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María y Julio, los recadistas

Eran una especie de 'correo humano', confiable, ágil y discreto, en cuyas manos se ponían objetos de valor

Lunes, 16 de junio 2025, 07:10

En un mundo de la inmediatez digital, hay antiguos oficios que se desvanecen en el recuerdo, arrastrados por el viento del progreso. Uno de ellos ... es el de la recadista. Posiblemente, a los que tengan menos de 60 años, esta historia les coja a desmano, pero estos personajes conformaron los más sencillos relatos de la historiografía cotidiana de nuestra ciudad. Recuperamos un oficio peculiar con dos nombres propios: María y Julio, que eran los encargados de hacer recados, protagonistas del ir y y venir de Torrelavega a Santander para cumplir «los mandaos», cuando no existían las modernas empresas de paquetería. María 'la recadista' había nacido en Molledo a finales del siglo XIX y durante 80 años ejerció múltiples oficios para sacar adelante a su hijo enfermo; falleció, casi rozando el siglo, en el Asilo San José. Ella hacía los recados, digamos, más 'familiares', y Julio, los más 'institucionales', encargos de bancos, notarías y de empresas.

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