Este domingo, Reinosa amaneció con -5,5 grados en los termómetros. Ha sido la temperatura más baja que se ha registrado en todo el país, ... y estos días que se debate en Brasil qué hacer con los combustibles fósiles y el calentamiento global durante la Cumbre del Clima y sus tenues propósitos, por aquí nos toca celebrar que aún sea noticia lo que antes era normalidad: que el frío en Campoo sigue teniendo una carga simbólica por todo lo que supone ese bajo cero.
Ya estamos caminando entre luces de Navidad y campañas de regalos que han llenado los centros comerciales de adornos y estrellas, así que es posible pensar en el invierno no como un estado mental sino como un motor económico. Las obras de desmontaje del telesilla del Chivo, en Alto Campoo, comenzaron en septiembre y el nuevo remonte debería de estar listo para cuando arranque la temporada. Detrás de esta actuación está el Gobierno de Cantabria, que ha proyectado un plan con 20 millones de euros para «modernizar la estación» y que contempla un aparcamiento para caravanas, un telesilla hasta el pico Tres Mares en la zona de debutantes… Habrá de todo, ¿pero habrá nieve en el mejor de los casos?
En estos días de paisajes oleosos por las suradas, ese viento capaz de limpiar el cielo para ver desde Santander el pico de Castro Valnera, que Reinosa amanezca con -5,5 grados es noticia, y sin embargo, en lo que me hace pensar ese termómetro es en la verdadera dimensión que tienen ahora los meses. La proyección histórica de Meteoblue dice que hace cincuenta años, cuando se estrenó el telesilla del Chivo, en Reinosa se registraba por estas fechas un -2 de mínima y una máxima de 9 grados. Ahora toca modernizar la instalación de esquí, pero la modernidad también nos ha traído un calor extraño, una cortina de humo, un espejismo. El anterior Ejecutivo quiso diversificar el uso de Alto Campoo para que pudiera usarse en verano por senderistas y paseantes. Pero por ahora solo hace calor. O frío. Según se mire.
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