluso más expuestas.
Estos escenarios sin duda van a obligar a diversificar mercados de exportación. Las empresas familiares españolas van a buscan diversificar en Latinoamérica, Asia y África
Se proponen otras soluciones como reestructuración, diversificación de proveedores y mercados, renegociar contratos usando cláusulas como los aranceles asumidos por comprador e incluso el inicio de la fabricación en EE UU.
Este escenario plantea desafíos claros para empresas familiares por las caídas de ventas, la pérdida de competitividad y la presión sobre los márgenes. Pero también abre el camino a que vuelva a brotar el espíritu emprendedor con medidas como la diferenciación por calidad, la expansión hacia nuevos mercados, las reinversiones estratégicas o las alianzas público-privadas. Las experiencias de las numerosas crisis vividas a lo largo de este siglo XXI nos permiten advertir el carácter resiliente de nuestras empresas familiares para no solo vencer obstáculos, sino para salir reforzadas de estas complejas tesituras. Confiamos en que este sea también el capítulo final del impacto de los aranceles. Cuanto más alto es el muro, más alto conseguimos subir.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión