Gaza: matar al mensajero
No debemos cerrar los ojos ante todo lo que está ocurriendo
La muerte de periodistas se ha vuelto algo habitual en Gaza. Son ya más de 233 colegas los que han perdido la vida mientras informaban ... de la tragedia que se vive día a día o cuando se encontraban en su casa con su familia.
La Federación Internacional de Periodistas, la organización más representativa de profesionales en el mundo, está apoyando a los colegas palestinos no solo denunciando los crímenes de Israel ante la Corte Penal Internacional, sino insistiendo ante el Consejo de Seguridad de la ONU y los diferentes gobiernos del mundo, muchos de los cuales ven impasibles cómo se asesina a la población palestina de Gaza y se acallan las voces de los periodistas que intentan informar desde el terreno, al que la prensa internacional no tiene acceso.
Uno de los últimos crímenes ha sido cometido por las fuerzas de ocupación israelíes dentro del Complejo Médico Nasser en Khan Younis. En un ataque directo y deliberado contra equipos de prensa, cuatro periodistas palestinos fueron asesinados mientras ejercían su profesión. Las víctimas: Hussam Al-Masri, camarógrafo de Reuters; Mohammed Salama, camarógrafo de Al Jazeera; Mariam Abu Daqqa, periodista de Independent Arabia y Associated Press y Moath Abu Taha, periodista de NBC News.
Son cuatro colegas más que han dado su vida mientras informaban, pero lamentablemente no serán los últimos porque, una vez más, matar al mensajero se convierte en realidad.
La FIP, además de la denuncia permanente, realiza una recogida de fondos para poder facilitar chalecos y otros materiales de protección a los y las periodistas palestinos y, hace unos días, inauguró un centro de prensa que consiste en poco más que una humilde tienda de campaña, pero que permite que los profesionales de los medios puedan seguir informando a pesar de que quieran acallar sus voces.
Hay que explicar las dificultades para que la ayuda económica que envía la FIP llegué a Palestina. La realización de transferencias tiene un férreo control y los bancos exigen todo tipo de información para descartar que ese dinero «vaya a grupos terroristas». Es una fórmula más para impedir la solidaridad con los periodistas palestinos.
El mundo no puede seguir ignorando la masacre que se está produciendo en Palestina y de la que cada vez quedarán menos testigos si siguen matando periodistas. Debemos insistir en las denuncias y en las protestas pero, sobre todo, no debemos cerrar los ojos ante la realidad de las vidas que se están aniquilando durante un tiempo que ya es una eternidad.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión